Si algún condimento faltaba para entorpecer el vecino proceso electoral en Ecuador, el connivio “Clarín”-Vargas Llosa, ha venido a sumarse a las diatribas.
En efecto, Clarín no ha vacilado en atribuirle al candidato presidencial Andrés Arauz, que encabeza la fórmula de UNES, “…prometer 200 U$S a todo aquél que vote su papeleta…”. Es sencillamente ridículo pensar que se distribuirán 200 U$S a quiénes no se sabe, ni puede saberse, por quiénes votarán. Lo que el candidato Andrés Arauz ha comprometido en su campaña electoral es el pago de una compensación (U$S 1.000.) a víctimas y familiares de quiénes han padecido el Covid-19, como paliativo a la angustiosa situación que desató la pandemia y a la escasa y nula actividad sanitaria desplegada por el gobierno de Lenin Moreno en la emergencia, y que ha sido calificada de “genocida”, al igual que sus émulos, Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Pero como las “fake news” se desvanecen con igual presteza que las pompas de jabón, el novelista Mario Vargas Llosa se suma con sus prédicas -estilo pastor evangelista-, instando a votar un liberal auténtico, un banquero de la city financiera, para conjurar el riesgo del progresismo y el populismo; esto es, que al desastre económico, social y humanitario que provocó el lacayo Lenín Moreno, sumarle un exponente de la patria financiera, para que profundice la desigualdad en el continente latinoamericano y la entrega de las riquezas y recursos naturales.
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Dan asco, y es de lamentar que un escritor que ganó, merecidamente, el Premio Nobel de Literatura, por sus obras comprometidas con la realidad de nuestro continente, sea vocero de las fracasadas promesas de crecimiento y desarrollo pregonadas por las usinas e intereses del neo-liberalismo.
Poner un banquero exitoso es igual al malhadado experimento argentino de instalar un empresario millonario en la Presidencia de la Nación. Estos procesos terminan, inexorablemente, en brutales endeudamientos externos y en la entrega de las riquezas y recursos naturales.
América del Sud y el Caribe deben crecer y desarrollarse con lo propio, generando igualdad en las condiciones de existencia social de sus pueblos; nada que no sea el saqueo inescrupuloso pueden aguardar de la dominación y la dependencia.
Por tanto, que se guarden sus prédicas los fabricantes de “fake news” y pregoneros de las consignas del neo-liberalismo. Queremos, como lo preconizan los Pactos Internacionales de la ONU, de Derechos Civiles y Políticos, y de Derechos Económicos, Sociales, Culturales –y ahora también Ambientales-, “…seres humanos –y pueblos- que vivan libres respecto del temor y de la miseria…”.
*Profesor Titular Consulto, Fac. de Derecho; UBA.
*Convencional Nacional Constituyente (año 1994).