El Observatorio Electoral de la Universidad Nacional del Comahue publicó su reporte final sobre las elecciones con voto electrónico en Neuquén, el mismo que Horacio Rodríguez Larreta pretende implementar en las elecciones porteñas. El informe muestra un sinnúmero de irregularidades: auditorías inexistentes, nulo control del código fuente con el que operan las máquinas de votación, versiones viejas e inseguras en la programación del software de votación, mayoría de personas que no sabían como votar y ausencia total de verificación de si coincide lo que dice la máquina de votación con lo que quedó impreso en papel, entre muchas falencias que confirman el riesgo democrático de usar voto electrónico.
La cuestión del voto electrónico y sus vulnerabilidades en Neuquén y CABA tiene enorme magnitud: la primera es la provincia que tiene en su territorio Vaca Muerta, la gran apuesta para el desarrollo energético y la generación de divisas; la segunda es la capital del país, sede financiera de las grandes empresas y vidriera privilegiada para la carrera presidencial. En CABA ya se usó en 2015 y fue hackeado, en Neuquén es la segunda vez que se utiliza y las irregularidades y problemas son más que evidentes.
Dos aclaraciones. Una, la Boleta Única Electrónica (BUE) es un tipo de voto electrónico. Así lo patentó la empresa Magic Software Argentina (MSA), que tuvo a cargo los comicios tanto de Neuquén como de CABA. Como todo sistema electrónico puede ser intrusado. De hecho cuando se usó en CABA en 2015, las primeras elecciones que catapultaron a Rodríguez Larreta a la jefatura de Gobierno, la propia empresa MSA dijo que su sistema fue vulnerado y lo confirmó un peritaje de la Policía de la Ciudad, tal como informó El Destape. La segunda es que el Observatorio Electoral de la Universidad del Comahue fue autorizado a realizar este informe por la Justicia Electoral de Neuquén y forma parte del registro de entidades de Acompañamiento Cívico de la Cámara Nacional Electoral. Son un veedor oficial, por lo tanto el informe que publicaron tiene suma importancia.
Tal como adelantó El Destape, el sistema de voto electrónico en Neuquén no fue auditado. Peor: este informe de la Universidad del Comahue confirma que lo único que hubo fueron una audiencias donde la empresa MSA les mostró a los veedores electorales el código fuente (el ADN del sistema informático) con una proyección. En cualquier auditoría ese código se analiza, se “ataca” para encontrarle posibles vulnerabilidades, etc. No se hizo nada. Mostrar un código fuente informático en una pantalla es lo mismo que mostrarle a un mecánico la foto de un auto y que certifique que el motor anda bien o que un médico quiera saber si alguien tiene colesterol alto y en lugar de mostrarle análisis de sangre lo hagan ver una selfie de Instagram. Imposible.
El nuevo reporte del Observatorio Electoral de la Universidad del Comahue detalla las audiencias que supuestamente eran para controlar el sistema de voto electrónico. Por ejemplo, que el 13 de marzo hubo una “audiencia de pantalla”, para que cada partido pudiera ver y validar los nombres y candidaturas en la máquina de votación. La reunión la presidió la jueza electoral de Neuquén Alejandra Bozzano. Les dejaron ver 10 máquinas pero no permitieron que el Observatorio Electoral las examinara. Así lo refleja el informe:
- “Con el objetivo de realizar análisis del hardware y del software, el equipo del Observatorio solicita una máquina de votación y una copia del DVD de capacitación. A dicha solicitud se responde: ‘dispóngase de un espacio físico en las instalaciones del Juzgado electoral donde los observadores puedan realizar la actividad, en presencia del Secretario, el responsable informático y de un técnico de la empresa adjudicataria’. En consecuencia, no se aportaron las máquinas para su estudio, en cambio, se recomendó el uso de un espacio físico para realizarlo en un ambiente controlado por la empresa adjudicataria”
Aún con este falso control del código fuente los especialistas de la Universidad del Comahue detectaron que MSA usó una librería de programación (los archivos de código que se usan para desarrollar software) en una versión del 2015. En seguridad informática 1 año es un siglo, 8 años de atraso ni hablar. El Observatorio de la Universidad del Comahue les marcó esto y prometieron actualizarla a la última versión, que es de 2021. No se sabe si lo hicieron.
El 12 de abril hubo una nueva reunión para ver las “diferencias de código entre la versión de capacitación y la que utilizará el día de elección”. Pero el informe del Observatorio Electoral revela lo siguiente: “Luego de la audiencia, el equipo del Observatorio Electoral solicita que se informe la cantidad de archivos y líneas de código que fueron modificadas, sin recibir respuesta a este pedido”. O sea que nadie sabe cuál fue finalmente el código fuente que se usó el día de las elecciones. Gravísimo.
“El sistema está gestionado por una única empresa, otorgándole el control absoluto del proceso, desde la fase de emisión hasta la publicación de resultados provisorios. No se observa un control por oposición de intereses”, señala el informe de la Universidad del Comahue. E insiste con que “en la práctica, las audiencias que brinda la Justicia Electoral de la Provincia de Neuquén para analizar el software y hardware del sistema BUE no son suficientes para garantizar el correcto funcionamiento del sistema. Por esta razón es preciso tratar al sistema como una caja negra y auditarlo en ejecución, pero las instancias que brinda el sistema para verificación del proceso no son realizadas en todos los casos”.
Hay un punto clave en el uso de la Boleta Única Electrónica y es que graba el voto en un CHIP y además lo imprime en el mismo papel. El votante puede chequear que lo que grabó en el chip sea lo mismo que lo que está impreso, pero nada garantiza que la computadora le muestre una cosa a la hora de votar y haga otra a la hora de contar. Es lo que hacían los autos Volkswagen cuando se medía su impacto ambiental: en modo prueba (votación) no emitían gases contaminantes; en modo normal (escrutinio), cuando nadie controlaba, contaminaban más. Fue un escándalo que involucró 11 millones de autos y miles de millones de dólares para la empresa. Y todo lo hacía la computadora del auto, lo mismo que puede hacer la máquina de votación de BUE: mostrar una cosa al votante y otra al presidente de mesa cuando cuente.
En Neuquén, la Universidad del Comahue detectó que “el 25% de votantes de las mesas observadas leyó lo impreso en la boleta de papel”. El 75% no revisó. Cuando se utilizó la BUE en CABA la Defensoría del Pueblo hizo un relevamiento y arrojó que el 26% de los votantes no verificó que el voto impreso coincidiera con el que había elegido y supuestamente grabado en el chip.
Para peor, no solo los votantes no revisan (y aún si revisaran tampoco saben si luego la máquina va a contar bien) sino que en Neuquén tampoco lo revisaron quienes hicieron el escrutinio. El informe de la Universidad del Comahue dice que “en ninguna mesa se lee en voz alta el contenido de todas la BUE ni se controla que coincidan entre este y el conteo en pantalla”.
Es decir: no se sabe el código fuente de las máquinas (o sea, como funcionan) y el escrutinio lo hace esa máquina sin que las autoridades de mesa chequeen si cuenta bien. De nuevo la pregunta: si chequearan, ¿qué pasa si no coincide lo que está impreso con lo que marca el CHIP en la computadora? La Universidad del Comahue afirma que “en la capacitación presencial se les dice a las autoridades de mesa que lo que cuenta la máquina es el chip y por más que no esté legible lo impreso en la boleta, si se lee el chip es un voto válido”.
¿Cuantos votos se tenían que trucar por mesa de votación para torcer la elección? Entre tres y cuatro. El cálculo es simple: la diferencia entre Rolo Figueroa y Marcos Koopmann fue de 10.347 votos. Para que el ganardor fuera Koopmann tendrían que cambiar de voto la mitad mas uno de esa diferencia, 5.175 votos. Había 1.663 mesas de votación, así que cambiando entre 3 y 4 votos por mesa se obtienen unos 5.820 votos (promedio entre 3 y 4) para torcer la elección.
¿Esto significa que Rolo Figueroa no ganó la elección? No, este cronista no dispone de elementos para afirmar eso. Pero la pregunta es otra: ¿se puede estar seguros que el resultado es real? La respuesta también es no, y ahí radica el problema. Nadie puede asegurar que el resultado con voto electrónico sea real. Lo mismo que en CABA en 2015.
El Reporte del Observatorio Electoral de la Universidad del Comahue también señala que:
- En 65% de las mesas se presentó alguna persona que no sabía cómo votar.
- En 65% de las mesas hubo personas que tuvieron dificultad con la BUE: No comprenden el sistema ni los pasos a seguir, no encontraban las listas, mala colocación de la BUE, entre otros.
- Hubo “bromas” burlescas referentes a los votantes “perdidos” en referencia a las personas mayores. Se observa que las personas estaban cohibidas, porque había mucha gente y trataban de votar lo más rápido posible. En una de las escuelas, las personas en espera realizaron aplausos para solicitar que se agilice el proceso
Es justamente por estas situaciones que la Corte Suprema de Alemania dictaminó en contra del uso del voto electrónico. Dijeron que “la elección no puede ser considerada un acto público, tal como la Constitución exige, a menos que cualquier ciudadano pueda comprender cabalmente cómo funcionan todos los pasos esenciales de la gestión de votos y determinación de los resultados, y el correcto funcionamiento de la urna pueda ser comprobado, durante y después de la elección, por cualquier persona sin conocimientos técnicos especiales”. Es obvio que eso no sucede con la Boleta Única Electrónica y no es solo para los adultos mayores: tampoco este cronista ni la mayorìa de los lectores saben programación y seguridad informática. Cualquier persona entiende como funciona una elección con papel, pocas como funciona una computadora.
Otro punto irregular es el conteo donde además de que no se chequeó que lo que dijera el CHIP coincidiera con lo impreso el Observatorio Electoral detectó que:
- El conteo que muestra la máquina al momento del escrutinio no se puede leer por los fiscales porque son muchas listas y letras muy pequeña
- Los datos de cantidad de votos en certificados de escrutinio, actas y certificados de trans misión no son legibles, por mala impresión y tamaño de letra pequeña
- Los fiscales utilizan desde sus celulares la aplicación Web provista por la empresa para leer el QR impreso en los certificados de escrutinio pero no se puede leer por ninguno de los celulares de los fiscales presentes por mala calidad de impresión
- Ningún fiscal ni autoridad de mesa acompañan al técnico y delegado de la justicia electoral al equipo para realizar la transferencia de los datos.
En un muestreo de 86 meses seleccionadas para auditoría, la Universidad del Comahue observó 7 de las cuales:
- Durante la audiencia de escrutinio definitivo en ninguna mesa se hizo conteo manual de votos. Entendiendo el conteo manual de votos como el conteo de lo leído en cada
- boleta sin intervención de la máquina.
- Solo 1 mesa de las observadas, se hizo conteo manual de boletas
- Solo 1 mesa de las observadas se leyó en voz alta las listas de todas las BUE
- en todas las mesas controla que la máquina cuente la misma cantidad de BUE.
- Solo en 1 mesa se controla que el acta tenga los mismos resultados que la máquina
Para más irregularidades, el Observatorio también detectó casos donde la Boleta Única Electrónica tenía un mensa impreso por la máquina que decía “Boleta de Voto Inválida. Devuelva esta Boleta al Presidente de Mesa y solicite una nueva Boleta de Voto COD-C” y que esos votos “fueron computados nulos porque se asume que el votante no leyó el mensaje de error y puso la BUE en la urna”. ¿Por qué asumen eso?
También casos donde la Boleta Única Electrónica no tenía nada impreso ni en el CHIP. “Fueron computados nulos porque se asume que el votante no colocó la BUE en la máquina y luego la puso en la urna”, dice el informe. ¿Como asumen eso? Por último, también hubo casos de Boleta Única Electrónica que tenían “configuración diferente de la mesa a la que pertenecían”. ¿Como votaron los neuquinos?
"Los neuquinos votaron con boleta única electrónica, como lo vamos a hacer en la Ciudad. Un sistema rápido, eficiente y confiable que nos lleva al siglo XXI y da los resultados definitivos en tiempo record. El año que viene lo implementamos en todo el país”, dijo Rodríguez Larreta apenas concluida la elección en Neuquén. Los datos demuestran todo lo contrario.