La insatisfacción con la marcha general de las cosas en el país llegó a su punto más bajo desde el inicio del Gobierno, opinión casi absoluta entre los votantes de derecha y quienes eligieron a Juntos por el Cambio en los últimos comicios. Sin embargo, al igual que en otras encuestas recientes, también se nota que el deterioro de la gestión de Alberto Fernández al menos se detuvo en los últimos dos meses, por lo que la desaprobación bajó del 81 al 75% de los consultados. En especial, son valoradas las políticas de salud y de ciencia, dos áreas que el macrismo había dejado desmanteladas.
Los datos corresponden a la encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública que realiza la Universidad de San Andrés en todo el país entre mayores de 18 años conectados a internet correspondiente a junio, respetando la ubicación geográfica y el nivel de ingresos. El índice significativo del trabajo fue que tocó su piso en el aspecto "satisfacción con la marcha general de las cosas", que abarca todos los rubros: apenas un 10% se manifestó muy o algo satisfecho frente a un abrumador 88% que se mostró algo o muy insatisfecho con la situación actual.
El desglose reveló que la insatisfacción es mayor en el electorado de mayor edad y poder adquisitivo, ubicado del centro hacia la derecha y votante del macrismo y libertarios. En cambio, en el electorado más joven, de clase media baja y baja, y de ideas más progresistas tiene una evaluación más benévola. Obviamente, los electores del Frente de Todos e, incluso, los del Frente de Izquierda ven las cosas un poco mejor.
En un panorama desolador, el Ejecutivo tuvo algún punto más de consideración que las Cámaras de Senadores y la de Diputados y que el Poder Judicial, todos peor conceptuados aún. Ni la oposición en el Congreso ni una Justicia que, en general, le resulta afín, zafaron del aplazo general en una situación social de hastío con una clase dirigente que no consigue sacar al país de sus crisis recurrentes.
Como era de imaginar, la inflación fue señalado como el principal problema que afecta el país: un 55% de los consultados lo consideró así. Lo que resulta más llamativo es que, fuera de esa coincidencia inicial, de ahí para abajo los votantes del Frente de Todos y los de Juntos por el Cambio respondieron de una manera muy diferente. Los electores del oficialismo luego mostraron preocupación por la pobreza (35%), los bajos salarios (31%), el endeudamiento externo (29%), la inseguridad (26%) y el desempleo (24%). En cambio, los votantes macristas evaluaron en segundo término de gravedad la corrupción (54%), la inseguridad (40%), los políticos (33%) y la educación (22%).
El insólito lugar de preocupación por la corrupción que exhibieron los simpatizantes macristas en una gestión que no tuvo ningún caso importante en lo que lleva de mandato tiene que ver con el machacar incesante de los medios opositores que siguen ventilando a diario causas que en algunos casos tienen más de una década -que por lo general terminan en la nada- o inventan sospechas sobre cualquier acto de gestión.
En cuanto a la gestión nacional, un 21% aprobó al gobierno de Fernández mientras que un 18% la desaprobó "algo" y un 57% la desaprobó "mucho". Si el porcentaje de desaprobación puede parecer alto, mejoró seis puntos respecto a marzo en tanto que la aprobación subió en un tres por ciento. La política científica (29%) y la sanitaria (26%) se ubicaron entre las más valoradas mientras que en el fondo de la tabla quedaron la política económica (8%) y la de seguridad (6%).
Es lógico, por tanto, que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y el de Ciencia y Técnica, Daniel Filmus, hayan quedado entre los integrantes del gabinete con mejor imagen. Más curioso es que junto a ellos aparezca el ministro de Economía, Martín Guzmán, dado el mal concepto general sobre la situación económica. Seguramente en eso tuvo que pesar la evaluación del cuadro complicadísimo -nacional e internacional- en el que el ministro debe tratar de llevar adelante su gestión.