Juntos por el Cambio quedó extasiado después del debate presidencial. La mañana del lunes apareció radiante y con un impulso entusiasta para intentar lograr la misión de entrar al balotaje en las elecciones 2023. Según el análisis, Patricia Bullrich consiguió el equilibrio entre los datos y la espontaneidad, metió varios momentos destacables, logró dar la sensación de victoria desde el atril y evitó fuga de votos. Cumplió con dos objetivos centrales.
El 1 de octubre dejó a la alianza con un mal sabor en boca. Bullrich había estado floja, algo que se justificó con una gripe, se embarró en la economía, dejó pasar temas urticantes para el oficialismo y no logró golpes efectivos a sus dos contrincantes más próximos. Recuperó la centralidad en la semana al protagonizar una guerra con Javier Milei pero también al tener que poner a raya a Mauricio Macri, más concentrado en hacerle guiños al libertario sin estructura que a jugar para los propios.
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Pero después de la novela, la situación cambió. Si bien Macri no participó del debate como se esperaba, quienes lo conocen aseguran que está jugando 100% con Patricia y que eso despejó nubarrones. Con el horizonte más claro, no sólo no será una traba sino que incluso podría ser imán para recuperar votos que se fueron con Milei.
Ese factor, más el desempeño de Patricia, levantaron ánimos. La candidata estudió los temas pero también fue permeable a las críticas que le indicaron ser más auténtica. Para el macrismo, eso fue logrado. Durante el debate, vieron un gol tras otro, a la mañana siguiente se levantaron creyéndose los más poderosos y celebraron haber golpeado tanto al postulante kirchnerista como al libertario.
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No hubo una inclinación hacia uno u otro, los dos -Sergio Massa y Milei- fueron blanco de Patricia, esta vez mucho más sólida aunque no logró sacarse el titubeo para abordar algunos temas. El debate le sumó porque pudo generar un clima, el clima de haberlo ganado. Ese fue el objetivo. Que su gente se vaya con la sensación de victoria.
Entonces dejó contentos a quienes le pidieron, desde adentro, ser más auténtica, y dejó contentos a los de afuera. Seguidores y votantes de Juntos por el Cambio que en el primer debate se quedaron con una sensación de poco y que ahora salieron gustosos. Votos que se podrían haber perdido si no lograba generar el ánimo de una verdadera lucha contra el kirchnerismo. Tan delicada era la situación.
Ahora, Patricia deberá mantener esa consolidación del voto que obtuvo Juntos por el Cambio en las PASO, robar algunos pro Macri que pueda haber captado Milei (clave el rol del ex presidente) y sumar nuevas voluntades en favor de la alianza. Para buscarlas, se deberá meter mano en la enorme bolsa de ausentes y quienes sufragaron en blanco en agosto.
Si el 30% del padrón no concurrió a las urnas en las PASO, la participación podría crecer hasta un 10% más en el mejor de los casos. Juntos por el Cambio supo crecer entre las internas y las generales, por lo que se espera que vuelva a darse ese escenario y que la alianza sea la más favorecida.
En el peor de los casos, esperando una pérdida del 50% de lo que históricamente podrían cosechar en ese crecimiento, entrarían en el balotaje. O al menos lo creen bastante probable. Ninguna de las dos coalición tendrá su base habitual por la existencia de Milei, pero aún con esa merma, JxC confía en pasar a la final.
Los factores son muchos, pero la mayoría tienen el sello del oficialismo. Además del apoyo de Macri, en el listado del ánimo positivo aparecen el valor del dólar blue, la inflación mensual y los "hechos de corrupción" fogoneados por los medios para que Patricia tenga su venganza en el debate.
La campaña en CABA
Vigorosa, con ese impulso Patricia decidió mostrarse con Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta en la CABA. La primera foto de los tres. El jefe de Gobierno se puso a disposición de ambos para ayudar a que ganen en sus respectivas categorías y después de recluirse tras la derrota, volvió a aparecer con fuerza para construir un nuevo "pelado" para el 2025.
Un poco eclipsado por la campaña nacional, se barajó que el primo de Mauricio estaría a menos de dos puntos de ganar en primera vuelta y "creciendo". Por eso, se dedicó a, con calma, buscar quirúrgicamente los votos en medio de una relación tensa con el radicalismo que no tuvo el lugar deseado.
A ese votante de la UCR también apunta Leandro Santoro, que supo identificar el espíritu de las demandas más humanistas, no solo la geografía del voto. El candidato de Unión por la Patria se ubicaría segundo, arriba de La Libertad Avanza y Ramiro Marra. La CABA será clave para una Patricia que necesita recuperar votos, aunque allí no vayan pegadas las boletas.
Sin ir más lejos, en Córdoba Juntos por el Cambio perdió más de 290 mil votos entre las elecciones provinciales y las nacionales, pasando de pelear por la gobernación a quedar terceros mientras que los libertarios sumaron casi 640 mil sufragios en ese distrito. En Santa Fe, donde un radical pasará a gobernar después del 10 de diciembre, La Libertad Avanza creció en casi 600 mil voluntades mientras que la alianza extravió 400 mil entre las PASO y las nacionales.
En Mendoza pasó algo similar. Bajó el voto en blanco, creció la participación entre las elecciones locales y nacionales y Juntos por el Cambio perdió más de 300 mil votos frente a los más de 460 mil que ganó Milei. En Jujuy aconteció otra desgracia para la alianza, que bajó su cantidad de votantes a casi la mitad de lo obtenido en las provinciales mientras que los libertarios tuvieron todo el espacio para hacerse más grandes. Situaciones similares también golpearon al peronismo o partidos locales gobernantes, pero JxC se llevó la peor parte y el desafío será levantar.