La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) dejó por escrito las pruebas de como espió a Cristina Fernández de Kirchner. Varios informes con el rótulo de “Secreto”, a los que accedió El Destape, dan cuenta de como la casa de los espías que manejaban Gustavo Arribas y Silvia Madjalani bajo las órdenes de Mauricio Macri incluyeron a CFK en medio de supuestas investigaciones por atentados terroristas de los que no había más prueba que la intención de espiarla. En los documentos se revela que la AFI también obtuvo acceso directo, irrestricto y en vivo a todas las cámaras de seguridad y de control de patentes de la ciudad de Buenos Aires y al sistema 911.
Por lo que se lee en una serie de informes secretos de la AFI, a los que accedió El Destape, construyeron un escenario de supuestas amenazas terroristas en torno a eventos internacionales que sucederían en Argentina con el G20, una reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o los Juegos Olímpicos de la Juventud. Todo es para justificar el espionaje a CFK y a otros dirigentes políticos. El recorrido por esos documentos revela poco y nulo trabajo de reunión de información y de análisis, más bien parece un rejunte de recortes periodísticos y que aparecen en cualquier búsqueda sencilla en Internet traducidos a jerga servicial, con el solo objetivo de delinear una realidad ficticia que les permitiera alegar alguna excusa para tareas de inteligencia ilegales.
En el informe 8409, la AFI relata las tareas de espionaje a CFK. Dice textual: “El día 30 de julio se tomó conocimiento de información que indicaba la posibilidad de que personas antisistémicas organizadas planifiquen llevar adelante acciones en su contra, con potencial repercusión mediática, con aparente intención de difundir sus ideas anarquistas para crear un clima de desestabilización e inseguridad en la postrimerías de la organización de los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, y aprovechando la exposición mediática que había en ese momento sobre la funcionaria”.
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A continuación, informan como la espiaron. El textual: “En ese sentido, se llevaron a cabo tareas de la especialidad en las inmediaciones de las locaciones donde se consideró que podría resultar como factible la posibilidad de que se lleven adelante las acciones en cuestión, pero luego de realizado el debido análisis se pudo descartar el real riesgo del indicio de estudio”. Las locaciones eran el Instituto Patria y el departamento de CFK. La amenaza anarquista no existía: la espiaban. Y los descubrieron.
En base a los informes secretos a los que accedió El Destape, el primero en el que incluyen a CFK para justificar su espionaje es el numerado con el 8224. Los informes no tienen fecha pero en base a las referencias temporales que hacen se puede reconstruir que fueron realizados entre septiembre de 2017 y agosto de 2018. En en un apartado del 8224 dejaron por escrito: “se ha podido determinar la existencia de distintas y variadas amenazas y/o potenciales riesgos repecto de diversos funcionario y ex funcionarios nacionales, establecimientos públicos y/o personas de interés público (ej. el Sr. Presidente Mauricio MACRI, la Sra. Gobernadora María Eugenia VIDAL, la ex presidenta Sra. Cristina FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, el Vice Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Sr. Diego SANTILLI)”.
Este es el punto de partida del espionaje a CFK, basado en supuestas amenazas de las cuales no dan cuenta ni prueba sino que aplican la estrategia de venta de pócima antidragón. El vendedor te dice que si le comprás un frasco y te untás la piel no te van a atacar dragones. A la semana vuelve y te pregunta si te atacó algún dragón. Como la respuesta es no, te asegura que es gracias a su pócima y te quiere vender otra. Salvo que si uno toma la precaución de saber que los dragones no existen la treta no funciona. Y en este caso venden protección a CFK cuando en realidad buscaban espiarla y, en caso de algún indicio, lo que debían hacer es avisarle a su custodia.
En el informe donde se detalló el espionaje a CFK, el número 8409, la casa de espías dice que amplia uno presentado el 17 de agosto de 2018 y que detallan “algunas de las actuaciones llevadas adelante por este Organismo en función de las variadas alertas y potenciales riesgos que llegaron a nuestro conocimiento vinculados a funcionarios y ex funcionarios nacionales, que podrían ser generados por grupos antisistémicos o contrarios a los intereses nacionales”.
Señalan tareas similares sobre Mauricio Macri en base a un tuit amenazador, sobre María Eugenia Vidal por una supuesta amenaza en un evento en el iba a participar en Magdalena, sobre Diego Santilli por supuestos indicios de que fuera atacado por un grupo anarquista, sobre Graciela Ocaña por supuestas amenazas por su participación en una marcha y sobre Waldo Wolff por supuesto descontento de grupos antisistema con sus opiniones sobre incluir a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna, algo ilegal por cierto. De todos se dice que se “realizaron tareas de la especialidad en las inmediaciones de su domicilio” y “se realizó un análisis de las actividades y movimientos de personas y vehículos en la zona”. La especialidad es el espionaje ilegal.
Todos los informes de la AFI son remitidos al juez Federico Villena, que actualmente está a cargo de una de las investigaciones por espionaje ilegal que tramitan en los juzgados de Lomas de Zamora. Villena se excusó de intervenir en la investigación sobre el espionaje al Instituto Patria y al departamento de CFK justamente por lo que indican estos y otros documentos, en los que se revela que existía un ida y vuelta entre él y la AFI en estos casos. Para la fiscala Cecilia Incardona, que interviene tanto en la causa que tiene Villena como en la del espionaje al Instituto Patria y a CFK, esta claro que había un grupo de “agentes coordinados” dedicados a realizar espionaje ilegal. En el pedido de detención de Alan Ruiz, que comandaba la banda en lo ejecutivo, se detalla que “al ser descubiertos, intentaron darle apariencia de legalidad” y dijeron que eran “tareas de investigación” en una causa que investigaba el juez Villena y que gracias a eso eludieron otra causa penal donde se investigaba el caso.
Para las tareas de espionaje, la AFI solicitó acceso remoto e irrestricto a las cámaras de seguridad primero de los accesos y luego de toda la Ciudad de Buenos Aires, a las del Aeropuerto de Ezeiza, a los controles de patentes y al sistema 911. El juez Villena autorizó los pedidos y los prorrogó en varias oportunidades. La última fecha que pudo reconstruir El Destape es que hubo una prórroga el 23 y 24 de julio de 2018 y que luego de eso la casa de espías volvió a pedir que se prorroguen las “amplias tareas investigativas” y “acceso remoto e irrestricto y en tiempo real a las cámaras instaladas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Sobre las cámaras hay un capítulo aparte vinculado a CFK. En el informe secreto 8224 la AFI hizo una descripción de tareas que llevó adelante en relación a “la amenaza terrorista en OMC, JJOO & G20” donde relevaron “potenciales acciones adversas” que nunca justifican como están relacionadas a cada evento pero las catalogan en función de si son terroristas o de extremismo violento, una categoría que refiere a situaciones de crisis humanitarias y situaciones de intolerancia religiosa o cultural, migraciones de y hacia zonas de conflicto militar y casos similares. Las que encontraron las dividieron por su nivel de riesgo y probabilidad de ocurrencia. Pero era todo una ficción. Nada de eso ocurría en Argentina pero es el guión Made in USA para justificar el espionaje interno.
El documento dice que en función de eso la AFI realizó tarea de inteligencia junto a al Ministerio de Seguridad porteño, que conducía Martín Ocampo, el de Nación a cargo de Patricia “Pum Pum” Bullrich y el Ministerio de Defensa que comandaba Oscar Aguad y donde revistaba José Luis Vila, que hoy aparece como supuesta víctima. “Se están analizando los emplazamientos actuales y direccionamientos de las cámaras de video de la Ciudad y sus accesos, con el ánimo de re-orirentar o incluso re-localizar algunas de ellas en función de la determinación de probabilidades de riesgos y amenazas existentes”, dice el informe de la AFI. ¿Será eso lo que hacían con las cámaras en frente del departamento de CFK? Por lo pronto, eran de la misma empresa, Danadie, a la cual ya tenían acceso autorizado. También reconocen que hicieron “acciones de reunión de información por fuentes humanas (HUMINT)”, o sea, seguimientos.