Argentina explicó sobre por qué se abstuvo ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la votación a un proyecto que condenó por "fraudulentas" las elecciones realizadas en Venezuela el pasado fin de semana. El embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, lo fundamentó hoy en sesión extraordinaria del Consejo Permanente de ese organismo. Y dejó en clara la postura de abstención.
Raimundi señaló que “la República Argentina, reafirma su compromiso con la facilitación del diálogo entre las partes en la búsqueda de una salida política de la crisis en Venezuela. Reitera su posición respecto a la importancia de la vía electoral como el único modo de avanzar hacia la necesaria renovación institucional, que conduzca a la plena vigencia de la democracia y los derechos humanos, a la recuperación de la economía venezolana y al bienestar de su gente”.
“En ese sentido, está convencida de que no se puede desde el exterior hacer caso omiso de la voluntad manifestada por quienes concurrieron al acto electoral ni dictar condiciones para procesos electorales sin contribuir en lo más mínimo a los mismos o, peor aún, alentando su boicot”, advirtió.
A su vez, planteó que “la actual Asamblea Nacional va a caducar el 5 de enero porque así lo establecen las normas venezolanas" y sumó: "Es contradictorio plantear que la única salida para Venezuela es un presunto gobierno de transición y a la vez despreciar la importancia de que se cumpla con la Constitución venezolana”.
Raimundi dijo, además, que “la política de sanciones y de no reconocimiento no ha llevado a nada y merece una reflexión". Al mismo tiempo el gobierno Venezolano debe admitir que una democracia es completa cuando se siente comprometida con ella la mayoría del pueblo. El principal responsable de que el diálogo positivo se produzca era y es el propio Gobierno de la República de Venezuela. Deseamos que nuestros hermanos venezolanos puedan encontrar el mejor camino para resolver sus problemas”. Por último, subrayó: “Lamentamos que desde la OEA no hayamos podido avanzar para contribuir a fortalecer el proceso democrático en Venezuela al que en nada contribuye el proyecto de resolución bajo consideración”.
La resolución fue aprobada por 21 delegaciones, con seis ausencias y cinco abstenciones, mientras que México y Bolivia votaron en contra. El texto del proyecto aprobado habla de "elecciones fraudulentas hechas por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro" y respalda la iniciativa de la sociedad venezolana de realizar una consulta popular para permitir que la ciudadanía participe, al considerar que "no contaron con la participación de todos los actores políticos, no se liberaron a los presos políticos y no hubo independencia de la autoridad electoral".