Aunque a esta altura parezcan botellas que se lanzan al mar con pocas esperanzas, en el Frente de Todos insisten con la posibilidad de generar canales de diálogo con la oposición para bajarle el voltaje a la discusión política y explorar las posibilidades de acuerdo sobre determinados temas. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, el canciller Santiago Cafiero y el ministro bonaerense, Andrés Larroque, recuperaron en las últimas horas esa alternativa, que desde Juntos por el Cambio se encargaron de rechazar tanto en público como en off. "El diálogo nunca empezó, sólo hubo una invitación a una misa", replicaban desde el radicalismo. En el PRO, donde ya es hegemónico el sector "halcón", hicieron saber que no había posibilidad de ningún diálogo con el kirchnerismo por fuera del Congreso.
"El Gobierno ha dado muestras, y lo seguirá haciendo, de promover el diálogo franco y los acuerdos que se requieren en función de políticas de mediano y largo plazo", señaló Manzur en su informe en la Cámara de Diputados. Planteó que a poco de cumplirse los 40 años del retorno democrático, la ciudadanía espera gestos claros a favor del respeto y la convivencia pacífica. "Seamos cada uno de nosotros y nosotras constructores de puentes y de diálogo para fortalecer la paz social”, expresó. En términos similares se había expresado el canciller Cafiero, quien adelntó que "el Gobierno seguirá convocando al diálogo sin claudicar", más allá de que un sector de la oposición se haya negado a repudiar el atentado sufrido por la vicepresidenta Cristina Kirchner. "Nosotros buscamos acuerdos políticos y vamos a seguir trabajando para eso. Vamos a seguir avanzando con nuestra agenda, aunque ellos no asistan", agregó.
En el mismo recinto, el jefe del interbloque radical, Mario Negri, le respondió a Manzur con ironías. "El diálogo no se hace yendo a misa, allí vayan a confesar sus pecados. El diálogo no se hace en una basílica sino en el Congreso", le dijo desde su banca. Luego, al término de la sesión, se acercó a saludar al jefe de Gabinete. En el oficialismo indicaban que si había un lugar donde se les hacía particularmente difícil el diálogo era en el Parlamento, donde les resulta casi imposible avanzar en cualquier proyecto. De hecho, para sacar una declaración de repudio én Diputados contra el ataque a la vicepresidenta debieron modificar un párrafo y así y todo el macrismo se levantó de sus bancas. En el Senado directamente la oposición no participó. En lo que va del año se realizaron menos sesiones incluso que durante los años de pandemia debido a la falta de acuerdos.
El ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque, ensayó una autocrítica respecto a la misa convocada el sábado pasado en Luján, la que consideró "tal vez precipitada". "No hay que dramatizar, se verá en otra ocasión si pueden asistir", afirmó respecto a la oposición. Aseguró que "desde nuestra parte tenemos la predisposición de generar este marco porque la situación es delicada". El diputado Eduardo Valdés fue otro de los que habló: "Sueño con que el presidente Mauricio Macri llame a la presidenta Cristina Kirchner, actual vicepresidenta, para decirle que repudia el atentado. El odio es contra unos y contra otros", sostuvo en el recinto.
Sin embargo, las posibilidades de diálogo con la oposición en su conjunto parecen muy complicadas. Luego de que trascendieran las gestiones realizadas días atrás por la vicepresidenta para generar un canal de diálogo con el senador José Torello, íntimo de Macri, ayer desde el entorno del ex presidente se encargaban de desbaratar cualquier acercamiento. "El marco institucional es el Parlamento, allí se debate. Esto no depende de dos personas", hicieron saber a través de sus medios afines. Cerca de la vicepresidenta admitían que, a esta altura, había que entender que era imposible tender puentes con el macrismo, que utiliza la confrontación frontal con el kirchnerismo como su principal identidad política. "Casi ya no hay distancia entre ellos y el intento de asesinato", reflexionaban respecto a la falta de condena y a los últimos trascendidos respecto al financiamiento de los instigadores.
Mayores posibilidades, en cambio, veían con el radicalismo. El presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales -quien sí llamó a Cristina luego del atentado-, profundizó en las últimas horas sus críticas a Macri y le pidió que calmara a los "violentos" del PRO. Con todo, su planteo es que la propuesta de un diálogo debe canalizarse por las vías institucionales y que todo lo que le propongan lo pondrá a discusión primero dentro del radicalismo y luego con la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Incluso, más allá de la problemática de la violencia política, propuso una mesa en la que se discuta también de producción, de matriz energética y de minería. "Si es así, yo estoy", avisó. Como integrante del bloque de gobernadores del Norte Grande, Morales y su correligionario Gustavo Valdés viajarán en los próximos días en misión comercial a Estados Unidos junto al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, el encargado de lanzar la propuesta de diálogo. Una ocasión inmejorable para acercar posiciones.