La Justicia de Entre Ríos citó a declarar a los hermanos Luis Miguel, Juan Diego y Sebastián Etchevehere. Todos ellos están acusados de "estafa", en el marco de lo que fue el vaciamiento de Sociedad Anónima Entre Ríos -SAER-, editora de El Diario de Paraná, histórico medio gráfico fundado por el abuelo del clan, Luis Etchevehere, el 15 de mayo de 1914. Se espera que las indagatorias se lleven adelante el martes 17 y el martes 24 de noviembre. Su madre, Leonor Marcial
No son los únicos que irán a declarar, sino que también los harán Walter Grenón, Viviana Grenon, Germán Buffa y Luis Alberto Guevara. El primero es uno de los principales apuntados, luego de adquirir el 66% de las acciones de la empresa en 2012, en consonancia con la intención del gobierno de Sergio Urribarri de tener mayor incidencia en el medio. Ellos declararán el 19 y 26 de noviembre; y el 2 y 22 de diciembre.
El caso es uno de los tantos que impulsó Dolores Etchevehere, la hermana mujer de Luis Miguel, Juan Diego y Sebastián. La convocatoria no es azarosa, se conoció el viernes 30 de octubre, apenas 24 horas después de que la Justicia entrerriana determine el desalojo de Dolores y de militantes del Proyecto Artigas de Estancia Nueva, terreno de la familia ubicado en el ingreso a Santa Elena -departamento La Paz- objeto de una disputa familiar que se extendió por 14 días e involucró a funcionarios nacionales, a dirigentes sociales -como Juan Grabois- y que habilitó la movilización de sectores del campo, alineados bajo una supuesta defensa de la propiedad privada ante lo que consideraban una usurpación.
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En 2012 Grenón y la familia Etchevehere acordaron la transferencia de inmuebles de Sociedad Anónima Entre Ríos -SAER- a tres compañías: Nexfin SA y Arroyo Ubajay SA, que integraba Grenón -el 66%-; y Construcciones del Paraná SA, cuyos únicos accionistas eran los Etchevehere, con el 34%. La maniobra implicaba que cada parte se llevaba el equivalente a su participación accionaria y se concretó entre agosto y septiembre de 2012.
La tesis acusatoria es que las empresas que recibieron los inmuebles son fantasmas, es decir, no existen y sólo fueron creadas a los efectos de dividirse SAER. Cuando Dolores Etchevehere quiso reclamar su parte de El Diario, se encontró con que había sido vaciado. "Eran 18 inmuebles que desaparecieron y recayeron en las empresas de Grenón y Etchevehere. Pero, además, a raíz de allanamientos de la Justicia, en el expediente hay correos electrónicos donde se deja explícitamente rastro de cómo se hacían los movimientos para que Dolores no se enterara de nada" indicó a El Destape, Federico Malvasio, extrabajador de El Diario y actual director de Página Judicial.
Previo a la transferencia de inmuebles, los acusados se ocuparon de la incapacidad económica de Construcciones del Paraná. Lo hicieron a través de la Asociación Mutual Solidaria (AMUS), de Grenón. Así comenzaron maniobras circulares de fondos que se hacían pasar por operaciones inmobiliarias. "Por cada escritura de venta de un inmueble, se confeccionaba un contrato de mutuo, emitido por la mutual, que hacía las veces de prestamista, y se emitía un cheque a nombre de Construcciones del Paraná; inmediatamente la sociedad endosaba esos valores a favor de SAER por la escrituración de cada inmueble y SAER derivaba los cheques a la mutual. Lo que ocurría entonces era que los cheques volvían a quien los había emitido y las propiedades cambiaban de dueños, aunque solo de manera formal, porque salían del patrimonio de SAER y pasaban a pertenecer a otras empresas cuyos miembros eran los socios de SAER" explicó Malvasio en una nota relacionada con el tema en su plataforma de noticias.
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En 2018, como otros 80 empleados, Malvasio recibió su telegrama de despido. Junto a él, estaba el de su esposa, Luz, que llevaba todavía más años en El Diario. "Y estuve ocho años, pero Luz estuvo como 17. Igualmente, en 2017 ya nos tomamos licencia, porque no se podía trabajar. No se vendía, no pagaban, y a la par de las limitaciones editoriales, se producía el vaciamiento".
Para los trabajadores del medio, Grenón fue sólo un administrador: "Nunca estuvo en El Diario. No le interesaba seguir el día a día, no se molestaba en ver qué andábamos ni en mejorar los equipos, mucho menos. En lo periodístico, nada. Excepto la línea editorial, que sí estaba muy restringida por los negocios e intereses políticos del momento. Leonor Etchevehere -madre de Luis Miguel, Juan Diego y Sebastián- sí estaba, pero no tomaba ninguna decisión. Eran minoría, así que no definían ya demasiado".
En 2016, cuando Bordet asumió la Gobernación, la línea editorial se flexibilizó. "Ahí se pudo escribir un poco más, es verdad. Empezamos a firmar las notas de nuevo, pudimos tener más libertades. Pero El Diario ya estaba muerto, no había nada que hacer y era cuestión de tiempo nada más. Algunos pudimos reinventarnos, sobre todo los que teníamos menos años. Pero otros llevaban más de 30 años ahí adentro. Y de un día para el otro, se fueron. Ni hablar de los trabajadores gráficos, que se quedaron en la calle también".
Juan Cruz Varela también trabajó ocho años en El Diario, desde 2010 a 2018. Él divide la crisis de la empresa en dos etapas, en la que primero hubo disputas por derechos laborales y posteriormente una fuerte censura en materia editorial.
"La relación con Grenón, al principio, no tuvo tantas tensiones por la cuestión editorial. Pero en 2012 empezamos a reclamar que se aplique un convenio colectivo de trabajo que no tenía lugar en la provincia. Nos enteramos que el Superior Tribunal de Justicia iba a sacar un fallo señalando que no era aplicable, así que empezamos a movilizarnos todos los martes a Tribunales. Eso escaló y se hizo incontenible para Grenón y para el gobierno, que ya estaba metido en El Diario. Lo resolvieron echándome a mí y a otra compañera, como para calmar la tensión con el ala sindical. En el marco de la negociación para reincorporarnos hubo una tregua y volvimos. Posteriormente el fallo del STJ le dio la razón a los trabajadores. Ese fue el primer encontronazo que hubo" contó a El Destape el exempleado.
Luego del conflicto por los derechos de los trabajadores, se acentuaron las restricciones en materia editorial: "Había temas que directamente no se trataban. Eso trajo, a la par del vaciamiento patrimonial, un vaciamiento humano, porque muchos periodistas se fueron. El Diario no pagaba bien y a la vez no dejaba trabajar. Todo ese cuadro se agravó aún más cuando se fue Sergio Urribarri de la Gobernación, porque hasta ese momento el gobierno garantizaba, para evitar problemas, el dinero para el funcionamiento del medio".
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En 2016 el ya crítico cuadro de situación descripto se tornó en casi terminal: los empleados empezaron a cobrar en tramos; luego a cobrar sin aguinaldos ni aumentos paritarios y finalmente a no cobrar. "Cuando yo me fui tenía una deuda de seis meses de sueldo, más vacaciones, retroactivos por paritarias y otros ítems. Antes de que nos echen El Diario se presentó en concurso de acreedores, por lo cual esa deuda quedó ahí. Cuando nos echaron se sumó la indemnización. En mi caso particular son alrededor de 600 mil pesos en total, de los cuales habré cobrado en estos dos años, 40 mil pesos. Menos del 10%. Pero hay gente a la que le deben dos millones de pesos".
El final de El Diario era anunciado. Si bien hoy funciona, lo hace con una dotación mínima. En 2018, 80 trabajadores dejaron sus puestos y aún esperan cobrar lo que les corresponde. "Yo cerré el capítulo, pero otros no han hecho el duelo, les cuesta mucho adaptarse a la idea de que no están más ahí. Y yo, a la par, tuve la suerte de reacomodarme, pero otros no. Un compañero nuestro fue hallado casi muerto al costado de una ruta. Se fue a probar suerte, a dedo, y casi se muere" resaltó Varela.
¿Pero entonces, quiénes son los Etchevehere para los trabajadores de El Diario? "Cuando vimos lo que pasó en Santa Elena, no nos sorprendió. Los conocimos, los enfrentamos y sabemos de su cinismo. Cuando hacíamos reclamos, ellos decían que no tenían margen de acción porque eran minoría. Tienen un deseo irrefrenable por la plata y esa es su línea de conducta, joder a la gente y no pagarle a sus empleados, ni a sus abogados, ni a los peones. No pagan. Lo sabemos por testimonio de gente, no es que lo suponemos. Se comportan así. No sorprende".
La respuesta de Etchevehere
"Yo estoy a disposición de la Justicia y me voy a presentar con todas las pruebas. Vamos a demostrar que nada de lo que dice en el expediente se corresponde con la realidad" señaló a El Destape, Luis Miguel Etchevehere. El exministro de Agroindustria de la Nación resaltó que prefiere no adelantar la estrategia judicial que llevará adelante con su familia, pero dio a entender que todos los movimientos de bienes dentro de El Diario fueron legales.
Consultado por los despidos y el no pago de indemnizaciones a extrabajadores del medio, el ruralista subrayó: "Nosotros como parte minoritaria de las acciones no tenemos injerencia en esa materia. Sí aseguro que cuando se tomó la decisión, en 2018, nosotros decidimos no acompañar esa determinación. Nuestra intención fue siempre que las fuentes de trabajo se mantuvieran. Esa fue la tradición histórica y el comportamiento de mi familia dentro de El Diario".
Etchevehere señaló, además, que no mantiene contacto con la parte accionaria mayoritaria: "Yo no formo parte del Directorio, pero sé que en su momento nuestra parte se opuso a la medida. No puedo hablar por la otra parte, porque no me corresponde".