El juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla amplió el procesamiento del periodista de Clarín Daniel Santoro en el caso D’Alessio. Lo consideró “miembro de una asociación ilícita paraestatal dedicada al espionaje ilegal”. “Esos delitos concurren de forma real con aquellas otras conductas ilícitas por las que ya se ha dictado su procesamiento”, agregó el magistrado.
De acuerdo al juez, “la participación de Santoro resultó evidentemente necesaria para el desarrollo de los planes ilícitos” de la banda que integró el espía ilegal Marcelo D’Alessio y que el juez definió como “paraestatal”, es decir, vinculada al macrismo. “Lo que se ha comprobado”, dijo Ramos Padilla, es que “además de sus aportes a cada una de las maniobras” hubo una “participación dolosa”. “Este es el elemento determinante que permite considerar sus aportes como parte de la empresa criminal”, indicó en una extensa resolución de 1.125 páginas en la que cerró una importante etapa de la instrucción del caso. D’Alessio, Santoro y el fiscal Carlos Stornelli, entre otros imputados, quedaron a un paso del juicio oral.
Santoro había sido procesado por Ramos Padilla en agosto de 2019 por lo delitos de “coacción y extorsión en grado de tentativa” por su accionar en dos de las decenas de casos que se le adjudicó a la banda de D'Alessio: el de Gonzalo Brusa Dovat y el de Víctor Cifuentes. Este miércoles, el juez amplió ese procesamiento.
Ramos Padilla destacó que “se pudo probar que D’Alessio y Santoro planificaron en forma conjunta una maniobra a largo plazo que buscaba presentar en una causa judicial información obtenida y producida ilegalmente. Para ello, fue necesario que Daniel Santoro se ocupara de que el fiscal Carlos Stornelli recibiera y le tomara declaración a D’Alessio. El fiscal declaró que así ocurrió, y que Santoro se lo presentó como un agente vinculado a la Embajada de EE.UU., perteneciente a la DEA o la NSA”.
“Daniel Santoro sabía que D’Alessio era una persona vinculada a los servicios de inteligencia; no sólo porque así lo presentaba a fiscales, jueces, legisladores y periodistas y hasta en el propio programa de televisión en el que participaba, sino porque incluso ambos habían sido denunciados por Gabriel Traficante a raíz de las maniobras de chantaje y extorsión que realizó D´Alessio a partir de las publicaciones de Santoro”, agregó el juez.
“La participación de Santoro en las operaciones de la organización es tan elocuente que no sólo se comprobó que anticipaba lo que habrían de declarar aquellas personas que eran ‘guionadas’ o direccionadas en su testimonio –porque Marcelo D´Alessio le remitía las declaraciones que él confeccionaba–, sino también su participación en los encuentros y las acciones realizadas por la organización para concretar el desarrollo de esas operaciones”, afirmó Ramos Padilla.
El magistrado recordó que mientras se articulaba “la maniobra contra Gonzalo Brusa Dovat, D’Alessio le hacía saber a Santoro que lo estaba ‘ablandando’, que la víctima estaba ‘en pánico’, que ‘entregaba todo’, o que no tenía ‘vuelta atrás’ por más que quisiera ‘recular’”. Se trata del ejecutivo de PDVSA que fue entrevistado por el periodista de Clarín y llevado a declarar a la fiscalía de Stornelli.
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En el racconto de casos, el juez indicó que D´Alessio le reportó a Ricardo Bogoliuk –integrante de la banda y exAFI- el Informe Fantino-CFK, “cuya fuente es Daniel Santoro”. Allí “se da cuenta del encuentro de aquél periodista y la ex presidenta de la Nación, como así también de la ideología de los periodistas del programa periodístico ‘Animales Sueltos’”, que integraba el propio Santoro.
“Es importante destacar que se corroboró la participación de Daniel Santoro en la mayoría de las operaciones consignadas en la ‘SÍNTESIS DE INVESTIGACIONES ACTUALES’”, indicó Ramos Padilla, en referencia, un documento hallado en los dispositivos de D’Alessio donde se daba cuenta de diversas operaciones de la banda paraestatal. “La descripción que se efectúa en el apartado 4 titulado ‘DE VIDO, BARATTA, MOYANO Y D’ELÍA’ es donde la participación del periodista es más explícita”, añadió el juez. Otro procedimiento de la organización criminal al que quedó vinculado es el de “La mafia de la Aduana” donde “se ha demostrado sobradamente su involucramiento en las numerosas maniobras que rodearon esa operación, desde el inicio del intento extorsivo a Gabriel Traficante, hasta el direccionamiento del testimonio de Gladys Fernández”.
En su descargo, el periodista dijo que D’Alessio era tan solo una “fuente periodística” y que mantenían una relación “estrictamente profesional”. “Ninguna de estas afirmaciones era cierta”, dijo el juez. “Por el contrario, mantenían una relación muy cercana de amistad, y desarrollaban en forma conjunta lo que D’Alessio denominaba ‘investigaciones’ y consistían en maniobras de espionaje ilegal”, indicó.
Además de la información que D’Alessio le brindaba, el juez enumeró 10 puntos con las maniobras que Santoro le facilitó al espía ilegal:
1) Le presentó a D’Alessio a diversos fiscales, jueces y legisladores como un “agente de la DEA” y/o la “NSA” o vinculado a una embajada;
2) Se reunió junto a D’Alessio con magistrados inmediatamente después de que extorsionara a familiares de personas detenidas en la causa a cargo de dicho magistrado;
3) Diseñó con D’Alessio planes que serían desarrollados a lo largo de más de un año, que incluían la publicación de un libro en el que D’Alessio aparecería como “fuente en on”, para que luego éste declarara –gestión de Santoro de por medio– ante Stornelli, donde aportaría cuatro carpetas con información obtenida ilegalmente y que diría haber recibido en forma anónima;
4) Anticipaba las declaraciones de personas detenidas que luego se supo redactaba Marcelo D’Alessio;
5) Intercambiaba e–mails con D’Alessio donde éste le enviaba las declaraciones de las personas que la organización guionaba;
6) Intercambiaba información con D’Alessio vinculada a los objetivos o víctimas de la organización;
7) Utilizaba información provista por D’Alessio con la que éste, en paralelo, llevaba adelante extorsiones;
8) Era provisto por Marcelo D’Alessio de información que Ricardo Bogoliuk –referido como su “Director de Operaciones”– le proporcionaba durante el transcurso de una operación;
9) Le daba información a Marcelo D’Alessio acerca de las reuniones de Cristina Fernández de Kirchner con determinados periodistas que el espía le reportaba a Ricardo Bogoliuk;
10) Intercambiaba información respecto de gente a la que D’Alessio espiaba con drones, a sabiendas de ello.
“Sostener que D’Alessio era simplemente una fuente de Daniel Santoro resulta tan inexacto como afirmar que D’Alessio fue simplemente un testigo de Stornelli en una causa judicial”, afirmó el juez.
En otro apartado, el magistrado diferenció la relación de Santoro y D’Alessio de la que mantuvo el espía ilegal con otros periodistas. “Respecto de ningún otro periodista se determinó su participación dolosa en planes y operaciones de inteligencia múltiples y sostenidos a lo largo de casi tres años”, concluyó el juez. “Sus aportes y sus conductas encajaban en la arquitectura de las operaciones” de la banda paraestatal, dijo sobre Santoro, que grabó más de una entrevista junto a D’Alessio.
Así las cosas, Ramos Padilla le adjudicó a Santoro participación en los casos: Mafia de la Aduana; GNL; coacción a Brusa Dovat; espionaje y extorsión al empresario Víctor Cifuentes; la operación Porcaro; direccionar las declaraciones de Fariña.
En otro apartado, Ramos Padilla resaltó que “ninguna persona, sea cual sea su profesión, se encuentra habilitada a participar en la planificación o el desarrollo de operaciones de inteligencia y espionaje ilegal encaminadas a perjudicar a una o más personas, que, en muchos casos, además, incluyen coacciones, extorsiones, chantajes, maniobras de guionamiento, uso de armas, etc”. “Santoro fue una figura esencial en la planificación y desarrollo de las operaciones llevadas a cabo por la organización, participó de los encuentros, realizó aportes concretos y abrió diversos caminos a D’Alessio para que las operaciones se pudieran concretar, aun sabiendo que sus acciones constituían un aporte a las actividades ilegales que llevaba adelante. De modo que la afirmación que realiza vinculada a que esta investigación pueda constituir una vulneración a la libertad de prensa no tiene ningún fundamento”, cerró el juez.
Tal como se desprende de la resolución judicial, Ramos Padilla corroboró:
- La utilización de publicaciones periodísticas de Daniel Santoro para amenazar y exigir dinero;
- Su participación y el aporte concreto a numerosas operaciones que la organización desarrolló con conocimiento de la importancia de su contribución para el avance de la mismas;
- La participación del periodista en –al menos– una coacción y una extorsión;
- Que Santoro presentaba a Marcelo D’Alessio ante magistrados, legisladores y periodistas como un “agente de la DEA”;
- Que le eran remitidas y anticipaba las declaraciones judiciales que obraban previamente en la computadora de D´Alessio y que sabía que se trataba de testimonios que habían sido direccionados o guionados;
- Que esos testimonios estaban orientados en algunos casos para su beneficio personal y buscaban perjudicar a aquellos que lo habían denunciado;
- Que llevó adelante varias maniobras para consolidar esos testimonios, como entrevistas que filmaba D´Alessio, en los que se ratificaba aquello que se había plasmado previamente en los informes de inteligencia;
- Que utilizaba información con la que, en paralelo, D’Alessio llevaba adelante extorsiones;
- Que pese a las denuncias en su contra, persistió en su conducta y en sus aportes a las operaciones de la organización, entre otras cosas.