El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, continúa su saga de equilibrista en el caso Vicentin. El gobernador santafesino juega al diálogo, escucha a todos, se muestra abierto a "alternativas superadoras" a la expropiación y habla de "rescate", pero tampoco se desmarca de Alberto Fernández. La idea es hacer fuerza para una salida mixta, "hasta donde se pueda", según confían en su entorno, aunque entienden que no es un camino fácil.
Por eso este martes, el mandatario recibió en la Casa Gris a representantes de federaciones de cooperativas de productores y sindicatos aceiteros afectados por la crisis del gigante cerealero. Junto a la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe) y Agricultores Federados Argentinos (AFA), conversaron sobre el presente y el futuro de la empresa intervenida por Nación en medio de una crisis financiera y al borde de la quiebra.
La idea del gobierno es, además de reproducir la imagen dialoguista de Fernández al recibir al CEO Sergio Nardelli, que dentro del plazo de 60 días fijados por la Nación se pueda apostar por construir una propuesta mixta que incluya al Estado como gestionador, un pie privado nacional y las cooperativas. "Sería lo ideal. Pero no es sencillo", dice un ladero de Perotti, que sigue sin pronunciar la temida palabra expropiación.
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"La reunión fue muy buena. El gobernador estaba muy informado, preocupado por sacar esto adelante y con mucha voluntad de diálogo. Hablamos del futuro de la empresa, porque además de cobrar nuestras deudas queremos ser partícipes, lo vemos como una oportunidad para una gran empresa nacional en la que el cooperativismo tenga decisión", apuntó Juan Manuel Rossi, presidente de Fecofe, entidad adherida a la Federación Agraria Argentina.
Las cooperativas acreedoras en el concurso acuerdan con la intervención, porque creen que la cerealera no demostró voluntad de saldar sus deudas por cerca de 10 mil millones de pesos con el sector desde que incurrió en la cesación de pagos hace siete meses. Pero además, Rossi dijo que quieren ser parte de la construcción de "una empresa testigo en el mercado de granos y en el de alimentos", porque están preocupados por la concentración y la extranjerización de la actividad. El cooperativismo ofrece en la mesa sus 100 años de historia en la Argentina, sus dirigentes y cuadros técnicos. A Perotti lo seduce esta salida.
En tanto desde AFA, se mostraron renuentes todavía a la opción expropiadora, y se inclinaron por un esquema en el que el Estado participe, pero también "otros actores que den seguridad", ya que consideran que lo que logró Vicentin con sus desmanejos fue una pérdida de credibilidad. "La palabra expropiación a nosotros no nos gusta. Creo que primero hay que agotar todo el diálogo", dijo Jorge Petetta, titular de la entidad. "A la empresa hay que salvarla. Hoy Vicentin no está acopiando un grano porque ha perdido la confianza de todo el sector", especificó.
En principio, los movimientos muestran que no había tal cortocircuito entre el gobernador y su ministro de la Producción Daniel Costamagna, gran defensor de esta alternativa que ya venía tramando desde febrero. También explican la intención del rafaelino de buscar consensos en el sector agroexportador, que cada vez se queda con menos margen de negociación. Los representantes parecen recibir propuestas que no hubiesen aceptado en otro contexto, pero hoy miran con otros ojos ante el temor rojo de la expropiación.
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Todos adentro
A la segunda reunión fueron los sindicatos aceiteros y algodoneros de las regiones en las que la cerealera tiene plantas. Los gremialistas contaron su situación y cuál es su mayor inquietud: que todos queden adentro. Perotti les aseguró que la continuidad de las fuentes de trabajo es innegociable en cualquiera de los esquemas que se adopten. Los sindicatos compraron.
"Lo noté sereno a Perotti, con cautela", dijo Leandro Monzón, delegado aceitero en Vicentin, y la imagen no es extraña para nadie, porque es algo que el gobernador cultiva. Otra gestualidad: en la reunión estuvo el ministro de Trabajo Roberto Sukerman. Es que el integrante de la comisión interna dijo que la incertidumbre en Avellaneda no venía desde diciembre, cuando se declaró el "stress financiero", sino desde hace un año y medio cuando el grupo cerró algunos procesos productivos para trasladarlos, con una ristra de despidos y retiros voluntarios desde entonces.
"Fue un desahogo lo que anunció el presidente, porque lo primero que dijo fue que iba a resguardar los puestos de trabajo. Por eso dijimos que iba a acompañar, más cuando sabíamos que podíamos quedar en manos de una multinacional, que cuando vienen al interior siempre terminan cerrando las terminales", confió el operario a El Destape.
Monzón dijo que las autoridades comentaron que esperarían una solución superadora, si aparecía. "Hasta ahora, salvo de intervención, nadie habla de otra cosa. Que no se extranjerice es la solución. Los actores que participen, ya se verá. Mientras garanticen trabajo y futuro para los trabajadores será bienvenido. Aunque sea mixta, pública o tripartita, desde el sindicato lo avalaremos", aseguró.
Los días comienzan a correr, y los dos meses se esfumarán como arena entre los dedos. El objetivo de Perotti es hacer una propuesta desde Santa Fe, pero para eso tiene que seducir a la propia línea política a la que responde, sin meter ruido ni tensar demasiado la cuerda. Hasta ahora, su carrera política se ha construido en ese juego de pesos y contrapesos. Es su gran capital, y por eso sabe que no puede rifarlo. La aguja no se detiene.