La guerra por Buenos Aires multiplica los cortocircuitos en el PRO

Son varios los nombres que suenan para comandar una boleta que incluya libertarios y macristas en la provincia. La negociación en el distrito más poblado del país está atada a la suerte de la CABA, lo que irrita a más de uno.

26 de enero, 2025 | 00.05

A contramano de los cruces públicos, directos o indirectos, todavía se confía en un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza, al menos en casi todo el país. A Mauricio Macri no lo desvelan los pocos saltos políticos concretados y no está perdida la batalla para poner a una figura amarilla al frente de la codiciada boleta de la provincia de Buenos Aires.

Como viene contando El Destape, Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, tiene intenciones de ser candidato a gobernador en 2027 y para lograr un mejor nivel de conocimiento no descartó intentar ser cabeza de lista este año. Lo hecho en el municipio, el objetivo final y su amistad con Javier Milei son factores que considera positivos para encarar la compulsa con otros nombres.

“Valenzuela se fue con ellos en diciembre de 2023, después de ser larretista, bullrichista y antes haber cortado boleta con Alberto Fernández. Un placer que se haya ido”, se lanzó cerca de Macri con la intención de demostrar nula preocupación por su salida del PRO. Pero el gobierno especula con llevarse a otros, como Guillermo Montenegro, alcalde de General Pueyrredón, y Diego Santilli. “Son especulaciones que no resisten análisis”, se aseguró.

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El cacique de Tres de Febrero no es el único que suena para liderar la boleta de este año y, mucho menos, para disputar la gobernación. José Luis Espert es otro, aunque resistido por Karina. Santilli aparece como la figura más convocante, con alto nivel de conocimiento, buena performance en la elección del 2023, con un discurso muy cercano al de la Casa Rosada e interesante intención de voto.

“El Colo” se tomó vacaciones en el comienzo de enero, pero está activo, hace tiempo recorre la provincia en una campaña silenciosa y mantiene encuentros periódicos con su equipo pensando en las elecciones. Al actual diputado no lo desvela una candidatura este año. Para él, en la negociación no es una condición necesaria ser cabeza de lista o, incluso, postularse siquiera este año.

Santilli quiere que la elección 2025 le sirva porque a él lo que realmente le interesa es lo que pase en el 2027. Como planteó Valenzuela, la división de la derecha perjudicó el resultado electoral de la última elección ejecutiva. “El Colo” siempre buscó, en ese entonces, un acuerdo de unidad que no se consiguió pero, de haberlo concretado, el escenario actual podría ser otro. Está convencido de que debió haber sido el nombre de la unidad.

No fue la única vez que intentó unificar el frente. En 2021 también promovió un trabajo conjunto Con Cynthia Hotton y José Luis Espert y este año intenta lo mismo entre el PRO y La Libertad Avanza. Una esperanza que no se pierde.

La lectura es bastante sencilla y no solo incluye el objetivo de ganarle al kirchnerismo en la provincia (aunque hay quienes piensan que tal vez sería buena idea mantener al peronismo en el territorio bonaerense para incentivar el miedo a un regreso). Según explicó un dirigente, incluso es hasta natural que la derecha pierda en ese distrito, por lo que tampoco representaría un golpazo un resultado adverso.

Pero, si así fuera, si efectivamente se buscara la derrota de Unión por la Patria, los libertarios necesitan del PRO para ganar y el PRO necesita de los libertarios para no sacar cuatro puntos y mantenerse con vida. En esta necesidad recíproca reside la creencia en un acuerdo electoral.

Resta conocer el impacto de los cortocircuitos nacionales en esa relación. En principio, las alianzas las maneja el PRO de Cristian Ritondo, que integra la mesa de negociación nunca concretada entre amarillos y libertarios, propuesta por Macri.

Esta tirantez ya molesta a algunos referentes amarillos que reconocen su rol de precursor, de fundador y de inspiración de una camada de dirigentes que marcó los últimos años. “El 95% de los que estamos en el PRO entramos por Mauricio”, pero algo empezó a hacer ruido. Hay quienes entienden que Macri se cerró en su núcleo más próximo, recibiendo malos consejos y convirtiendo esas acciones en resultados contrarios a los esperados.

Se cuestiona que los que manejan el partido se reducen a él y un “grupo de amigos”, sin ninguna renovación a la vista, recurriendo a los mismos de siempre que sabe que lo van a obedecer. Puntualmente en Buenos Aires, irrita que el PRO nacional supedite toda negociación a lo que suceda en la Capital Federal donde, si Jorge Macri gestionara de forma eficiente, los amarillos no deberían tenerle miedo a una avanzada de los libertarios.

“Somos un partido, no un club de amigos”, se lanzó con bronca por la supuesta conversión del PRO en macrismo. Esta cerrazón es la que, se entendió desde esta mirada crítica, fuerza a algunos dirigentes a pegar el salto a La Libertad Avanza en lugar de promover el acuerdo.

Lo cierto es que el peso de la Ciudad es enorme en esta negociación y, hoy por hoy, pareciera encaminarse a una batalla aunque no son pocos los que creen que eventualmente van a acordar con los libertarios.