Los presidentes de los cuatro partidos nacionales que integran Juntos por el Cambio se reunirán esta tarde, de emergencia, para intentar evitar rupturas en provincias importantísimas no sólo por el valor simbólico y peso territorial de algunas, sino también por ser inaugurales del calendario electoral 2023. En principio, el tema central girará en torno a cinco provincias y no se descartó que pudiera sumarse alguna otra discusión en la primera cumbre del año, reducida, para sentar posición e intentar preservar la alianza por sobre los "caprichos" personales.
El encuentro será a las 19 y de forma presencial. En la cumbre estarán Patricia Bullrich, por el PRO, Maximiliano Ferraro, por la Coalición Cívica, Gerardo Morales, por el radicalismo, y Miguel Ángel Pichetto, por peronismo republicano. El objetivo será hacer respetar el reglamento aprobado en el último cuatrimestre del 2022, en el cual se estipuló que se respetarían y usarían las PASO en aquellas provincias en las que exista la herramienta, que se buscarían nuevos mecanismos en caso de no haber Primarias, y que, eventualmente, se podría echar mano de internas abiertas entre afiliados e independientes.
Este reglamento no estaría encontrando un alto nivel de adhesión y podría, en caso de no lograr una solución, generar una suerte de anarquía provincial en la cual cada distrito decida optar por hacer lo más conveniente para sus propios intereses, relegando los de la coalición como conjunto. Esos distritos son Río Negro, tal vez el más problemático; Mendoza; Neuquén; Chubut y Tucumán.
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En Río Negro, a fines de esta semana va a haber una reunión de la convención radical para terminar de definir si el partido centenario abandonará formalmente Cambia Río Negro para sellar su alianza con Alberto Weretilnek y su espacio, el oficialista Juntos Somos Río Negro. El cuestionamiento de la UCR pasó por la falta de competitividad dentro del JxC local, con un candidato macrista puesto a dedo, sin posibilidad de interna. Aquí, el dilema central girará en torno a las decisiones de los boina blanca. Acuerdo, intervención o ruptura.
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En Mendoza, en tanto, el problema es el PRO. Omar De Marchi tensionó demasiado, al punto de proponer una pseudo ruptura de Cambia Mendoza al instalar la posibilidad de una tercera vía electoral que no sea peronista ni del radicalismo amigo de Alfredo Cornejo. Si bien le plantearon que podría haber una intervención nacional, también se sostuvo que el clima pudo haberse calmado un poco, pero también es cierto que el diputado tiene un carácter fuerte y que podría avanzar de todos modos.
En Neuquén, el escollo también sería el macrismo. El espacio amarillo decidió alejarse del plan original adoptado por Cambiemos. En esa hoja de ruta se estipuló que el radical Pablo Cervi iba a ser el candidato de la alianza pero el PRO optó por cambiar horizontes e ir con Rolando Figueroa, un ex Movimiento Popular Neuquino, con parte del radicalismo a cuestas.
El caso de Chubut, por otro lado, también vuelve a mostrar a la UCR como un dilema a resolver. Frente al candidato macrista Ignacio Torres, la conducción local del partido, en manos de Damián Biss, también con pretensiones de gobernación, se acercó demasiado a Mariano Arcioni generando un cortocircuito importante que amagó con un quiebre a mitad del año pasado que se pudo contener pero no olvidar.
Finalmente, Tucumán. En esta provincia, se puso el ojo en contra de la UCR por "ser funcional a Osvaldo Jaldo". Según trascendió en los últimos días, el PRO optó por favorecer la candidatura a la gobernación del intendente de la ciudad de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro y la UCR se abrazó al diputado nacional y ex intendente de la ciudad de Concepción, Roberto Sánchez. Uno de los grandes chispazos radicó en que Alfaro quiere la máxima jefatura y definir a su sucesor, cerrando puertas de competencia y negociación.