Eduardo Bolsonaro pidió en el Congreso argentino refugio para militantes golpistas

El diputado nacional e hijo del expresidente brasileño investigado por un intento de golpe de Estado, hizo una visita fugaz con una comitiva de tres legisladores para pedir ayuda. El encuentro sucedió el mismo día en el que el Gobierno brasileño socorrió al argentino para sortear la crisis del GNC.

01 de junio, 2024 | 18.20

La canciller Diana Mondino retrató las relaciones diplomáticas entre Brasil y Argentina con un corazón entre las banderas de los dos países cuando consiguió un salvataje histórico. El Ejecutivo nacional acababa de sortear la crisis por la falta de GNC gracias al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, tildado de “comunista” y “asesino” por Javier Milei. Ese mismo día, el diputado nacional Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro investigado por golpismo y el mayor enemigo político del exdirigente metalúrgico, solicitó en el Congreso Nacional ayuda para conceder el refugio político a bolsonaristas que se encuentran en el país y que, en su mayoría, están condenados por los actos golpistas del 8 de enero de 2022. Denunció “censura” y “persecución”.

El encuentro Censura, libertad de expresión y derechos humanos en Brasil se realizó el jueves por la mañana en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados. Fue coordinado por la legisladora ultraderechista y conservadora de La Libertad Avanza (LLA-Córdoba) María Celeste Ponce; y tuvo luz verde del presidente de Diputados, Martín Menem. “Puso toda la Cámara a disposición”, afirmó a El Destape una fuente del Congreso.

Bolsonaro y su comitiva estuvieron tan sólo unas horas en el país y las usaron exclusivamente para denunciar “censura”, “persecuciónpor parte del Gobierno de Lula, pero sobre todo de la justicia brasileña encarnada en el magistrado del máximo tribunal, Alexander de Moraes, que tiene a cargo la investigación por el intento de golpe en la que ya fueron condenadas más de 200 personas. Este parecer lo expusieron ante unas 80 personas, ante quienes pidieron ayuda para que el Gobierno argentino otorgue refugio político a, al menos, unas siete personas que llegaron al país luego de romper las tobilleras con las que eran vigilados y cruzar la frontera. Todas involucradas -algunas, incluso, condenadas- en la toma de los Tres Poderes del 8 de enero con la que planeaban destituir a la recién asumida gestión petista.

La presentación de los bolsonaristas formó parte de una gira que ya incluyó Estados Unido, la Unión Europea y Hungría. Entre los exponentes estuvieron también, los diputados nacionales brasileños Julia Zanatta (Partido Liberal), Marcel Van Hattem (Novo) y la abogada Gabriela Ritter, de la Asociación de Víctimas y Familiares del 8 de enero (ASFAV).

Cómo se gestó el encuentro

La iniciativa fue promovida por Ponce, según ella misma contó ante este medio, luego de presentar un proyecto de declaración para “expresar repudio por los actos de persecución política, amenazas, agresiones y violaciones a los derechos humanos y las libertades fundamentales de ciudadanos brasileños por parte de autoridades del Estado de Brasil”. En ese momento activó el contacto que ya tiene con Bolsonaro hijo y, en pocos días, consiguió la visita. La intención fue “darles la oportunidad para que se expresen”.

La publicidad de la conferencia fue escueta, pero contó con entre 80 y 100 invitados y llegó a circular entre los brasileños que se alojan en el país afines a las ideas ultraderechistas que se acercaron hasta el lugar para poder ingresar, pero no lo lograron por no estar en la lista de invitados. 

“Preferí que vaya gente conocida para evitar problemas. Nosotros nunca vamos a eventos que disienten de nuestras ideas, sin embargo, el progresismo sí lo hace”, argumentó Ponce sobre la poca difusión.

Entre el público, estuvieron sus compañeros ultraderechistas Nicolás Mayoraz, Beltran Benedit y Cecilia Ibáñez (LLA) y Santiago Pauli (Republicanos Unidos); integrantes de la comitiva brasileña y militantes de la derecha argentina vinculados al referente antiderechos y antiaborto Agustín Laje y al biógrafo de Milei -protagonista de fuertes expresiones homoodiantes- Nicolás Márquez.

“La nueva derecha de Brasil y de Argentina está aquí reunida para repudiar enérgicamente la persecución política que sufren los ciudadanos brasileños, pero también para recordarle a la izquierda que estamos dispuestos a defender los valores occidentales y a ser el faro de Occidente en el mundo”, dijo la anfitriona de la casa. También habló contra el socialismo y de dar una “batalla cultural, política y espiritual” para construir una sociedad que “respete a la familia” y a la tradición bajo la guia de Dios.

La relación con Brasil

El vínculo entre los dos países se tornó tenso desde el 10 de diciembre pasado. Milei llegó al gobierno con un fuerte discurso contra su ahora par brasileño y dijo, más de una vez, que no mantendría relaciones con “comunistas” y “asesinos” -aunque sea el principal socio comercial regional- y eso le valió el desplante del brasileño en el traspaso de mando. Tanto es así, que los intentos de acercamiento no dieron frutos y, hasta ahora, nunca logró una reunión con él. Aún así, la Cancillería del país vecino fue la clave en esta semana para salvar al Gobierno argentino de una crisis energética por el desabastecimiento de GNC.

“Me sorprendió que pasara el mismo día. Lo planee sin estar al tanto de lo que iba a suceder. (Pero) una cosa no tiene que ver con la otra. Los negocios son los negocios. Estamos acostumbrados a la vieja política que nosotros queremos cambiar”, dijo Ponce al ser consultada si el hecho de dar apoyo a personas acusadas y otras con condenas por el intento de destitución de Lula pudiera ser una interferencia más en las relaciones diplomáticas. Para ella, lo "ideológico" no debería intervenir en las relaciones comerciales.

“Por ahora no estoy gestionando absolutamente nada con respecto a eso”, dijo Ponce ante El Destape sobre quienes pidieron que se les conceda el refugio y afirmó que no tiene contacto directo con ellos.

Los bolsonaristas que piden refugio en el país

La historia sobre los militantes bolsonaristas que cruzaron la frontera y llegaron a la Argentina fue revelada por el portal de noticias brasileños UOL a principios de mayo y compartida por El Destape en esa misma fecha. Según la información que pudieron recolectar, fueron al menos diez personas las que huyeron del país luego de romper las tobilleras con las que eran vigilados en prisión domiciliaria. Los destinos fueron, además de Argentina, Paraguay y Uruguay.  

Se trata de: Ângelo Sotero, de 59 años; Gilberto Ackermann, 50; Alethea Verusca Soares, de 49; Rosana Maciel Gomes, de 50; y Raquel de Souza Lopez, de 51 años, todos ellos condenados con penas de entre 14 y 17 años de prisión por haber participado de los actos golpistas.

También, Luis Fernandes Venâncio, de 50; y Daniel Lusiano Bressan, 37, ambos investigados, que estaban en prisión preventiva. El primero se filmó en las inmediaciones de la Casa Rosada diciendo que iba a solicitar el asilo político y el último se declaró “exiliado político”.

Los crímenes por los que están acusados y condenados son: intento de golpe de Estado, asociación criminal y depredación del patrimonio público. Aunque ellos niegan los cargos.

El Destape realizó un pedido de acceso a la información pública para conocer la situación de estas personas, pero todavía no fue respondido. La Cancillería, por su parte, se llamó a silencio ante la consulta sobre su posición respecto al tema.

En tanto, UOL pudo constatar que entre los presentes en las afueras del Congreso estuvo también Carolina Siebra, integrante de ASFAV, que dijo que están trabajando para obtener el asilo de quienes consideran como “perseguidos políticos” que llegaron hace uno o dos meses al país. Además, dio a conocer que "algunos (ya) tienen asilo provisorio y buscan asilo permanente" mientras buscan empleo.

Ante el mismo medio, la diputada Zanatta pidió amnistía y señaló, al igual que Bolsonaro hijo y el resto de sus compañeros en sus intervenciones en el Congreso -que se pudieron ver en historias de Instagram que difundieron los presentes-, hay unas 80 personas presas “sin el debido proceso legal”.

En el mismo sentido, se manifestó su compañero Van Hatten en su exposición y, en entrevista con un medio ultraderechista brasileño, dijo que esperan una "repercusión inmediata": "Hay diputados (argentinos) que no conocían la realidad y están dispuestos a hacer encuentros en otras comisiones para llevar este tema", sostuvo y dijo que Milei es un presidente que tiene "afinidad total con la libertad de expresión y contra la censura". Aunque vale aclarar, que en estos meses la gestión mileista cerró los medios públicos (Télam, TV Pública y Radio Nacional) y atacó periodistas.

Eduardo Bolsonaro, en tanto, al ser consultado sobre el apoyo al pedido de asilo, se limitó a indicar que Argentina en su procedimiento de refugio da el derecho de permanecer en el país a quienes así lo solicitasen. "Considero lamentable que estas personas recibieran condenas de entre 14 y 17 años de prisión, que no son condenas que se dan a personas que asesinan a otras en Brasil. La salida para nosotros es una amnistía”, insistió, ante UOL.