No hubo grandes festejos ni muchos abrazos en el búnker de Unión por la Patria. Sí hubo algunos cánticos, aplausos y mucho diálogo entre los dirigentes. La conclusión que sacaron es que "esto fue solo una PASO y que la elección arranca ahora". Es decir, ni una victoria ni una derrota, apenas un paso hacia las elecciones 2023 de octubre. "Es el final del primer tiempo. Nos queda el segundo tiempo y los penales", sentenció el ahora candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa.
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La lectura de los resultados
Con los resultados puestos, en el complejo C, en el barrio porteño Chacarita, sostenían que Massa nunca creyó que Javier Milei, el candidato libertario que casi todas las encuestas daban a la baja,en un cuarto puesto, se había realmente desinflado. Sin embargo, reconocieron que el primer puesto -tanto como candidato como fuerza- los sorprendió. La primera lectura que hicieron es que el crimen de la niña de 11 años de Lanús, Morena Domínguez, fue "un cisne negro" capitalizado por el diputado nacional en el final de la campaña electoral.
El otro análisis que ocupó las conversaciones de los máximos dirigentes del oficialismo fue sobre la participación. A nivel nacional, no llegó al 70%, por lo que es el nivel más bajo de una PASO presidencial y ni qué hablar de una presidencial. Por eso, en UP creían anoche que si lograban subir el nivel de participación, podrán mejorar su caudal electoral en octubre. "El objetivo es llegar al balotaje con Milei", sintetizaban ante este portal.
La estrategia de cara a octubre
Para conseguir superar a Juntos por el Cambio -la fuerza opositora que si consigue sumar los votos de Horacio Rodríguez Larreta a los de la ahora candidata Patricia Bullrich se ubicaría segunda en octubre-, el oficialismo cree que será clave atraer a los votantes que consideran más moderados y que en este "primer tiempo" optaron por el gobernador de Córdoba saliente, Juan Schiaretti, y el jefe de gobierno porteño, Larreta. Por eso, un mensaje central la idea de orden sin represión.
En diálogo con El Destape, miembros de la campaña de Massa no descartaron que el ahora candidato presidencial "levante el teléfono e intente llegar a algún acuerdo con Schiaretti". En este diálogo, el gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora, sería central para acercarse al delasotismo. Para conquistar a los larretistas que no los convence Bullrich, en cambio, buscarán mostrar al también ministro de Economía como un candidato con autoridad, que tiene una agenda de seguridad contundente y no le esquiva a esa discusión.
Son optimistas. Después de todo, dicen, Massa fue el segundo candidato presidencial más votado en el país y ya tienen claro cuál el núcleo duro: 25% entre Massa y Juan Grabois. Ahora, entonces, la estrategia es ampliar el espacio por el centro. Según el análisis de la cúpula del oficialismo, la gente podría pensar más su voto en octubre y, por eso, el objetivo será convencer a la sociedad de que no vuelva a ir a las urnas enojadas y que opte por un dirigente que ya conocen y que no traerá inestabilidad. La campaña intentará mostrar tanto a Bullrich como Milei como candidatos inestables.