La ofensiva judicial y, obviamente, el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner solidificó al Frente de Todos, que venía en un proceso interno complicado. Tres hechos de las últimas horas: la decisión de Patria Grande de no romper el bloque de diputados con la confirmación de que Sergio Massa otorgará un beneficio a indigentes, el comunicado de la CGT con la firma de sus tres secretarios generales para no llamar a un paro y el documento de la Liga de Gobernadores en línea de "pacificación nacional", entre otros puntos. Tiene mayor valor porque estos gestos de unidad se dan en el marco de una oposición que se agrieta y permanece en tensión acerca de cómo posicionarse frente al intento de magnicidio.
El Frente Patria Grande, que orienta Juan Grabois y que cuenta con tres diputados nacionales en el bloque del Frente de Todos, había anunciado su ruptura con el oficialismo en desacuerdo con las últimas medidas económicas. La mediación de Cristina y Máximo Kirchner, más los sucesos de las últimas horas, los hicieron cambiar de decisión. Principalmente, porque la propia vicepresidenta -antes del atentado- le aseguró a Grabois que tenía el compromiso de Massa de otorgar un bono para octubre, noviembre y diciembre para hombres y mujeres sin ingresos ni beneficios sociales.
Los beneficiarios serán, al menos, los dos millones de personas que viven en indigencia, que percibirán el equivalente a la canasta básica, unos 16 mil pesos, que se financiará con parte de lo que se cobre por las retenciones a la soja. Así quedó expresado en el artículo 9 del decreto correspondiente. Luego de reclamar por todos los medios el pago de un salario básico universal, Grabois y los suyos pudieron celebrar el pago de este complemento como un logro propio. Lo mismo en el bloque de diputados del oficialismo, donde respirar aliviados al evitar un desgajamiento en el momento menos oportuno.
La conducción de la CGT se había reunido el viernes temprano, antes de la marcha en Plaza de Mayo, y habían quedado en encontrarse nuevamente este lunes para tratar la propuesta de convocar a un paro y movilización en repudio al atentado pedido por el sector del camionero Pablo Moyano y del bancario Sergio Palazzo, que acompañaba la CTA de Hugo Yasky. Pero hubo acuerdo en suspender la reunión y emitir un comunicado que firmaron los tres secretarios generales: Héctor Daer, Carlos Acuña y Moyano. Consideraron allí suficiente la demostración realizada en la movilización del viernes -la columna de los gremios de la CGT fue muy importante- por lo que dieron por superada la convocatoria de la reunión para "seguir la evolución de los acontecimientos y mantener el estado de alerta". Desde la CTA de Yasky avalaron la decisión, principalmente porque el documento tenía la firma de Moyano, con quien tienen las mayores coincidencias.
La Liga de Gobernadores se mantiene como un sector activo del Frente de Todos, con posicionamientos propios sobre los principales acontecimientos. Este lunes mantuvieron un encuentro en el CFI -algunos de manera presencial, otros virtual- en el que le propusieron a Alberto Fernández la convocatoria a una Comisión por la Paz y la No Violencia para aportar a "la construcción de una cultura del encuentro". Pero también reforzaron los puntos de su agenda: la reforma de la Corte Suprema, su oposición al reclamo de CABA por fondos coparticipables, un Presupuesto 2023 federal y el apoyo a Massa. En ese sentido, fue llamativo como todos los gobernadores se habían pronunciado a través de las redes en respaldo a las medidas anunciadas el domingo por el ministro para apurar la liquidación de las cerealeras. Se mantiene el respaldo político sin fisuras al ministro: 15 provincias suscribieron el texto.
Avanzada la tarde, el Presidente recibió en su despacho a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y el jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, artífices de la sesión especial del sábado, en la que consiguieron sentar a la oposición para firmar el repudio al atentado a Cristina. El dato de esa sesión fueron las diferentes posiciones que mantuvieron los interbloques de Juntos por el Cambio, con un PRO que se levantó de sus asientos apenas terminó la votación, dejando a la UCR y a la Coalición Cívica masticando bronca por esa búsqueda de una diferenciación. Para no hacer olas, en la Cámara baja se levantó la sesión de esta semana, pero el inminente tratamiento del Consenso Fiscal seguramente volverá a generar tensiones en la interna de la oposición, en momentos que el oficialismo se exhibe unido como pocas veces.