Sin dejarla picar, cerraron las listas para estas elecciones 2021 y se abrió la campaña. Un sector de Juntos por el Cambio definió salir a la cancha con los tapones de punta y, cual juego de pinzas, decidió confrontar con el Frente de Todos y el radicalismo al mismo tiempo para impulsar a Diego Santilli en la interna y prepararlo para las elecciones generales de octubre. Ni el ex porteño ni Facundo Manes, su contrincante, manejan números finos post presentación de los candidatos pero varias encuestas realizadas en los días inmediatamente previos pintan un panorama que explica lo que sucede: a diferencia de la Ciudad, en provincia los dos postulantes deberán construir su imagen, los pisos y techos no están tan lejanos unos de otros y el desconocimiento (o la tarea para revertirlo) será clave de cara a las PASO del 12 de septiembre.
Según una serie de sondeos analizados por El Destape, la mayoría a nivel nacional pero otros segmentados en la Ciudad y la provincia, indican una victoria del Frente de Todos a escala país. O sea, el mapa de la Argentina, en base a las encuestas, debería tener más provincias celestes que amarillas el próximo 14 de noviembre. En Buenos Aires la distancia no será, al menos así lo plantea el panorama a meses de los comicios, tan abultada como en 2019 pero el oficialismo podría imponerse por hasta 7% ante Cambiemos (o Juntos).
El oficialismo podría imponerse por hasta 7% ante Cambiemos (o Juntos) en la provincia de Buenos Aires
Un dato interesante de CB Consultora, un estudio hecho entre el 13 y 17 de julio, es cuántos votos podría conseguir cada candidato cambiemita en este contexto. El oficialismo tiene más del 41% de intención de voto en territorio bonaerense, mientras que Santilli cosecha un 19% y Manes entre el 15 y el 16%. Sumados los dos postulantes de Juntos, la alianza llega al 35%.
En medio de las feroces internas que lo tienen a Manes como principal blanco y a los dirigentes PRO y de la Coalición Cívica como retadores, un dirigente y precandidato bonaerense le dice a El Destape que más allá de los cruces, el 13 de septiembre estarán juntos. Eso será clave para enfrentar las elecciones generales, copiar la máxima peronista de “el que pierde acompaña”. La misma fuente marca, además, puntos clave para la campaña: Santilli es más conocido y Horacio Rodríguez Larreta, por metonimia, le traslada la imagen positiva de la gestión porteña.
Del lado de enfrente, Manes maneja un nivel de desconocimiento importante, más alto que Santilli pero no por eso más incómodo. Los dos tendrán que caminar el territorio, hacer medios de comunicación y redes sociales para construir su imagen. Según el sondeo citado, ambos manejan un saldo positivo y negativo similares o cercanos, sin embargo el neurocirujano tiene entre un 6 y un 8% más de desconocimiento frente a su contrincante.
Con la intención de atraer a votantes indecisos, Manes se mostrará como una figura por fuera de la grieta, nueva en la política y con la intención de salir de la pelea en la que él mismo se metió al pedir que la Ciudad no use fondos públicos para la campaña y al decir que Elisa Carrió le pidió ser su candidato a vicepresidente en 2015. La confrontación, dicen, no es el eje de la campaña.
Pero como un juego de pinzas, el PRO y la Coalición Cívica salieron con todo el aparato para erosionar a los candidatos que no integran sus listas. Dirigentes como Carrió o el diputado Cristian Ritondo encabezaron la cruzada desgaste PASO contra Manes mientras que María Eugenia Vidal, más cómoda en la Ciudad, se concentra en intentar pegarle a Daniel Gollan, el segundo de la boleta del Frente de Todos, con la mira puesta en las generales.
En la Ciudad, Vidal no está tan cómoda como le hubiera gustado, con una imagen negativa bastante alta, pero las encuestas indican que ganará las PASO frente a Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein. Lo importante, una vez más, será el cumplimiento de la máxima “el que pierde acompaña”. En caso de ir unidos en noviembre, podrían llegar a estar cerca del 50% e intentar retener varios de los 10 diputados que pondrán en juego.
Factor jóvenes
Cambiemos se orienta a querer conquistar a los jóvenes y que el segmento que podría votarlos se quede en el país para ir a las urnas. Un problema de la gestión de Mauricio Macri fue que no logró interpelar a esta población y quieren subsanarlo para las elecciones. El punto está claro, la mayoría se siente más identificada con el Frente de Todos y valoriza conquistas realizadas durante los gobiernos kirchneristas.
Una encuesta de Zuban Córdoba y Asociados realizada entre el 9 y 11 de julio revela datos interesantes. La educación, la pandemia/vacunas, la inflación y la seguridad tienen más peso en quienes votaron o votarían a Mauricio Macri mientras que el desempleo, la pobreza, la deuda y la desigualdad son más preponderantes en quienes eligieron a Alberto Fernández.
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Eso se explica por varios motivos: las escuelas abiertas en plena pandemia fue uno de los caballitos de batalla PRO en medio de la explosión de contagios y muertes. La operación en torno a las vacunas se sumó a esa lista y la seguridad es una constante en las tres gestiones cambiemitas: en CABA, Buenos Aires y nación. La inflación, en tanto, será un eje de ambos espacios.
En los jóvenes, particularmente, los problemas son otros: el empleo, el estudio y el acceso a viviendas está en el ranking de prioridades y quienes se sienten más identificados con el FDT y aprueban programas como las becas Progresar, Conectar Igualdad, la legalización del cannabis medicinal y ley de alquileres.
Así, y por eso la concentración en este segmento por parte de la oposición, más de la mitad sostiene que el Frente de Todos hizo más por ellos que Juntos por el Cambio, que sólo alcanza a tres de cada diez. El índice a favor del peronismo crece, y no es casual, entre las mujeres jóvenes y quienes votarán por el oficialismo se inclinan más a hacerlo por el bienestar del país mientras que quienes apoyarán a la oposición participarán de una forma más individualista, pensando en el bolsillo.