El ministro del Interior, Guillermo Francos, aseguró haber notado un apoyo mayoritario entre los gobernadores para llevar adelante los proyectos del Ejecutivo, para los que se conformarán dos comisiones. Por cierto, los mandatarios dialoguistas de Juntos por el Cambio vuelven a mostrarse inclinados a ofrecerle a Javier Milei las "herramientas" que necesita para llevar adelante su gestión de ajuste sin anestesia, pero persisten las diferencias acerca de cómo las provincias equilibrarán sus cuentas. Un buen número de gobernadores se opone a restituir Ganancias y busca retomar la discusión por la coparticipación del impuesto al Cheque. En definitiva, pese al acuerdo que buscó exhibir la Rosada, prevalece la idea que si quiere que una mayoría suscriba el Pacto de Mayo tendrá que empezar a ceder, algo que al Ejecutivo le cuesta horrores. "Es un Gobierno con un sesgo autoritario bastante importante", definió el rionegrino Alberto Weretilneck.
Al menos, los gobernadores pudieron plantear sus problemas ante alguien con poder de decisión como el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. "Es la primera vez que nos reunimos en serio", definió el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien unos días atrás inició la rebeldía contra los recortes de fondos, lo que le valió varias invectivas presidenciales. Luego de una conversación tan larga, cada quien miró su vaso medio lleno. El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, festejó que no se volvieran a plantear suba de retenciones, ni la privatización de empresas con sede en su provincia. "Hubo puntos en los que había más consenso y otros donde están dispuestos a recibir sugerencias, con lo cual le veo mayores chances para que pueda salir”, resumió Llaryora, otro de los anotados en la lista negra de "traidores" en el primer fracaso de la ley Omnibus.
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El nuevo proyecto de ley Bases queda acotado a unos 190 artículos, manteniendo algunas cuestiones centrales para el Ejecutivo que buena parte de los mandatarios estarían dispuestos a aprobar. Por ejemplo, la declaración de la emergencia económica, administrativa, financiera y energética por un año, la delegación de facultades para una reforma del Estado, un plan de privatizaciones limitado a 15 empresas, un blanqueo laboral, nueva ley de Hidrocarburos y el régimen de incentivo a las grandes inversiones. El capítulo V del proyecto establece la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, que ajustará por IPC a partir de abril, más un casi simbólico 10% de recomposición por lo que el sector pasivo perdió en los primeros tres meses del año. Ya hay presentados proyectos de los bloques opositores mucho más generosos que impiden esa poda brutal de alrededor del 30% del poder adquisitivo.
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El paquete fiscal va por cuerda separada. El primer capítulo tiene que ver con una moratoria impositiva y blanqueo que los gobernadores ya habían dicho que estaban dispuestos a aprobarle en enero. El problema en este caso es el capítulo IV que plantea la aprobación de la ley de Ingresos Personales, que es la restitución del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, incluso eliminando exenciones que existían anteriormente. “Opino que no puede volver Ganancias hacia los sueldos de los trabajadores, sino que tenemos que ir a los mayores ingresos y de ahí hacer la progresividad”, explicó Llaryora su postura, que es la de muchos gobernadores de la oposición dialoguista.
Claramente es la posición de los patagónicos, que esta semana presentaron en Puerto Madryn las "Provincias Unidas del Sur". Si algo positivo consiguió Milei con sus ataques fueron los agrupamientos de gobernadores, ya sea por región, por producción económica o por afinidades políticas. Con gremios provinciales de sueldos importantes, como los petroleros, los mandatarios de la Patagonia habían anticipado su rechazo a la recomposición del impuesto a las Ganancias. Según Weretilneck, el Gobierno planteó un piso salarial de un millón y medio de pesos. "Nos oponemos contundentemente. Con la caída del poder adquisitivo, cargarle sobre eso una deducción más a alguien que percibe un salario es exagerado y no se puede admitir bajo ningún punto de vista", advirtió el rionegrino.
El lunes pasado, el gobernador bonaerense Axel Kicillof inauguró las sesiones ordinarias con un discurso totalmente diferenciado de la propuesta libertaria, con lo que quedó posicionado como principal referencia de la oposición al Gobierno. Varias de esas cuestiones las volvió a plantear en el encuentro del viernes. Pese al carácter progresivo del impuesto a las Ganancias, Kicillof no está de acuerdo con reimplantarlo en un contexto de feroz pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. "Sería un nuevo golpe contra la clase media", sostenían cerca del gobernador. Los mandatarios de Unión por la Patria vienen moviéndose en sintonía con la CGT, que luchó mucho por la eliminación del tributo y la celebró con una movilización frente al Congreso.
Ya no se insiste por la coparticipación del impuesto PAIS -que se cobra a la compra de dólares- porque todo indica que tiene pocos meses de vida por delante. La alternativa más mencionada ahora es el impuesto al Cheque, incluso con la posibilidad de subir su alícuota del 0,6 al 0,7%. A diferencia de Ganancias, con el que las provincias se financiarían a costa de los trabajadores, el atractivo de coparticipar el impuesto al Cheque es que los recursos provendrían del Estado nacional, una discusión en la que los mandatarios se sienten mucho más cómodos. En especial con un gobierno que define al Estado como una organización criminal.
En este punto, el debate parece clavado en el día de la marmota, con un asunto al que se vuelve y nunca se termina de resolver. El Gobierno no quiere resignar fondos y le ofrece a las provincias como única salida reponer Ganancias. A cambio -a cambio de nada, podría decirse-, tienen que aprobarle la ley Bases y ahora también sumarse al "refundante" Pacto de Mayo. Dependerá de la flexibilidad que muestre ahora el oficialismo, aquella misma que Miguel Angel Pichetto le reclamó durante el tratamiento de la ley original en Diputados, las posibilidades de éxito. "Se trata de ganar, no de perder", les explicó el veterano legislador. El bloque que preside, Hacemos Coalición Federal, ya presentó proyectos de actualización jubilatoria retroactiva a enero, de reposición del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y tambiénpara equiparar los salarios de legisladores nacionales con los del Poder Ejecutivo y Judicial. Prometen varios más para los próximos días en similar dirección.
La importancia de este bloque variopinto que comanda Pichetto radica en que, sumados a los de la bancada de Unión por la Patria, quedan muy cerca de conseguir mayoría en la Cámara baja, por lo que será un factor a tener en cuenta en los próximos diálogos. Si el Gobierno no muestra esa flexibilidad -días atrás Milei calificó la negociación política como un toma y daca corrupto-, el Pacto de Mayo puede convertirse en letra muerta. Las próximas semanas serán las más complicadas para el plan de Milei y Toto Caputo, con una nueva suba de precios impactando de lleno en salarios por el piso, junto a la conflictividad creciente por despidos y suspensiones y comedores populares desabastecidos. Por ahora Milei mantiene un respaldo social considerable, pero la historia reciente muestra que eso puede revertirse en forma más o menos veloz de acuerdo a las circunstancias.