Un ex funcionario del Gobierno de Mauricio Macri denunció ante legisladores nacionales que la Agencia Federal de Inteligencia macrista atentó contra su vida con la colocación de una bomba en su domicilio particular. Según aseguró, la cúpula de la ex SIDE tenía un encono personal con él y no se descarta que uno de los más reconocidos periodistas de La Nación sea citado por la Comisión Bicameral de Inteligencia en el marco de esta acusación.
El escándalo de los más de 80 mails pinchados, pertenecientes a dirigentes políticos propios, ajenos periodistas y hasta intelectuales, fue uno de los temas centrales a tratar en la Bicameral durante la reunión presencial que realizaron el miércoles. Sin embargo, el presidente de la comisión, Leopoldo Moreau, sumó este nuevo caso de actividad ilegal de inteligencia.
El hombre en cuestión, quien fuera subsecretario de Asuntos Internacionales de la Defensa durante el Gobierno de Cambiemos y antes agente de inteligencia durante décadas, pidió declarar ante los legisladores nacionales (algo que permite el reglamento y la Ley de Inteligencia) al enterarse de que una persona había afirmado ante la Justicia que puso una bomba en su hogar por encargo y con colaboración de agentes de la AFI macrista. Según su testimonio, este sujeto está detenido en una causa por narcotráfico que tramita en el Juzgado Federal N° 1 de Lomas de Zamora.
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Según manifestó ante los legisladores, esta persona de arraigo político radical aseguró haber sido víctima de una escalada de intimidaciones entre marzo y julio de 2018: panfletos anónimos en su contra, amenazas telefónicas y la bomba en su casa, colocada el 6 de julio. El explosivo, al parecer, fue desarrollado con mucho profesionalismo pero no lo conectaron cuando lo dejaron en su hogar. El macrismo contra los macristas.
Esta persona aseguró que en una de las llamadas intimidatorias le manifestaron que debería renunciar al Ministerio de Defensa si no quería problemas para su familia. De hecho, antes de este episodio, sostuvo, se juntó con la Señora 8, Silvia Majdalani, porque se enteró que ella había pedido su cabeza al entonces ministro Julio Martínez.
El ex funcionario y espía también dijo ante la Bicameral que era amigo del periodista de La Nación Carlos Pagni, y que éste le contó que en abril de 2017, luego de que el periodista publicó una nota muy crítica sobre la inteligencia nacional, se había reunido con Arribas en la casa del entonces titular de la AFI. Arribas le habría dicho a Pagni “lo que pasa es que quiere ocupar mi puesto”, dándole a entender que sospechaba que la información de la nota venía del entonces funcionario de Defensa.
Ante los legisladores expuso que luego de la colocación de la bomba jamás lo contactaron desde el área de contrainteligencia de la AFI, algo que deberían haber investigado ya que se trataba de un atentado contra un funcionario encargado de las relaciones militares internacionales. Incluso, sostuvo que se enteró que quisieron actuar desde ese sector pero las autoridades lo impidieron.
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En la reunión también se trató un oficio judicial relacionado con las afirmaciones, ya públicas, realizadas por otro ex agente de inteligencia que aseguró que lo quisieron obligar a direccionar una causa contra Hugo y Pablo Moyano. Se trata de la que investiga un presunto vínculo entre la dirigencia de Independiente con la barra brava del club de Avellaneda. Como reveló El Destape en 2018, el juez Luis Carzoglio recibió la visita de dos espías con un borrador para realizar el pedido de detención de los sindicalistas, ya que era de especial interés del presidente Mauricio Macri.
El ex agente, abogado también de uno de los barras, aseguró que uno de los jefes de la AFI PRO le pidió que su defendido brindara elementos para facilitar la detención de los Moyano porque así lo quería Macri. De hacerlo, la persona saldría bajo arresto domiciliario y le diagramaron la declaración.
En 2018, el barra presentó un hábeas corpus por esta situación de apriete. Contó, según reveló El Destape con acceso al documento, que lo presionaron con su “libertad a cambio de decir cosas que no eran ciertas y si podía hacer algún plano de los lugares que conocía y describir que en alguno de esos lugares tuve un encuentro con Pablo Moyano” y aseguró que “todo el tiempo que duró la reunión se hacía hincapié en poder ensuciar” al camionero. Finalizado este encuentro, el detenido accedió al pedido del fiscal Sebastián Scalera para lograr encuadrarse bajo la figura de imputado colaborador y hacer las declaraciones falsas. Esta acusación fue negada por el funcionario judicial cuando, en su momento, lo consultó este medio.
Según contó en su escrito de puño y letra, en un primer momento el fiscal le aseguró que iban a grabar su declaración, pero él le mostró que tenía un “ayuda memoria” para no equivocarse en los datos. En el hábeas corpus se especificó que Scalera tomó los papeles y expresó que “él armaría la declaración”, en base a sus escritos, “que yo debería firmar a cambio de concederme la baja de la pena de 1/3 del mínimo de cinco años y una vez homologado por el juez de Garantías me otorgaría la morigeración en forma inmediata y un juicio abreviado de tres años de cumplimiento efectivo”.
Ante esta situación, el ex espía renunció a la defensa del barra brava de Independiente y, según dijo, eso motorizó su corrimiento de la AFI.