En pararelo con una expectativa económica que se va deteriorando, la imagen del presidente Alberto Fernández y la de su destión de gobierno llegó a su punto más bajo durante marzo. Pese a esto, el Presidente aún mantiene un crédito interesante con un 39,1% de consideración positiva, pese la pandemia, la guerra en Ucrania y demás dificultades que debió atravesar en estos dos años y medio de mandato. Es decir, todavía tiene margen para la recuperación y darle sustenso a su aspiración de ser reelecto, pero para eso debería atender una situación económica que mantiene al acecho con los ingresos reales de trabajadores y jubilados a la baja en estos últimos meses.
Los datos surgen del último sondeo realizado por la consultora Analogías entre el 26 y el 28 de marzo en todo el país en base a 2.621 casos. Lo primero que surge en el trabajo es el paralelismo entre el crecimiento de una visión pesimista sobre el futuro económico y la caída de las opiniones positivas sobre la gestión de gobierno. La imagen del Presidente, que había repuntado luego del anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, mostró una baja pronunciada en esta nueva medición, seguramente motivada por los aumentos de precios de la última semana y la todavía incierta "guerra" que le declaró como respuesta. La imagen presidencial cayó cinco puntos en este último tiempo, ubicándose en el nivel más bajo de los últimos 18 meses en los que se viene realizando el sondeo.
Es resultado de la percepción que existe sobre la marcha de la economía. Ante la consulta sobre las perspectivas económicas para los próximos dos años, un 66% consideró que la situación será "peor" y sólo un 27,7% opinó que "mejor". Es un uno por ciento más crítico que el mes pasado. "Como venimos observando desde hace al menos 18 meses, la preocupación sobre el nivel de ingresos reales de los trabajadores y jubilados tiene una presencia muy negativa y determinante de todo el cuadro de opiniones", concluyó el trabajo de Analogías.
En el sondeo comparó la evolución del valor real de los salarios de los trabajadores registrados y no registrados de acuerdo a los números del INDEC. "En los doce meses entre febrero de 2021 y enero de 2022, la caída del indicador anual promedio del valor real de los salarios medidos por el INDEC es de 2,8%, comparando con enero de 2020 la caída es de 5,4% y de 20 puntos respecto del 2017", observó. Esta situación, que mantiene los ingresos en niveles deprimidos similares a los que dejó Mauricio Macri, se da en un contexto de fuerte recuperación económica, como la que mostraron los índices de actividad de 2021, junto con la reciente baja de desocupación y reducción de pobreza.
"Evidentemente, la extensión capilar del deterioro salarial, con heterogeneidades muy marcadas dentro de la clase trabajadora, está provocando una acentuada angustia social y un impacto muy negativo sobre la valoración de la gestión de gobierno y de la administración de expectativas", es la conclusión a la que llegan. Es decir, muy diferentes situaciones salariales según las actividades y una realidad que se ve cada vez más: trabajadores en blanco cuyos ingresos no les permiten alcanzar una canasta básica. La economía crece pero esa mejora no llega a los bolsillos de los asalariados. En ese panorama, más del 85% de los encuestados manifestó que la economía y los ingresos se están recuperando “poco o nada”.
El FMI y la inflación
Luego de tanto debate, el acuerdo que el Gobierno alcanzó con el FMI fue considerado en forma positiva por el 43,6% de los encuestados frente al 31,3% que respondió de manera negativa. No obstante, sólo el 27,1% evaluó que el entendimiento permitirá a la Argentina desarrollarse "mucho" o "bastante" mientras que el 58,3% dijo que servirá "poco" o "nada". Era algo que ya se percibía en antereiores mediciones. El acuerdo era algo que debía firmarse, pero no traerá consecuencias positivas para el país. La discusión pública sirvió para clarificar un poco -sólo un poco- cómo fue que se generó esa deuda exorbitante. Un 42,1% afirmó que la había generado la gestión de Macri y un 29,4% que lo había hecho Fernández. Antes del deabte parlamentario esos números eran más parejos.
Como era de imaginar, la inflación es hoy la principal preocupación de los argentinos, con el 32,8% de las respuestas, seguida por la corrupción (31,4%), inseguridad (13,7%), desempleo (8,6%), educación (4,7%), la pandemia (3,2%), la violencia de género (0,9%), el cuidado del medio ambiente (0,8%) y la salud (0,6%). Indudablemente, la pandemia ya es cosa del pasado para la gente y los problemas que hoy más preocupan tienen que ver con lo económico, rubro en el que las políticas del gobierno no se ven efectivas para resolver las dificultades.
Estos problemas terminan generando que cada vez más gente se perciba opositora. En esta medición, un 65,8% se identificó como opositor en tanto que un 34,2% se consideró oficialista. De nuevo, si bien es el punto más bajo desde que se inició el gobierno de Fernández, tampoco se ve como un punto de no retorno. Con todas las dificultades internas y externas que le tocó atravesar, aún conserva un interesante porcentaje de adhesiones, con un largo trecho por recorrer para recuperar la mayoría que supo tener poco más de dos años atrás.