Horas después de consagrarse como gobernador electo de Entre Ríos y sin perder tiempo, Rogelio Frigerio ya dejó en claro qué quiere hacer con la provincia. Tras haber destronado al peronismo luego de dos décadas, el exministro del Interior de Cambiemos dejó en claro que llega a la Casa Gris para cambiar algunas prácticas que considera están enquistadas en el Estado provincial.
Frigerio no le escapó nunca a la palabra "ajuste". Pese al terror que muchos le tienen al término, él lo usa con naturalidad. Y así lo hizo en la conferencia de prensa que brindó, donde quedó firme la idea de que el poder se ejerce y de que él está a dispuesto a que se terminen algunos vicios de la política local. Ya hace algunos días lo había advertido con dos propuestas claras: recorte a un tercio de contratos de la Legislatura y auditorías en todos los organismos descentralizados.
"Vamos a reformular el Estado. Debemos ser el gobierno más austero, así que vamos a revisar costos, especialmente los que no le llegan a la gente. Están vinculados con privilegios y los vamos a cortar. Los vecinos están cansados de la falta de empatía con lo que está pasando, en uno de los peores momentos de la historia. Debemos acompañar haciendo un ajuste, reduciendo cargos que han venido creciendo exponencialmente", resaltó Frigerio. Evitó detallar por dónde pasará la escoba, pero si uno lee mensajes entre líneas de su campaña, hay dos organismos que se espera sean revisados: la Dirección Provincial de Vialidad y Energía de Entre Ríos Sociedad Anónima (Enersa). El primero es el ente a cargo del mantenimiento de las rutas.
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En los últimos años la oposición, especialmente de la mano del diputado provincial -y hombre de confianza de Frigerio- Esteban Vitor, ha empujado la idea de los Consorcios Camineros. Se trata de una suerte de unión transitoria público-privada para mejorar el estado de los caminos. Desde la DPV han puesto el grito en el cielo. Enersa, por otro lado, es la compañía distribuidora de energía. Más de una vez, en campaña, el ahora electo mandatario provincial ha señalado la necesidad de avanzar en una auditoría de la empresa, en cargos y costos.
Otro de los puntos importantes de su alocución pasó por el ingreso al Estado por concurso. Si bien Gustavo Bordet se jactó siempre de no haber engrosado la planta de trabajadores del Estado, en los últimos días antes de la campaña surgieron versiones de pases a planta permanente de cargos políticos y recategorizaciones. Frigerio no habló del tema, pero sí lo hicieron algunos de sus dirigentes más cercanos. Ahora, el exministro del Interior promete algo que nunca se concretó: para trabajar en la administración se deberá pasar por una serie de instancias de evaluación. "Yo voy a invitar formalmente a que esto suceda también en el Poder Judicial y el Poder Legislativo. Tenemos que empezar nosotros, dar el ejemplo", advirtió.
Si bien no lo mencionó en la conferencia de prensa, es interés del dirigente opositor concretar algo que su, a futuro antecesor, no pudo realizar: la implementación de una reforma electoral, con Boleta Única Papel. De hecho, estuvo dentro de las iniciativas promovidas en el marco de los que fue su anuncio del "Plan para una Entre Ríos Moderna". Allí adelantó también que buscará sancionar una Ley de Acceso a la Información Pública, una Ley de Ficha Limpia, un Régimen de Extinción de Dominio y la eliminación de gastos reservados, a los que llamó "cajas donde todo se decide sin dar explicaciones".
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Balotaje Massa - Milei
Claro que no será sencillo el camino para el nuevo titular del Poder Ejecutivo provincial. Para sancionar esas normas deberá sortear una Legislatura en la que tendrá que buscar consensos. Donde tendrá mayoría en diputados -18 sobre 34- pero con un Senado de mayoría justicialista: 9 a 8. A eso se le suma que 7 de las 17 cabeceras departamentales fueron ganadas por el peronismo, con intendentes que también harán su juego y diseñarán posiblemente una estrategia en común con sus alfiles legislativos. Y como si eso no fuera poco, deberá ocuparse de otros dos frentes muy pesados: la salud deteriorada de Juntos por el Cambio a nivel nacional y el escenario de balotaje del 19 de noviembre, sin boleta de Juntos por el Cambio, entre Sergio Massa y Javier Milei.
Consultado por estos dos puntos en particular, Frigerio mantuvo la cautela, pero dejó algunas frases contundentes. Dijo que imagina que habrá en JxC una "reconfiguración de los liderazgos" y estimó que las principales cabezas serán los gobernadores. Sin decirlo, obviamente, el panorama parece ser claro: dar vuelta la página y barajar limpiando a los dos nombres que todos apuntan como responsables de la estrepitosa caída del electorado cambiemita: Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Dos que además, se sabe, no son tan cercanos al nuevo gobernador.
El balotaje es el otro gran dilema adentro de Juntos, que hoy arde en una feroz interna con pases de factura constantes. Con una Coalición Cívica que buscó la salida fácil -ni uno ni el otro- y una UCR que parece decidida, como mínimo, a no apoyar Milei, todo parece quedar circunscripto a la batalla entre "halcones" y "palomas" en el PRO. Allí, Frigerio es de los más mesurados. Y si bien tiene una buena relación con el economista libertario, también sabe que deberá gobernar, tal vez, con una eventual Presidencia del actual ministro de Economía, con el que tampoco se lleva mal. Sin jugársela, solo se limitó a aclarar que "son dos propuestas diferentes", pero que éste punto será debatido por los gobernadores del espacio en las próximas horas.
La campaña del Frigerio se dividió en dos partes, en términos discursivos. En la primera continuó con el relato que lo llevó a ser el candidato a diputado nacional más votado en 2021, en la elección intermedia que le permitió tener un termómetro anticipado del acompañamiento que podía encontrar del vecino entrerriano en las urnas. Estuvo centrado en los "problemas que le quitan el sueño a la gente", entre los cuales hizo siempre especial hincapié en la inseguridad, el trabajo, el desarraigo, el estado de los caminos y, por supuesto, la inflación. Aunque sea una variable sobre la cual prácticamente no puede tener incidencia, la economía formó parte de aquel conjunto de enunciados que lo llevaron a ser cómodamente el postulante con mejor performance hace dos años.
Pero luego, llegando al final de la campaña rumbo a estas Elecciones Generales, el dirigente del PRO viró en sus formas y comenzó a hablar de manera más categórica de la clase dirigencial. Dijo que había que reconstruir un "pacto moral", que la población está cansada de "los mismos de siempre", aseguró que la "clase política" tiene "privilegios" y que es momento de dar señales de "austeridad". Es probable que haya sido obligado por el contexto, teniendo en cuenta la fuga de votos hacia la figura de Javier Milei, que sentó las bases para que la crítica a "la casta" sea la forma de ganar apoyo. A la par, el peronismo elevó también el tono e hizo algo que hasta el momento no había hecho: emparentar a Frigerio con su pasado en el Gabinete de Mauricio Macri, además de endilgarle su condición de porteño.
Esa suerte de impasse en el evidente pacto de no agresión entre ambas partes llevó a que la temperatura se elevara en las últimas horas previas a ir a las urnas, aunque nunca pasó de frases sueltas y alguna que otra referencia indirecta en las arengas proselitistas. Esa puja lo terminó encontrando al ahora electo gobernador victorioso. Y, al parecer, dispuesto a ejercer rápidamente el poder que el vecino le confirió en las urnas.