Esteban Bullrich, tras confirmar que tiene ELA: "Cristina Kirchner me llamó y me emocioné hablando con ella"

El senador de Juntos por el Cambio contó los detalles de la llamada de la vicepresidenta. Además, describió las etapas que pasó desde que se enteró de la enfermedad.

29 de mayo, 2021 | 13.53

A fines de abril de este año, Esteban Bullrich contó que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa. En medio de la conmoción que despertó su diagnóstico, el legislador de Juntos por el Cambio brindó una entrevista en la que contó, entre otros temas, el llamado que recibió de Cristina Kirchner y como se conmovió en aquella conversación.

En diálogo con Conecta2, programa que conducen María O'Donnell y Ernesto Tenembaum, la periodista quiso indagar en las repercusiones que tuvo la confirmación de su enfermedad: "Hasta Cristina Kirchner, con quien competiste en la Provincia de Buenos Aires, escribió un tweet muy conmovida", deslizó.

"Me llamó", se apuró a aclarar Esteban Bullrich, y detalló un poco de la conversación que mantuvieron ambos: "Yo me emocioné hablando con ella. Hablamos de la fe, lo importante que es la fe para crecer en todo momento".

Su reacción cuando se enteró de la enfermedad

El legislador también reveló lo que sintió cuando le informaron que tenía esta patología, que es degenerativa y progresiva, y provoca la muerte de las motoneuronas, las células encargadas de mover los músculos voluntarios del cuerpo.

“Cuando uno se entera que está enfermo de una enfermedad como la ELA, pasás por etapas”, comenzó narrando. En esta entrevista que saldrá al aire mañana a las 22 destacó que, en su caso, primero tuvo una etapa de angustia. “Mucha”, enfatizó.

Emocionado y con dificultad, pero intentando con gran esmero hacerse entender, develó una de las cosas que más le dolió: “¿Qué me pierdo? Que no voy a poder entrar a mis hijas a la Iglesia, por ejemplo. Esa es la primera reacción”.

Luego, le siguió el enojo. “Me costó más que la angustia porque no le encontraba la vuelta”, se lamentó Bullrich, y terminó la idea con una suerte de esperanza: “Ahora estoy en paz”.