El Gobierno de Alberto Fernández oficializó y formalizó su salida del Grupo de Lima al acusar a los países que integran el bloque diplomático de querer "aislar" a Venezuela. Además, el Ejecutivo nacional criticó la postura pasiva del grupo latinoamericano por el golpe de Estado a Bolivia y su contundente respaldo al ex presidente Mauricio Macri.
A través de un comunicado, Cancillería explicó que los motivos que llevaron a la Argentina a dejar el bloque se deben a "las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada" y advirtió que "la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que el Gobierno argentino no ha podido ni puede acompañar".
"Una vez más, reiteramos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional", instó la cartera que conduce Felipe Solá. No obstante, aclararon que esto es algo que "no pueden las autoridades venezolanas desconocer", pero apostaron a "producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad. Un diálogo del que deben formar parte, pero del que no puede apartar a la oposición en su conjunto".
Asimismo, el Gobierno apuntó a que en Venezuela se construya "un diálogo que sin duda se vería enriquecido con voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones". Además, el Gobierno criticó la postura del Grupo de Lima y aseveró que en un contexto de pandemia "las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables".
Para finalizar, el Gobierno aseguró que continuarán "sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado".
Críticas de Alberto al Grupo de Lima
El Presidente realizó diversas críticas al funcionamiento del Grupo de Lima por su actitud "pasiva" ante el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Evo Morales. Luego del triunfo del MAS en Bolivia, el mandatario había expresado su deseo de reflotar la Unasur, que definió como "el proyecto correcto" para la región al lado de iniciativas como la del Grupo de Lima, "que sólo se preocupa por Venezuela". En octubre, la Argentina decidió abstenerse en una votación en la OEA que condenó la convocatoria a las elecciones en Venezuela en diciembre.
La victoria del MAS generó expectativa en el Gobierno y Alberto se mostró entusiasmado por la posibilidad de que el triunfo del MAS marque una nueva etapa en la región, donde se retomen iniciativas dejadas de lado en los últimos tiempos como la Unasur: "Tenemos que impulsarla porque es lo que más le conviene a América Latina: que nos unamos y enfrentemos los problemas que tenemos. Sería muy bueno que volvamos a trabajar en eso".
"El Grupo de Lima tiene una cuestión ideológica que en la Unasur no existía. En Unasur podíamos convivir con (Sebastián) Piñera, (Alvaro) Uribe o (Juan Manuel) Santos y no había ningún problema. Era entender que el trabajo regional nos podía hacer más fuertes en la globalización", replicó Fernández sobre las diferencias de ambos agrupamientos.
Además, el mandatario aclaró: "Argentina nunca participó del Grupo de Lima. Nunca participamos de sus reuniones ni un documento. Desde que llegamos lo único que hicimos fue tomar distancia de este grupo".