Tras perder la provincia, arranca el juego de la silla en el peronismo de Entre Ríos

Envuelta en hermetismo, la interna peronista para conducir el partido está frenada a la espera de lo que ocurra con Sergio Massa en el balotaje. Fotos y movimientos de Gustavo Bordet y Adán Bahl para encabezar el PJ.

06 de noviembre, 2023 | 14.28

La derrota del justicialismo entrerriano en las elecciones 2023 supuso un cimbronazo dentro de las filas del peronismo local. El signo político que dominó las riendas de la Casa Gris ahora verá cómo Rogelio Frigerio recibe la banda de manos de Gustavo Bordet y, como suele suceder luego de un resultado adverso, algunos ya han alzado su voz solicitando una renovación de caras adentro del espacio. El Partido Justicialista viene aplazando sus comicios internos en medio de la contienda electoral. La fecha fijada era el 25 de junio, pero el día antes cerraron las listas y la rosca pasó, naturalmente, por otro lado. Se pasó entonces para el 25 de noviembre, cuando no se sospechaba siquiera la posiblidad de que, seis días antes, los argentinos tuviéramos que ir a votar en una segunda vuelta. Nada parece estar definido, el silencio es casi ley y las energías parecen estar puestas en militar la candidatura de Sergio Massa de acá al día del balotaje.

En el peronismo local, desde el domingo 22 de octubre, reina el hermetismo. El gobernador -y presidente del PJ- ha hablado a cuentagotas. Pese a la derrota, Bordet quiso mostrar rápidamente que sigue siendo el que tiene las riendas de su partido. Horas después de ir a las urnas y consumarse la primera derrota para un oficialismo entrerriano en 20 años -desde que Jorge Busti destronara al radicalismo en 2003-, el mandatario mostró tres fotos importantes: una con Rosario Romero, electa intendenta de Paraná; otra con José Eduardo Lauritto, que será presidente municipal de Concepción del Urguay; y la tercera y más importante: con Sergio Massa en Buenos Aires, en un encuentro en donde estuvo Adán Bahl y en el que también participó Guillermo Michel, entrerriano y hombre de máxima confianza del ministro de Economía. Al punto tal que, de ser electo, suena fuerte como próximo titular de la cartera de Hacienda. Las tres imágenes tuvieron un objetivo claro: echar por tierra cualquier especulación respecto quién manda adentro de Más para Entre Ríos, la denominación local de Unión por la Patria. 

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Esas conjeturas sobre su liderazgo no habían surgido de la nada: el lunes luego de la elección, algunas segundas líneas emparentadas con Adán Bahl salieron a posicionar al intendente de Paraná -que perdió por escaso margen ante Frigerio la Gobernación- como la cara de la renovación. El jefe comunal de Paraná quiso plantarse también y, según reconstruyó El Destape, viajó en silencio a Buenos Aires, donde le sacó una foto a Massa en un acto dondo el tigrense presentó su plan Ciudades Seguras. La imagen habla por sí misma: movida, mal encuadrada, sacada a las apuradas. Evidentes señales de que la sola intención fue poder mostrarla. En las oficinas de Gobernación no habría caído bien la acción.

¿Cómo está la relación entre Bahl y Bordet? El primero no ha hablado con ningún medio desde el día que cayó ante el exministro del Interior. Se ha refugiado en su gestión desde el minuto inmediatamente posterior, mostrando obras, reuniones, encuentros y planificación de lo que le queda al frente del Poder Ejecutivo local. La foto con su sucesora demoró un poco, pero llegó: fue en el marco del anuncio de un proyecto en un polideportivo barrial. Descartó ser parte del gabinete de quien ocupará su lugar el 10 de diciembre, aunque bien se sabe que la sociedad entre su sector y que el comanda Romero -conocido como el "Hallismo", por José Carlos Halle, su esposo e intendente de la capital entre 2007 y 2011- se mantendrá. De hecho, su campaña se centró justamente en proponer una continuidad en profundidad de lo realizado en los últimos cuatro años.

El futuro de Bahl podría estar "muy posiblemente" en Buenos Aires, en un eventual gabinete de Massa si el candidato del oficialismo logra derrotar a Javier Milei. "Va a colaborar con los intendentes y municipios desde donde le toque. Si es un cargo nacional, así será", le indicaron a El Destape desde su entorno. Y aclararon: "Está enfocado en trabajar para que Massa gane el balotaje y en terminar a pleno su gestión municipal. Es respetuoso del electorado y está absolutamente agradecido a los mas de 303.000 entrerrianos que confiaron en su propuesta". Si algo ha destacado al casi gobernador por el justicialismo es su capacidad de gestión. La demostró cuando fue ministro de Gobierno de Sergio Urribarri, siendo vicegobernador en la primera gestión de Bordet y ahora como intendente de Paraná, a donde ha traído una batería importante de obras nodales que han modificado sustancialmente a la capital. En las últimas horas, además, ha aparecido en dos fotos que son importantes: en un encuentro con los senadores provinciales electos y en la mesa de oradores de una actividad en el Centro Provincial del Convenciones donde se relanzó la campaña en respaldo a Massa. Sí le discuten, por otro lado, su incapacidad de tener "caciques" en el territorio, algo que podría haber limado sus expectativas, especialmente en la costa del Uruguay.

Justamente en ese sector de la provincia se depositan los reproches. Los apuntados son los concordienses, dueños del bastión justicialista por excelencia, que sin embargo sucumbió luego de 40 años. Tras cuatro décadas, un joven dirigente con poca experiencia, el exfiscal Francisco Azcué, hizo lo imposible: ganar la Intendencia en la ciudad de donde salieron los últimos gobernadores o aspirantes a la Casa Gris. No sólo Busti fue titular del Ejecutivo, sino que también Bordet en dos ocasiones, entre 2007 y 2015. Una elección que, además, se perdió sin atenuantes, por una diferencia amplia y por la cual surgieron hasta versiones de un posible "operativo relajamiento", dado que el postulante, por primera vez en años, era de otro lado. "Si el peronismo movía el aparato en Concordia, era imposible que ganemos. Bahl hizo una gran elección en el departamento Paraná -incluso obteniendo el senador- y Massa también. Si ellos ganaron en un terreno históricamente hostil, es poco probable que perdieran allá", le confesó un dirigente de Juntos por Entre Ríos a este medio. De un lado y del otro, la sospecha es la misma: una interna entre Ángel Giano y Armando Gay en las PASO que terminó en la Justicia y dejó heridos; poca motivación para "patear" la ciudad y el departamento; desgano ante la necesidad de militar a un casi foráneo. Todo pudo haber contribuido a la debacle peronista en su fuerte más preciado.

Uno de los que se mostró enojado fue Lauritto. "El departamento Uruguay no ha sido reconocido como debe ser. Siempre hemos ido por el mismo camino. Yo he tenido discrepancias. Algunos las arreglan yéndose, nosotros incluso en los peores momentos siempre mantuvimos la unidad. El problema es que hay dirigentes que se creen más que los partidos", apuntó el electo jefe comunal de Concepción del Urguay. En La Histórica sienten que corren de atrás, que todo se dirime entre Paraná y Concordia. "Es hora de que el peronismo entrerriano valore a los dirigentes de otras ciudades, sino tendremos que encontrarle una solución, porque la verdad que una birome no me parece una solución. Me molesta mucho que en un escritorio se corrija lo que no se logró en el territorio", apuntó luego el dirigente, ex vicegobernador y muy respetado en su ciudad. A tal punto que, algunos, lo ponen como futuro presidente del peronismo. Desde su círculo cercano garantizaron que, por ahora, su cabeza está puesta en la futura gestión y en militar la segunda vuelta.

La interna partidaria viene demorada. La última elección fue en 2016 y luego se prorrogaron autoridades por la pandemia. Ahora la mira está puesta en el balotaje. "Hasta el 19 estamos a full con eso, no importa otra cosa", le indicó un dirigente local a El Destape. Los teléfonos de los máximos responsables partidarios están apagados o no han respondido solicitudes de mensajes de este medio. Entre el hermetismo y una campaña extendida, el peronismo juega al juego de la silla, ¿quién la ocupará próximamente?