El descargo de Diego Dalmau Pereyra, ex director de Contrainteligencia de la AFI, en la causa de la Gestapo antisindical provocó un sismo en diversos ámbitos, no solo en el judicial. El exespía presentó un escrito este jueves en su indagatoria en el que aseguró que concurrió a la reunión en el Banco Provincia por orden del jefe de la exSIDE, Gustavo Arribas, para supervisar la filmación del cónclave entre agentes, empresarios y funcionarios bonaerenses. Según pudo reconstruir El Destape de fuentes judiciales, sostuvo que esa directiva le fue transmitida por Silvia Majdalani, quien era la subdirectora de la agencia, y que la grabación se la entregó a ella. Aclaró que nunca supo el objetivo de ese video y que toda la operatoria fue “legal”.
¿Por qué este agente con una vasta carrera en el mundo de la inteligencia decidió dar precisiones sobre esa operación y exponer a los altos mandos del organismo cuando podía guardar silencio? Su declaración abre la puerta para que el juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, cite tanto a Arribas como a Majdalani. También para que los acusados insistan con el traslado del expediente a Comodoro Py.
Las diversas fuentes consultadas para esta nota coinciden que la declaración por escrito de Dalmau Pereyra fue explosiva. Su presentación expone una fractura entre los exintegrantes de la AFI macrista. De acuerdo a fuentes judiciales, el exjefe de Contrainteligencia también involucró en la operación a otros integrantes de la agencia, como al titular del área de Delitos Económico Financieros, Fernando Di Pasquale. Di Pasquale tiene otras operaciones políticas en su haber: fue uno de los agentes de la AFI que fue a visitar al juez Luis Carzoglio para transmitirle la orden de Macri de detener a Hugo y Pablo Moyano.
Dalmau Pereyra indicó que la operación contra Medina –a la que defendió y consideó legal- fue un trabajo conjunto, que no intervino sólo su dirección. E indicó, según señalaron fuentes judiciales a El Destape, que coordinó la instalación de las cámaras para filmar la reunión con personal del Banco Provincia.
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“Terminó de complicar la responsabilidad de todos. Arribas y Majdalani después de esto quedan muy complicados. Pero esto descarga también sobre los funcionarios provinciales porque la grabación ordenada por Arribas fue coordinada con los provinciales porque es la única manera de instrumentarla”, aseguró a este medio el abogado querellante César Albarracín, quien representa a Juan Pablo “Pata” Medina. “Antes de descargar la responsabilidad, la agrava y confirma la acusación”, añadió el letrado.
El interrogante es por qué Dalmau Pereyra decidió jugar esta carta judicial. ¿Sintió que desde el macrismo le soltaron la mano? Acaso la explicación haya que rastrearla en otros expedientes, no solo en este.
Diego Dalmau Pereyra es un espía de carrera, formado en el mundo de la inteligencia, que fue designado al frente de la dirección de Contrainteligencia apenas asumió Macri por sus vínculos con Majdalani. Estuvo en el cargo hasta mediados de 2018. Actualmente, se encuentra procesado en la megacausa de los Super Mario Bros. Es uno de los pocos imputados que no se vio beneficiado con la tesis del cuentapropismo que suscribieron dos jueces designados por Macri en la Cámara Federal porteña –Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi- cuando esa megacausa pasó de los tribunales de Lomas de Zamora a los de Comodoro Py.
A modo de contraste: el exdirector de Asuntos Jurídicos de la AFI macrista, Juan Sebastián De Stéfano, que también fue indagado en la causa de la Gestapo antisindical, sí se vio favorecido con la tesis del cuentapropismo: a é le revocaron el procesamiento en el caso de los Súper Mario Bros. Con la descripción que realizó en el escrito que presentó este jueves ante el juez Kreplak, Dalmau Pereyra dejó en claro que el cuentapropismo es un cuento. Es impensable que un espía se corte por la libre en una estructura verticalista como es la AFI.
Dalmau Pereyra también está procesado en la causa del espionaje ilegal a los familiares de la tripulación del ARA San Juan. En este expediente comparte la situación procesal con Macri. Con una diferencia: el expresidente, que tiene una prohibición de salida del país, se la pasa en el exterior como si no tuviera ninguna restricción judicial (lo autoriza el juez Julián Ercolini). El exjefe de Contrainteligencia, por el contrario, suma un nuevo escollo judicial con la causa de la Gestapo M.
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Otro dato a tener en cuenta es que a diferencia de la inmensa mayoría de los directivos de la AFI macrista, Dalmau Pereyra es un militar que se formó en el mundo de la inteligencia con una larga trayectoria en la exSIDE. No era un dirigente partidario como podía serlo De Stéfano, que tiene por padrino político al operador Daniel “Tano” Angelici. El exjefe de Contrainteligencia de la AFI es subteniente de Infantería, egresado de la Escuela de Inteligencia Militar. Su vínculo personal es con Majdalani, a quien instruyó cuando era diputada e integraba la comisión bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia. Fue ella quien lo llevó a la AFI por sus conocimientos en la materia. La incógnita en la actualidad es cómo está la relación entre ambos porque el escrito de Dalmau Pereyra no dejó muy bien ubicada a la exsubdirectora del organismo. La puso en conocimiento de toda la operación contra Medina y dando directivas.
El testimonio del exdirectivo de la AFI también se complementa con la versión que dio el ministro de Trabajo de Vidal, Marcelo Villegas, en el descargo que hizo en su indagatoria ante Kreplak. Allí, Villegas se refirió a una reunión del 4 de mayo de 2017 en Casa Rosada de la que participaron varios ministros de la Nación y Arribas, en la que Macri se puso a disposición. Según relató Villegas, el propio Macri le dijo: “Bueno, perfecto, si necesitas algo de los que están acá hacelo saber”. Evidentemente, alguien lo hizo saber porque Arribas se puso en acción pocos días después de aquel encuentro en Casa de Gobierno.
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El escrito de Dalmau Pereyra tiene distintos alcances. Su relato, por ejemplo, aporta elementos para que los acusados insistan con trasladar la causa desde los tribunales de La Plata a los de Comodoro Py.
La razón por la que Kreplak investiga este hecho es porque considera, entre otras razones, que los delitos que investiga se cometieron en La Plata. Entre los supuestos victimarios figuran funcionarios bonaerenses –la gobernación tiene sede en La Plata- y empresarios de la construcción platenses mientras que la víctima es el referente de la UOCRA La Plata. Además, los armados judiciales contra el Pata Medina se habrían realizados en tribunales bonaerenses: de las cuatro causas contra el gremialista que prosperaron, tres se radicaron en juzgados provinciales (platenses) y el cuarto en el juzgado federal de Quilmes.
Con su descripción, Dalmau Pereyra lleva el inicio de la maniobra a la Ciudad de Buenos Aires donde se encuentra la sede central de la AFI. Si Kreplak avanzase con la citación de Arribas y Majdalani como imputados –tal como viene solicitando el abogado de Medina-, es de descontar que se acentuará el intento de los denunciados de trasladar la investigación a los tribunales de Retiro, adonde terminaron todas las causas de espionaje ilegal que involucraban directa o indirectamente a Macri, como fueron el caso D’Alessio, el de las Bases AMBA, el del espionaje al ARA San Juan o el de los Super Mario Bros.
Es imposible pensar que un agente con la trayectoria en los servicios de inteligencia como la de Dalmau Pereyra no haya pensado cada palabra de su escrito. Está claro que buscó distintos efectos y, sobre todo, envió más de un mensaje. Ante una pregunta tan simple como: ¿Qué hacía usted en esa reunión? Dalmau Pereyra no duda en responder: porque me lo ordenaron mis superiores. Y así demuele la tesis del cuentapropismo que lo había excluido de beneficios procesales en otro expediente de similares características.