El presidente Alberto Fernández salió del sanatorio Otamendi junto a su esposa Fabiola y al pequeño Francisco y se dirigió a la quinta de Olivos donde se espera que en las próximas horas redefina algunas pautas de gestión y medidas para contrarrestar el impacto inflacionario en los bolsillos de los sectores de menores recursos. Los cambios de funcionarios, en cambio, quedaban por el momento en stand by. "Nada en estos días", aseguraban cerca del presidente. Las decisiones eran esperadas tanto por propios como por ajenos.
"El presidente está enfocado en mejorar la funcionalidad del gobierno en un contexto desafiante por la guerra, los precios y la recuperación de los ingresos", respondía un funcionario que conversó con Fernández en las últimas horas, cuando todavía permanecía en la clínica junto a su familia. La decisión de acelerar paritarias, tomada junto a la CGT y la UIA, no sólo se veía insuficiente sino que sólo abarcaba a los trabajadores en blanco con representación sindical. El ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló la "renta inesperada" que algunos sectores estaban percibiendo gracias a la guerra, como fondos a redistribuir entre los más desprotegidos.
Primero se habló de un "nuevo IFE", general y abarcativo, pero con las horas la idea fue perdiendo fuerza para ser reemplazada por algo más direccionado y acotado, que apuntaba al sector social que no recibe ningún tipo de ayuda para hacerle frente a los aumentos de alimentos. Lo que estaba claro era que debía darse alguna respuesta con urgencia. "Es muy necesario encarar un conjunto de medidas por el lado de los ingresos y de la inflación. Son muy necesarios los mecanismos como el IFE”, señaló el diputado y ex ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, a El Destape Radio.
"Las medidas se están estudiando", era la respuesta más repetida en la Casa Rosada, sin dar nada por resuelto. Como un eco de los voces del campo, tanto el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, como su segundo, Matías Lestani, aseguraron no ver esas rentas inesperadas en el rubro agropecuario pese al precio récord de los granos. De todas formas, Guzmán ya anticipó que no pensaba en una suba de retenciones. Otros sectores señalados son el petrolero, el minero y la energía.
La posibilidad de modificaciones en el gabinete durante el fin de semana largo era otra idea que perdía rating. "No habrá cambios en estos días", era la respuesta. Tal vez más adelante, se mencionaba el 25 de mayo como nueva hipótesis de "relanzamiento". En medio de la tormenta, quien quedó confirmado, sin dudas, fue Guzmán. "No veo para nada un ciclo cumplido, me parece que el presidente sigue confiando en él", respondió el canciller Santiago Cafiero en una entrevista sobre el ministro de Economía, quien, reposicionado, en los próximos días viajará a Washington para una serie de reuniones en el FMI, el Banco Mundial y el G20.
A Guzmán se lo señalaba como el principal apuntado del kirchnerismo. En verdad, desde ese sector explicaban que lo que cuestionan son sus políticas -o la falta de ellas- y no a Guzmán, contra quien no tienen nada personal. Por eso esperaban también las medidas que se anunciarán porque habrá que tocar intereses y eso siempre genera tensión, algo que ven como un déficit de la actual gestión. Remitían al discurso de la vicepresidenta en el CCK y su caracterización del poder local.
Los mensajes de Cristina Kirchner generan una expectativa única, también múltiples repercusiones. "Se para por encima de todo, habla del capitalismo, de los posicionamientos en política internacional y se quedan con una sola frase, encima mal interpretada", comentaban cerca Cristina a propósito del ya famoso textual sobre la banda y el bastón que no necesariamente significaban poder, una referencia que, aseguraban, nada tenía que ver con Alberto Fernández y que podía rastrearse en mensajes suyos de años anteriores. De la otra referencia, la ironía acerca de que ese poder se achicaba "si además no hacer las cosas que hay que hacer", sólo sonreían. Ese impacto fue dirigido, ahí la vice no se pudo contener.
La sensación, una vez más, era que las diferencias estaban cristalizadas y que tenía que existir algún gesto para acercar posiciones. Si no hay cambios de nombres, habrá que ver el rumbo de las medidas. Siguiendo con el análisis del mensaje de Cristina en la apertura del parlamento Eurolat, cerca de la vice hablaban del poder real y de la afectación de intereses. "Cuando hacés las cosas que ellos quieren no pasa nada, vivís muy tranquilo. Mirá como Macri viaja por el mundo sin problemas", afirmaba respecto a las decisiones por tomar. A veces hay que elegir.