El juez Mariano Borinsky insiste con intervenir en el caso del espionaje a los familiares de la tripulación del ARA San Juan. El integrante de la Cámara Federal de Casación Penal fue recusado por las querellas por sus reiteradas visitas a escondidas al entonces presidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. Los denunciantes consideran que no es un magistrado imparcial. Borinsky rechazó este martes las acusaciones en su contra con argumentos formales y pidió a sus colegas que los planteos de las querellas “sean desestimados de plano”.
Si se queda en la causa, Borinsky (junto a Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma) tendrá que revisar el escandaloso sobreseimiento del ex mandatario que definieron tres jueces puestos a dedo por el propio Macri en la Cámara Federal porteña para quienes el espionaje contra los familiares de los submarinistas estuvo justificado.
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Este martes, Borinsky respondió al planteo de las querellas. Dijo que él ya intervino en esta causa (fue para blindar al “huemul” Carlos Mahiques, quien finalmente terminó desplazado) y que en aquella ocasión la abogada querellante Valeria Carreras lo recusó con los mismos argumentos. Recordó que aquel planteo fue rechazado por extemporáneo. Es decir, por una formalidad. También dijo que entonces la otra querella que ahora sumó su recusación, la de Luis Tagliapietra, no se había quejado de su intervención. Y que también fueron rechazados planteos similares en otras causas.
Lo curioso es que en su rechazo a las recusaciones de las querellas, Borinsky nada dice de sus visitas a escondidas a Macri que reveló El Destape y que son las causales del temor de parcialidad que ahora tienen las víctimas del espionaje macrista. El rechazo al planteo es meramente formal cuando las víctimas lo que esgrimen son hechos bien concretos que el camarista no responde de forma directa.
"Nos asiste la razón, no solo en el temor fundado de parcialidad sino en lo cuestionable, imprudente e inapropiado de la relación juez y el expresidente", sostuvo la letrada Valeria Carreras en respuesta al escrito de Borinsky.
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“Resulta insoslayable traer a consideración que en una oportunidad anterior el suscripto ya había sido desinsaculado –por sorteo del 14/9/22 efectuado por la Presidencia de esta Cámara- para intervenir en esta misma causa”, se defendió Borinsky. Y recordó que “esta Sala II resolvió: ‘RECHAZAR por extemporánea (art. 60 in fine del CPPN) la presentación formulada por la querella’”. “Esa resolución motivó la interposición de un recurso extraordinario federal que fue declarado inadmisible por esta Sala II”, agregó, en pos de demostrar que la controversia a su criterio ya fue saldada. En esa línea, sostuvo que “el nuevo intento de someter a estudio del Tribunal una cuestión que ya fue oportunamente resuelta, sin esgrimir causales sobrevinientes a aquella decisión, se presenta improcedente y contraria a los principios de preclusión y progresividad que rigen el debido proceso”. Pidió a sus colegas que rechacen in limine lo planteado por las querellas.
El camarista también rememoró que en otros procesos la sala IV de la Casación “ha rechazado in limine planteos de recusación análogos a los que aquí se plantean”. Esto no fue azaroso. En el momento en que se acepte una recusación de Borinsky por estos motivos puede abrirse un efecto en cadena que repercuta en diversos casos paradigmáticos de persecución judicial. El riesgo para Comodoro Py es muy alto. Es que Borinsky visitaba a Macri a escondidas pocos días antes y después de resolver en causas del lawfare como la causa del Memorándum con Irán, el caso de la Obra Pública, Dólar Futuro y la Ruta del dinero K, por citar algunos casos.
“A las condiciones apuntadas cabe agregar que no se verifica el supuesto de recusación invocado por los incidentistas; pues se basa en meras hipótesis conjeturales”, concluyó Borinsky sin siquiera explicar sus visitas, que quedaron asentadas en los registros de ingreso a la Quinta de Olivos, tal como se desprende de un pedido de acceso a la información pública que realizó El Destape.
Ahora los colegas de Borinsky deben resolver si sigue en la causa o no. Todavía no está claro quiénes intervendrán además de Guillermo Yacobucci. Porque en un intento por blindar a Borinsky, el exjefe de la AFI macrista, Gustavo Arribas –también implicado en este caso-, pidió que Ángela Ledesma no participe del incidente que tiene al visitante de Macri como protagonista. La razón fue que Ledesma ya había emitido opinión y fue muy crítica tanto de Borinsky como de Gustavo Hornos cuando se conocieron sus visitas a escondidas a Macri. Por lo que se descontaba su posición en la recusación que hicieron las querellas. Ante el planteo de Arribas, Ledesma se excusó de intervenir en el incidente que involucra su colega. Cuando se excusó, la camarista dejó en claro con distintos argumentos que el visitante de Macri debiera hacer lo mismo pero en la cuestión de fondo.
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El punto es que este martes el juez Yacobucci convocó a dos colegas para resolver estas incidencias de Ledesma y Borinsky. La convocatoria fue a sorteo. Una vez designados, esa dupla se sumará a Yacobucci para ver si aceptan la excusación de Ledesma. Si la aceptan, los mismos tres camaristas deberán abordar la situación de Borinsky. Y pueden hacerlo todo en el mismo acto resolutivo. Si la rechazan, Ledesma podrá participar del incidente que hace al visitante de Macri.
Si los colegas de Borinsky le dan la derecha a las querellas, el visitante de Macri deberá dejar la causa del espionaje a los familiares de la tripulación del ARA San Juan. Si, por el contrario, respaldan al camarista, el tribunal finalmente quedará integrado por Yacobucci, Ledesma y Borinsky.
El visitante de Macri fue designado recientemente para intervenir en la causa en reemplazo del camarista Alejandro Slokar, que es uno de los pocos jueces de la Cámara de Casación que no se alinea con los intereses del macrismo y fue desplazado del expediente a pedido de las defensas de Macri y de los ex jefes de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Apenas designado, Borinsky fue recusado por las querellas (primero por la que representa Valeria Carreras y luego por la que encabeza el abogado Luis Tagliapietra). Hasta que no se resuelva ese incidente que hace a la conformación del tribunal no se puede abordar la cuestión de fondo.
¿Por qué las querellas piden apartar a Borinsky del caso? La abogada Valeria Carreras, que representa a la querella mayoritaria del caso, fue la primera que recusó a Borinsky “toda vez que su designación para integrar la presente Sala pone en crisis y afecta los derechos, principios y garantías de ser oídos por juez imparcial”. La letrada citó la investigación de El Destape que reveló que Macri se reunía en secreto con jueces y fiscales en la Quinta de Olivos, entre los que se destacaba Borinsky.
La abogada citó el artículo 55 del Código Procesal Penal que establece que un juez debe inhibirse de intervenir en un caso si “tuviere amistad íntima, o enemistad manifiesta con alguno de los interesados”. No solo las planillas que reveló El Destape dan cuenta que Borinsky y Macri se reunían en la Quinta de Olivos. Los propios protagonistas, es decir el camarista y Macri, reconocieron que jugaban al tenis y al pádel juntos. Borinsky en diálogo con este portal y el expresidente en una entrevista con TN.
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Según explicó Carreras, la designación de Borinsky “genera en esta querella por muestras de amistad manifiesta con el imputado Ex Presidente Macri, temor de parcialidad, haciendo peligrar la chance de obtener un fallo que no deje impune el espionaje ilegal que padecieron”.
Estos vínculos son importantes porque Macri es parte interesada en el expediente en que se investiga el espionaje sobre los familiares de la tripulación del submarino hundido, por eso las querellas temen por la parcialidad de Borinsky.
El juez de primera instancia Martín Bava, que tuvo el caso cuando tramitó en los tribunales de Dolores, procesó a Macri tras considerarlo responsable del espionaje ilegal que se hizo desde la AFI sobre los familiares de las víctimas del ARA San Juan cuando estos acudían ante el jefe de Estado para pedirle explicaciones por lo sucedido. Luego, el exmandatario fue beneficiado por la Cámara Federal porteña cuando la causa pasó a Comodoro Py. Los tres jueces que nombró Macri en ese tribunal (Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens) legitimaron las tareas de inteligencia con la insólita excusa de que se estaba cuidando la seguridad presidencial y la del país. Ahora la Casación debe revisar ese fallo de la cámara porteña.
La participación de Borinsky en este caso provocó hasta la reacción de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, quien se hizo eco del desplazamiento del caso del ARA San Juan del camarista Slokar y de la llegada del visitante de Macri en la quinta de Olivos: “Es joda. Más explícito no se consigue”, sentenció CFK respecto a esa designación.
Este martes, Borinsky insistió con que debe mantenerse en la causa.