El viaje a Paraguay del exdirector de Contrainteligencia de la AFI macrista, Diego Dalmau Pereyra, para entrevistarse con Ibar Pérez Corradi, en ese entonces prófugo de la Justicia argentina por tráfico de efedrina, generó un momento de mucha tensión en la reunión de la comisión Bicameral de Inteligencia este martes. Se trata del espía más experimentado de los que hasta el momento desfilaron por el Congreso en el marco de la causa que investiga las operaciones ilegales de la exSIDE, en conjunto con el accionar de la mesa judicial macrista.
En su exposición, que duró unas cuatro horas, incurrió en algunas contradicciones llamativas sobre la visita al país vecino que, según denunció el ahora detenido, tuvo el objetivo de ablandarlo para implicar a Aníbal Fernández en la causa del Triple Crimen de General Rodríguez. Primero negó haber viajado con los abogados de la persona a extraditar a la Argentina para luego confirmar no sólo que abordaron el mismo avión sino que estuvieron en el mismo hotel.
“No viajé, no subí con ellos, no los conozco, no sé quiénes son. Los vi de cara. Lo niego totalmente”, dijo ante las preguntas de los legisladores sobre supuestas entrevistas que pudo mantener en Paraguay, por junio de 2016, con los defensores de Pérez Corradi. En ese momento, le exhibieron los documentos de Migraciones que confirmaron que estuvieron juntos, en asientos contiguos durante todo el viaje.
Ante la prueba, reculó y debió reconocer que efectivamente estuvieron en la misma aeronave: “No los conozco, no negocié con los abogados, estaban en el vuelo”. Sin embargo, aseguró que se trató de una “casualidad” pero también confirmó que se alojaron en el mismo hotel. “Ninguno. Cero. Nada. Cero”, dijo en un naufragio de palabras y argumentaciones que no pudo sostener. A eso le retrucaron que no sólo fueron a Paraguay juntos sino que también se alojaron en el mismo lugar y volvieron a la Argentina otra vez en un mismo grupo.
Sobre el objetivo de ese viaje, denunciado por Pérez Corradi a El Destape, buscó despegarse. Según el detenido, Dalmau viajó para convencerlo de implicar a Aníbal Fernández en la causa del Triple Crimen: “No tenía autoridad y además no lo iba a hacer. Ni siquiera sé hacerlo, negociar con alguien”, sostuvo.
Según su argumentación, como contó ayer este medio, viajó por orden de las autoridades de la AFI para después asegurar que fue Silvia Majdalani, la dos de la Casa, quien lo mandó pero después quiso recular e incluyó la palabra “creo”. Sin embargo, negó haber volado por orden de Gustavo Arribas. Como toda operación, el corolario es un informe. En este caso no hubo uno escrito y no informó de la travesía al organismo de inteligencia, lo que le valió un sumario interno.
El vuelo fue compartido, además de los abogados de Pérez Corradi, con Darío Biorci, el jefe de Gabinete de Majdalani y cuñado de ésta, para encontrarse en Paraguay con Pablo Noceti, el dos de Patricia Bullrich, supuestamente sólo porque habían trabajado en colaboración con la policía de ese país para capturar al entonces prófugo. Sobre ésto, sostuvo que sólo participó contra inteligencia para colaborar en la captura de una persona que buscaron “por todos lados”.
En su relato, que no estuvo exento de gritos, sostuvo que fue a ver a Pérez Corradi para constatar si estaba bien y preguntarle si iba a volver al país. Mientras tanto, en el hotel mantuvieron reuniones con la fiscal local del caso y, según su relato, Noceti fue el encargado de manifestar la intención argentina de extraditarlo. Lo que finalmente ocurrió con el compromiso de Bullrich de que Pérez Corradi no estaría dentro del Servicio Penitenciario Federal ni Bonaerense, siempre y cuando brinde los datos que dijo que tenía para aportar, y que su familia iba a ingresar al Programa de Protección de Testigos. Eso no sucedió porque fue preso.