Jorge Alemán pidió un frente patriótico para combatir a la ultraderecha

El escritor argentino analizó la actualidad de Argentina y el mundo, la interna del FdT y el crecimiento de las derechas. "El problema no es fracasar pero fracasemos a nuestra manera", sostuvo.

26 de mayo, 2022 | 12.13

El psicoanalista y escritor argentino, Jorge Alemán, exiliado en España a los 25 años a causa de la dictadura militar de 1976, analizó la actualidad de la Argentina y el mundo, la interna del Frente de Todos (FdT) y el peligro frente al crecimiento de las ultraderechas en los diferentes países. "Es necesario construir una mayoría popular, eso no puede ser si no hay acompañamiento de organizaciones populares", dijo abogando por un momento excepcional donde puede darse la "disolución de la patria".

En Navarro 2023, por El Destape Radio, resaltó que el mundo se encuentra frente a un "estado de decepción general" donde los diferentes gobiernos deben tomar fuertes decisiones. "Ahora hay un punto de inflexión que se llama 'guerra' y como toda guerra contemporánea, tiene comienzo pero no un desenlace. La propia presidenta del FMI dijo ayer que había 173 países que entraban en una crisis muy seria. Esto exige de medidas especiales, determinaciones diferentes. No hay tiempo para convencer a sectores en mesas de diálogo, hay que apelar a una situación humanitaria", expresó. Y analizó: "Siempre hemos pensado que los sectores poderosos no ceden fácil las cosas. Durante muchos años tuvimos, en nuestro horizonte, la idea de la revolución como la única modalidad posible. Ahora resulta que el juego es dentro de la democracia, y la democracia tiene las cartas marcadas, es de ellos. Se ha vuelto muy difícil sostener un proyecto transformador en el mundo".

Por otra parte, Alemán señaló que -por sus características, comodities y riqueza en relación a las materias primas- la Argentina "se puede volver cómodamente, para los poderes internacionales, en un botín de guerra muy preciado" y avisó: "Si gana la derecha en el 2023, hay un puente perfecto para que la Argentina sea entregada. Ahora sí llegó el momento de pelearla hasta el final o incluso de morir peleando". Mientras que remarcó en relación al espacio político gobernante: "Esto no puede terminar en un estallido social o en una impotencia general donde la derecha tenga todos los argumentos que vienen propagando, con un gran apoyo internacional, en donde el Gobierno fracasó. El problema no es fracasar pero fracasemos a nuestra manera".

Con respecto al futuro, resaltó que no solo es necesario un "debate ideológico" sino también analizar las vías "más recomendables" para llevar adelante un proyecto de país. "Si es la retención o el cupo, si es a través de generar una nueva forma de Estado con nuevas atribuciones...", enumeró. Y se refirió a la interna en el Frente de Todos (FdT): "No me entusiasmó mucho el frente interno que se organizó en el interior del FdT. Sobre todo en sus procedimientos, no porque no estuviera de acuerdo con las críticas que se podían formular sino que no me parecía metodológicamente lo más pertinente dado el poder de fuego que evidentemente tiene la derecha ultraderechizada mundialmente". 

Si bien dejó en claro que la unidad del Gobierno "es importante", Alemán puso especial énfasis en que el crecimiento de la derecha no está netamente unido a las fallas o fracasos de los gobiernos populares "Tiene su propia dinámica interna. Las derechas crecen porque tienen un dispositivo de funcionamiento interno que tiene una dinámica que se autonomizado de cómo es la realidad del país y cómo son sus mecanismos de distribución del ingreso. Si el Gobierno hiciera todo lo que tiene que hacer, no está asegurado que se le gane a la derecha. El Frente de Todos tiene un enorme legado que custodiar, porque así trabaja el peronismo". Mientras que agregó: "Habría que definir qué es el peronismo hoy, algo que se hace por las movilizaciones populares y su articulación. Es necesario construir una mayoría popular, en el caso de que este Gobierno tuviera la osadía y el coraje de asumir sus responsabilidades y tomar decisiones importantes, eso no puede ser si no hay acompañamiento de organizaciones populares y unidad en ellas".

Por esto último, más que la unidad del FdT -a la que calificó de "insensata" pero comprendió por la traumática herencia de la deuda-, dejó en claro que se interesa más por "la unidad de movimientos sociales, la CGT y la Izquierda" formando así "una verdadera plataforma de trabajo, un proyecto donde entendieran todos que el momento es excepcional y que hablamos de la posible disolución de la patria". Y afirmó: "Me parece más importante la unidad de la movilización popular, la Cámpora, los movimientos sociales, el Movimiento Evita y la Izquierda. Es ingenuo lo que planteo, pero hay que ser incauto a veces. Estoy convencido de que la realidad es lo suficientemente grave para que esto se dé y después vemos cómo se resuelve. Empujemos tres o cuatro medidas desde el Gobierno, respaldadas por movilizaciones intensas".

En relación al momento actual del país, Alemán expresó: "Estamos próximos a una situación donde vivimos en un país donde algunos exportan o venden en el mercado internacional y gente que no puede comprar un tomate. Argentina tiene una naturaleza un poco destructiva. Estás en una situación límite y no se han cuidado las cosas, hay que encontrar una forma donde se exija, se presione y a la vez cuidando las cosas. Hacer estallar al Frente de Todos no tiene sentido. Hay que encontrar la fórmula; lo mismo con las relaciones de organizaciones sociales. Hasta los gobiernos más tibios empiezan a entender, a diferencia de lo que venía pasando con las ultraderechas, que van a tener que tomar una nueva 'disposición hacia lo social' y hacia los problemas estructurales con respecto a la distribución porque ya hay miseria en todas partes". Y añadió: "Qué difícil parece ser realizar un 'llamado patriótico', ¿no?".

Por último, Alemán criticó: "El internismo delirante es el papel autodestructivo. Cualquier cosa que digas... Si antes yo no quería acelerar todo a la destrucción del gobierno de Alberto, era albertista. Yo nunca supe lo que era eso. Fui tratado en España y en Argentina como ultra-K. Cualquier consideración, desde un orden más teórico-dialéctico-metodológico, se leía así. Y ahora pasa lo mismo con las críticas". Y sentenció: "Es difícil hacerse escuchar, incluso para los que no esperamos un lugar en el proyecto político y solo queremos colaborar".

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