"Queremos que estas elecciones 2021 tengan un nivel de participación similar a las anteriores de la misma categoría", declaró la directora nacional electoral, Diana Quiodo, respecto a los comicios del 12 de setiembre que no sólo tienen la particularidad de ser unas PASO, que suelen tener menor asistencia que las generales, sino que se realizan en el marco de una pandemia y del desencanto de un sector de la población por la situación económica. Las recientes elecciones provinciales en Salta ya encendieron una alarma por la baja participación y el alto porcentaje de voto en blanco. Esta semana, una encuesta en la provincia de Buenos Aires dio que sólo el 60,5% aseguró que irá a votar mientras muchos se mantienen en la duda. Los consultores ya trabajan en la hipótesis. "La baja participación le conviene a quien tiene un mayor núcleo duro de votantes, que van sí o sí", explicaba un analista que hace trabajos para el oficialismo.
Es una hipótesis que se viene analizando desde hace semanas porque hay varios factores que pueden llevar a que la gente no participe. Para empezar se trata de una primaria que, en muchos casos, no define nada, por lo que la concurrencia suele ser menor. Si tomamos como antecedente inmediato las legislativas de 2017 -las 2019 fueron presidenciales que atraen mayor interés-, en las PASO votó el 72,4% del padrón, porcentaje que en las generales se elevó al 77,6%. En la oposición hay primarias en los principales distritos, en el oficialismo no. Pero un electorado muy polarizado, como existe, puede ayudar a la concurrencia.
Otro ítem que juega en contra de la participación tiene que ver con la pandemia. Desde hace algunos días, desde el Ministerio de Interior se inició una campaña detallando el protocolo sanitario que se pondrá en práctica para hacer del lugar de votación un sitio seguro. Entre otras medidas, la Cámara Nacional Electoral estableció que se permitirán hasta ocho mesas de votación por escuela o establecimiento, por lo que debieron agregarse otros 3.000 lugares para ir a votar. También crearon la figura del "facilitador sanitario" para asegurar que todas las medidas se cumplan y la gente pueda concurrir con tranquilidad.
Ausentismo en elecciones 2021: los otros motivos
La pandemia, además del miedo al contagio, también trajo aparejada la continuidad de una crisis económica que, seguramente, desilusionó un sector de la población. Estos electores no tendrían muchas ganas de elegir a ninguna de las opciones que, sienten, los decepcionaron. Esto claramente es lo que se vio en las elecciones de Salta de diez días atrás. Por un lado, votó el 60,2% de los electores, lo que implica una caída de 12 puntos respecto del promedio desde 1983. Por el otro, un 12,1% de esos que fueron a votar decidió hacerlo en blanco, mostrando su rechazo a las ofertas electorales.
Esta semana, por primera vez, apareció un sondeo que replica este cuadro de situación en la provincia de Buenos Aires. Lo realizó CB Consultora entre el 16 y el 18 de agosto, es decir, ya conocido el episodio de la foto en Olivos. Sólo un 60,5% de los consultados aseguró que concurrirá a votar mientras que otro 9,9% deslizó que tal vez lo haga. En tanto, un 6,4% adelantó que no votará y un llamativo 23,2% respondió que dudaba. Un señal de alerta para el principal distrito del país, en el que suele definirse el resultado nacional.
Por lógica, una baja participación beneficia a quienes tienen mayor porcentaje de voto seguro, un voto militante. "Favorecería a quien posea un núcleo duro más grande o lo que antes se denominaba voto cautivo. Gente que vota al partido o a ese frente con convencimiento y ahí el Frente de Todos parecería sacar ventaja", analizaba una consultora cercana al oficialismo. Añadía dos datos. Primero, que una parte de los electores del macrismo parecen menos activos, por lo que suelen sacar un menor porcentaje en las PASO para luego crecer en las elecciones generales. Esto se vio muy claro en las presidenciales de 2019 y, justamente, a partir de allí -este es el segundo dato que agregaba- el núcleo duro de Juntos por el Cambio también pareció agrandarse.
En general, desde las fuerzas principales vienen instando a la gente a ir a votar. Pero más claramente desde Juntos por el Cambio que vienen planteando estos comicios de medio término como los más importantes desde el retorno democrático. Una exageración.
Trascendió además que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, armó una campaña especial para asegurarle a sus electores que se trata de un "voto seguro", sin riesgos de contagios. Es que la base electoral del macrismo en CABA son los electores mayores de 50 años, en especial de los barrios del norte de la Capital. A ellos irá dirigido la campaña que incluirá en los días previos al comicio un spot del ministro de Salud, Fernán Quirós, dando garantías de que no hay riesgos epidemiológicos. además de los habituales llamados telefónicos para los que apelan a sus bases de datos. Ya se sabe que el macrismo no suele reparar en recursos cuando se trata de elecciones.