"Eso ya existe", respondió el presidente Alberto Fernández durante una conversación en su reciente gira europea a una sugerencia sobre el armado de una mesa política del Gobierno del Frente de Todos donde se consensuen las medidas a llevar adelante. El Presidente explicó que siempre manda a sus ministros a conversar con los principales referentes del espacio antes de lanzar alguna iniciativa importante, por lo que esa discusión en los hechos se da aunque no haya una mesa formal. Con todo, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, aceptó que "no estamos para escuchar la opinión de Cristina Kirchner sino para que participe activamente de todas las decisiones con Alberto Fernández”. La mesa -de debate- está servida.
"Desde el Gobierno siempre estamos muy atentos a lo que dicen Máximo y Cristina", aseguró Katopodis, uno de los ministros más cercanos al Presidente y que viene trabajando junto al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta para acercar las partes hoy distanciadas dentro del Frente de Todos . "La opinión de Cristina es escuchada por su relevancia, porque siempre tiene claridad conceptual, porque tiene experiencia y porque seguro que cada vez que opina quiere lo mejor para el Frente de Todos", agregó en diálogo con El Destape Radio. Respecto a la mesa, dijo que el Frente incluso es más grande que Alberto y Cristina y que se debía poner en valor sumando presencia de gobernadores, intendentes "y fundamentalmente de muchísima militancia".
En la entrevista, Katopodis también comentó que esa manera de trabajar conjunta existió durante los dos primeros años de gobierno, cuando se hacían reuniones periódicas en Olivos y el Presidente conversaba frecuentemente con la vice. Pero la derrota en las PASO y el acuerdo con el FMI generaron una distancia que actualmente se muy difícil de acortar. En una conversación durante su gira, Fernández evaluó que esa mesa en verdad seguía funcionando porque él no lanza propuestas inconsultas, sino que sus funcionarios continúan cumpliendo con el trámite de informar a las partes constitutivas del oficialismo. De la misma forma, por ejemplo, comentaban que Máximo Kirchner y Sergio Massa habían adelantado sus propuestas de acelerar el aumento del salario mínimo y de la actualización del piso de Ganancias, que luego el Gobierno adoptó rápidamente.
Sin embargo, lo que se vio en público fue que el Presidente mandó a los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas a responder lo que calificaron como "inconsistencias" del kirchnerismo, dando aire al debate que Cristina demandó en Chaco. Al mismo tiempo, Katopodis y Zabaleta comenzaron a tender puentes para evitar que la tensión siga escalando y termine en ruptura, como amenaza. "Hace falta poder político y una coalición más fuerte. No tenemos derecho a dejar a los argentinos a la intemperie de lo peor de la derecha", explicó el ministro de Obras Públicas. Llamó la atención el encuentro a solas que Guzmán mantuvo este lunes con el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, antes de la firma de un fideicomiso para Tierra del Fuego.
"Katopodis y Zabaleta son dirigentes con peso territorial propio y no necesitan andar pidiendo permiso para hablar", explicaba un funcionario. Pese a su alineamiento con el Presidente, este funcionario marcaba que el sector carece actualmente de una conducción política definida, por lo que cada uno actuaba según lo que creía más conveniente a la situación. En el caso de Katopodis y Zabaleta, con diálogos con referentes del kirchnerismo bonaerense como Máximo, Martín Insaurralde y Andrés Larroque. Desde la Provincia avanzan con el armado de una mesa bonaerense del Frente de Todos con representación de todos las fuerzas integrantes, como hizo el gobernador Jorge Capitanich en Chaco. Es una forma de presionar para que se haga lo mismo a nivel nacional.
"Si algo caracteriza a Alberto es su capacidad para escuchar a todo el mundo, pero las decisiones las toma él", subrayaba otro funcionario de su entorno. Por eso, veía la posibilidad de una mesa de conducción como un objetivo muy complicado, al menos por ahora. El Presidente está convencido de que su posibilidades de éxito pasan por seguir el modelo económico trazado, sin desvíos de ningún tipo. "No puede ser que vivamos alegremente con déficit fiscal. Emití 11 puntos del PBI y me están pidiendo que emita más. Eso no lo voy a hacer", lo escucharon decir en una escala en Europa. Así las cosas, una mesa de debate, parecería, no figura en sus planes más urgentes.