Mauricio Macri sabe que el PRO está en una encrucijada con Javier Milei y que la nueva etapa de la relación que se abrió después de la Ley Bases genera dudas respecto al grado de éxito que tendrá su plan de acompañar con diferencias al Gobierno. El ex presidente regresará de Europa el fin de semana y está previsto que entre fin de mes y principios de agosto relance el partido al tiempo que buscará darle impulso a una “nueva generación” de dirigentes con “ficha limpia” para resignificar la identidad perdida. Su teoría “Manaos” y su esperanza de recuperar electorado que se le escape a La Libertad Avanza.
“Perdimos”, lanza de forma tajante Macri para que desde esa certeza nazca entre las filas del partido la necesidad de entender que ni siquiera el electorado los eligió como opción para llegar al ballotage. El PRO salió tercero tras una dura -y algunos creen innecesaria- interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en la que el propio ex Presidente tiene una gran responsabilidad. Larretistas lo acusan de haber jugado para Bullrich en las PASO y bullrichistas lo señalan por no apoyar de forma contundente a la candidata para inclinarse por Milei.
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Pasadas esas elecciones, aunque todavía haya heridas no cicatrizadas y resquemores, Macri busca reinventar al PRO con la identidad que, entiende, perdió. La idea del “cambio” es parte importante de ella, hoy perdida a manos de Milei. El PRO ya no representa “lo nuevo” sino que es parte de “la casta”, la fórmula exitosa que encontró el Presidente para acusar a la dirigencia política como parte del problema.
Macri grafica la actualidad del PRO con un ejemplo singular. Compara el tercer lugar del partido con Manaos, la gaseosa de consumo popular detrás de las marcas más famosas como Coca Cola y Pepsi. Según su razonamiento, la primera es Milei y la segunda Sergio Massa. “Hoy nadie nos compra porque el que puede compra Coca Cola y otros siguen eligiendo Pepsi”, afirmó a El Destape uno de los dirigentes que escuchó este particular análisis.
En este razonamiento, para Macri hoy Milei es el preferido por el electorado aunque su imagen se haya resentido en los últimos meses. Quien esté descontento elegirá al peronismo (Pepsi), pero salvo una situación financiera que lo amerite cuesta pensar que una persona pase de Coca Cola a Manaos. Precisamente es esa crisis a la que el ex Presidente parece apelar que ocurra para poder atraer el voto que alguna vez le fue afín. “En algún momento la gente no va a querer tomar más Coca por las formas o la gota va a rebalsar el vaso”, argumenta. Las características son similares, pero difiere el gusto.
Esa idea, explicaron cerca suyo, tiene que ver con “las formas”. Tanto el PRO y La Libertad Avanza comparten hoy el rumbo económico además de otras propuestas que en su momento Cambiemos no pudo o no supo aplicar. Pero en alguno de los puntos que se alejan es en el trato con socios comerciales. Se hicieron explícitas como cuando Milei atacó a Pedro Sánchez y se harán cada vez más visibles en esta nueva etapa de la relación que arrancó post Ley Bases. “Nuestras ideas son las mismas aunque con otras formas porque no nos peleamos”, resumió un dirigente amarrillo.
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En concreto, Macri cree que es cuestión de tiempo para que se produzca ese viraje del electorado. habrá que ver si el PRO logra despegarse lo suficiente para que esa crisis no lo afecte también. Mientras tanto, considera que es momento de esperar y rearmar el partido pero ya no desde la coalición Juntos por el Cambio. Cuando regrese este fin de semana de su estadía en Europa se espera que relance el partido y que a la par se empiecen a lucir algunas figuras con cierto rodaje pero no tan conocidas para el público.
Se trata de una “nueva generación” de dirigentes sub 40 años y que deben tener una “ficha limpia” como requisito. No es menor este punto ya que se trata de un proyecto de ley que el PRO siempre impulsó y que busca evitar que condenados por corrupción hasta en una segunda instancia judicial no se puedan presentar a elecciones. Milei pretende darle impulso en el Congreso.
La “nueva generación” del PRO
El mensaje de Macri es que cada uno de ellos asuma el rol de líder y cobre protagonismo desde los lugares que ocupan. “Llevar adelante una renovación generacional no es solo elegir personas, sino que ocupen los lugares y los ejerzan”, transmitió uno de los dirigentes seleccionados a este medio. “Mauricio nos eligió para que hagamos lo que venimos diciendo hace tiempo que hay que hacer”, sumó.
El primero y más visible de este selecto grupo en los últimos días es Martín Yeza. El diputado nacional asumió al frente de la Asamblea Legislativa del partido, lugar que estaba reservado para Bullrich hasta que se cayó el acuerdo. El ex intendente de Pinamar fue uno de los voceros del macrismo no solo para salir al cruce del bullrichismo sino para cuestionar al gobierno nacional por el trato que le dieron a Macri en Tucumán.
Además de reunificar el partido y volver a hacerlo competitivo, se mostró en Córdoba con el objetivo de “atraer nuevos talentos” y una cargada agenda junto a jóvenes empresarios, además de destacar los nombres de intendentes y dirigentes amarillos. No es menor el perfil dirigencial que buscarán ya que se trata de recuperar la esencia de 2003 que llevó a que personas por fuera de la política, sin militancia, se sumen al PRO y que en la última elección esos perfiles fueron atraídos por La Libertad Avanza.
De los tres gobernadores que tiene la fuerza, el que entra en esta categoría es Ignacio “Nacho” Torres (Chubut). Con sus 36 años y a poco de iniciado su mandato llevó a la Justicia el reclamo por fondos coparticipables que el Gobierno retuvo y enfrentó públicamente a Milei. A diferencia de Bullrich que lo cuestionó, los gobernadores de Juntos por el Cambio lo respaldaron como así también, aunque no públicamente, Mauricio Macri.
Entre los intendentes figuran Soledad Martínez (Vicente López), que el año pasado consiguió que no haya internas en su distrito y se impuso por casi el 50% de los votos. No solo forma parte de la conducción bonaerense del partido en representación de Jorge Macri sino que Mauricio la quiso también para la mesa ejecutiva nacional. Otro es Facundo Manzoni (Córdoba), que a sus 30 años ganó en los comicios pasados por el 54% de los votos y corrió al peronismo que gobernaba desde la vuelta a la democracia.
Y hay dos que depende el interlocutor se mencionan, pero con reparos. El primero es Ramón Lanús (San Isidro), quien si bien desde su entorno aseguran que tiene buen vínculo tanto con Macri como con Bullrich -los recibió a los dos por separado en su despacho-, aunque hay resquemor entre las filas amarillas porque aseguran que no participó de las últimas reuniones del partido y en privado muestra simpatía con el gobierno de Milei en detrimento del macrismo. El otro es Sebastián Abella (Campana), quien con sus 47 años tensiona el grupo etario de esta joven selección. Aunque si lo que se busca destacar son las formas, tendrá que tener cuidado porque en el partido hubo ruido por la licencia que se tomó en su cargo para correr como piloto de Turismo Carretera.
A nivel federal también hay dirigentes que el titular de la Fundación FIFA pondera y uno de ellos es Facundo Pérez Carletti, el presidente del partido en Santiago del Estero que fue designado secretario general a nivel nacional y aspira a ir por la gobernación de esa provincia el año que viene.
En la Cámara de Diputados también Macri incluyó a legisladores que fueron detrás de Patricia Bullrich en la lista. Entre ellos están la economista porteña Daiana Fernández Molero y los santafesinos Alejandro Bongiovanni (referente de la Fundación Libertad) y Verónica Razzini, la fundadora del Movimiento Empresarial Anti Bloqueo.
“Hay que llegar a la elección con caras nuevas y no sacar nombres del cajón de los recuerdos que son los mismos de siempre”, resumió una fuente al tanto de la vida diaria del partido. “Son conocidos, pero no a escala nacional y no tienen hechos del pasado que los perjudiquen o frases por las que los puedan cuestionar”, explicaron.
Una reciente encuesta de la consultora Fixer recabó cuáles son los problemas más importantes entre los electorados de los principales espacios políticos. La corrupción y el sistema político son los principales problemas para los votantes de Juntos por el Cambio. La ficha limpia de los dirigentes pareciera poder dar una respuesta a uno de ellos, pero la segunda es de difícil resolución y excede al PRO ya que el 35% ve al político como un obstáculo para que el país mejore. También Milei debería estar atento a este punto.
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