Durante la tercera Sesión Plenaria de la Cumbre de Líderes G20, en Roma, el presidente Alberto Fernández aseguró que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está en terapia intensiva” porque “las brechas de bienestar corren el riesgo de convertirse en una fractura de dimensiones catastróficas” que “la pandemia ha incrementado” con “especial dureza en América Latina y el Caribe”.
“Sin la construcción de un nuevo paradigma financiero internacional ninguno de estos desafíos será superado”, lanzó el mandatario, quien estuvo acompañado en el plenario por los ministros de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero, y de Economía, Martín Guzmán, y el sherpa en el G20 y embajador argentino ante los Estados Unidos, Jorge Argüello.
Durante su tercera y última intervención, el presidente remarcó que "quisiera que mi voz exprese el grito desesperado de los condenados de la tierra, por el hambre, la ausencia de trabajo, las migraciones forzadas, la pobreza, la discriminación de género y racial”.
Fue frente a los líderes de las principales economía del mundo, congregados en Centro de Convenciones La Nuvola, que Fernández pidió “poner al ser humano en el centro de las decisiones” y aseguró que “desde las periferias del mundo” se necesita “financiamiento genuino para el desarrollo, sin la complicidad local de quienes lo fugan a paraísos fiscales”.
En este sentido, Alberto Fernández explicó que “en el caso de América Latina y el Caribe, la canalización de los Derechos Especiales de Giro (DEG) hacia la banca regional de desarrollo es clave, pues pueden capitalizarla y apalancarla, otorgar garantías anti-cíclicas y promover inversiones privadas”.
“Hago un llamamiento a todos los países para que esta oportunidad de canalización de los DEGs para el desarrollo sostenible no resulte desperdiciada por trabas burocráticas o confort hacia el statu quo”, enfatizó y afirmó que “sería trágico que los DEGs engrosaran reservas de países que no lo necesitan, mientras aumenta el atraso de países que necesitan financiamiento como el agua”.
Además, Fernández llamó a “reformular el sistema de calificación crediticia, para que la dimensión ambiental no castigue a los países en desarrollo, aumentando el costo de la deuda soberana y el pago de intereses”.
En este marco, trajo a memoria que el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS2) convoca a “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”, y afirmó que “la Argentina reclama poner fin a las políticas agrícolas que perjudican especialmente a los países en desarrollo”.
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“Desde el G20 debemos enviar un mensaje político sobre la importancia de avanzar en estas negociaciones de larga data en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y concluir sin dilaciones este acuerdo, antes de su próxima Conferencia Ministerial”, dijo el Presidente.
“Es tiempo de construir puentes de fraternidad y dejar atrás los muros del egoísmo”, completo Alberto Fernández durante su exposición final ante la Cumbre de Líderes del G20 que tiene lugar en Roma desde el sábado y concluye esta tarde.