Elecciones 2023: Unión por la Patria va en busca del electorado del centro con la promesa de un gobierno de unidad nacional

Agustín Rossi y Victoria Tolosa Paz salieron a empujar la propuesta de un gobierno de unidad nacional encabezado por Sergio Massa, como respuesta a la avanzada de ultraderecha que representa Javier Milei. Con todo, desde el entorno del ministro desmentían que se hubieran iniciado conversaciones con delegados de Horacio Rodríguez Larreta. Por ahora, es el momento de una convocatoria política, la posibilidad de acuerdos será en todo caso para el ballotage, explicaban.

22 de agosto, 2023 | 00.05

"Imaginamos un gobierno de unidad nacional en el que únicamente estén afuera quienes tengan una visión autocrática", sostuvo el jefe de gabinete y candidato a vicepresidente Agustín Rossi respecto a una hipotética próxima gestión de Unión por la Patría. También la ministra de Desarrollo Social y candidata a diputada Victoria Tolosa Paz convocó a "construir un gran acuerdo de mayorías y de Estado con los partidos tradicionales para pelear contra el enemigo que en la Argentina es la extrema derecha y fascista que representa Milei”. Ya el día después de las elecciones desde el entorno de Sergio Massa adelantaban la intención de ir en busca de ese votante moderado o radical que eligió a Horacio Rodríguez Larreta y del peronismo cordobés. Pero, ante algunas versiones que se publicaron en las últimas horas, desmentían que se hubieran iniciado contactos con el larretismo. "No necesitamos acuerdos de dirigentes, así se la dejaríamos servida a Milei", avisaban. 

"Un gobierno de unidad nacional más amplio, con radicales, con dirigentes peronistas que acompañaron a Horacio Rodríguez Larreta, con sectores independientes", explicó Massa en la entrevista del fin de semana en Clarín. Imaginó que podrían acompañarlo los votantes de Larreta que no comparten el "todo o nada" que propone Patricia Bullrich. En el combo incluyó a peronistas que en algún momento se desencantaron con el gobierno y "muchos radicales defensores de la educación pública, de la gratuidad universitaria y de la movilidad social ascendente", en sintonía con el programa de Unión por la Patria. 

Le preguntaron concretamente sobre Rodríguez Larreta y el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR, Gerardo Morales, con quienes mantiene una relación personal desde hace varios años. "No me gusta hacer nombres", respondió. "Sin dudas buscaría un gobierno de unidad nacional e integrar un gabinete con radicales y con peronistas que hoy están en el PRO", consideró. Tampoco evaluó "ilógico" que en su hipotético gobierno se integraran dirigentes del peronismo cordobés que postula a Juan Schiaretti. Explicó que tanto su pasada administración en Anses como en la intendencia de Tigre tuvieron una característica de "identidad plural" que también piensa darle a su gobierno en caso de resultar electo.

"Siempre es bueno construir consensos amplios y además ahora nos enfrentamos a una situación donde aparece un espacio que viene a romper con todas las tradiciones políticas de la Argentina como, por ejemplo, la educación pública y gratuita, que es una ley de 1884", afirmó Rossi, compañero de fórmula de Massa, en diálogo con Radio 10. "Entonces no se trata ya de cambiar medidas económicas que pueden tener una vigencia transitoria sino que este personaje trata de reformular cómo ha sido el funcionamiento de la sociedad argentina de los últimos 150 años", agregó respecto a los planteos de Milei. Lo mismo Tolosa Paz, que propuso dejar de lado "las pequeñas situaciones de disputa" para pensar en un gran acuerdo de Estado entre los partidos tradicionales. Imaginó allí a las fuerzas provinciales y los radicales que no desean encolumnarse detrás de la ultraderecha.

 

Luego de una elección como las primarias del domingo pasado, es normal que dirigentes de los distintos espacios que tienen un vínculo amistoso se hablen para intercambiar miradas. Es probable que eso haya sucedido entre Massa y Rodríguez Larreta, lo mismo que, por ejemplo, entre el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, con otros integrantes de la lista de Juntos por el Cambio con quienes mantiene una relación que viene de la política porteña. Pero negaban que en esos diálogos hubieran avanzado sobre la posibilidad de un apoyo electoral, como publicó La Nación este lunes. "Habló con varios dirigentes de la oposición porque los conoce, pero no hubo ofrecimientos de nada", aseguraban en la oficina de Olmos.

Según la óptica de los refererentes del oficialismo, en el artículo publicado creían ver también el objetivo de reposicionarse de parte de dirigentes del larretismo que quedaron golpeados después de la magra cosecha en las primarias. Pero en el comando de campaña de Unión por la Patria veían como una mala jugada pensar en esta instancia en acuerdos de dirigentes porque le dejaban servida a Milei la crítica contra "la casta", con lo que podría terminar resultando contraproducente. "Por ahora, tenemos que hablarle a los que eligieron a Rodríguez Larreta y a los que no fueron a votar, defendiendo los valores de nuestra sociedad que están en juego en la elección: la educación, la ciencia, la salud. Los apoyos de dirigentes y candidatos en todo caso quedarán para el ballotage", pensaban allí. Para la segunda vuelta asoma más factible un acuerdo "a la francesa", como los que le permitieron ganar a Emmanuel Macron contra Marine Le Pen. 

Por ahora, la preocupación número uno del peronismo pasa por recuperar el voto propio. Por un lado, convocando casa por casa a los 11 millones que no fueron a votar en las PASO. Por el otro, activando a la dirigencia en el interior, luego de que Milei se impusiera en 16 provincias, en muchas de ellas sin estructura y sin siquiera haberlas visitado. En esa línea, Massa se reunirá a la vuelta de Estados Unidos con la liga de gobernadores, a fin de trazar una estrategia que ayude a recuperar los electores que acompañaron mayoritariamente a nivel provincial, pero votaron a LLA en la elección nacional. Para motivarlos ayudarán las medidas de recomposición salarial que Massa prometió lanzar a partir del jueves como forma de compensar lo perdido por el nuevo repunte de la inflación, justo antes de sacarse el traje de ministro y ponerse el de candidato.