Los candidatos a gobernadores de la provincia de Santa Fe se cruzaron en un encuentro televisivo que quiso llegar a ser debate y terminó en una demostración fría de convivencia, cuando no de indiferencia entre los postulantes a la primera magistratura provincial. Ejes condensados forzaron a expresiones cortas y certeras y muy poco margen para la réplica o la profundidad, a una semana de los comicios.
El próximo domingo 10 de septiembre, los santafesinos irán a la urnas con cuatro opciones bien marcadas de perfiles muy distintos: Maximiliano Pullaro, exministro de seguridad y candidato del radicalismo Evolución pero muy cercano a Patricia Bullrich; el senador nacional Marcelo Lewandowski que busca la permanencia del peronismo en la Casa Gris, el empresario Edelvino Bodoira de Viva La Libertad (apodo de la rama libertaria de Milei en Santa Fe) y la docente y socióloga Carla Deiana que compite por el Frente de Izquierda.
El trabajo mancomunado de Telefé Rosario, Telefé Santa Fe y el multimedios Televisión Litoral SRL fueron el escenario de un formato corto, aunque limitado y rígido, de debate de los candidatos para la gobernación, con cuatro ejes que sirvieron para el duelo entre los postulantes: seguridad y justicia, economía y producción, educación y salud, género y desarrollo social.
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El capítulo de la Seguridad fue el que más chispas ofreció a los televidentes y que más descolocados evidenció a los candidatos. Titubeos mediantes, Pullaro señaló la relación entre el gobernador saliente Perotti y su candidato,Lewandowski, y la pérdida de control de las calles en la ciudad de Rosario y la violencia urbana que propició esa situación. Por su lado, Lewandowski señaló los números de la delincuencia durante la gestión de Pullaro en el ministerio, la sensible baja de las denuncias por crímenes contra la propiedad y comparó los números de la violencia lesiva y los homicidios: “Miremos la película completa. Hace 15 años que sufrimos esto en la provincia”.
Pullaro buscó desmarcarse de esos números subrayando la situación actual de la violencia urbana en el sur de Santa Fe, sobre todo en la ciudad de Rosario. Lewandowski además de comparar los delitos contra la propiedad en el territorio y los índices de violencia letal en Santa Fe, remarcó que “esta situación no viene de ahora. Comenzó hace 15 años”, coincidentemente con el primer gobierno socialista de Hermes Binner, quien le dio autonomía a la institución policial en aquellos años, inaugurando una era de desgobierno en las comisarías y entre las tropas policiales.
Como golpe de gracia, el candidato del Frente de Todos recordó, en un despliegue de teatralidad y de soltura frente a la cámara, un diálogo surgido a la luz de los medios y la justicia entre el exministro Pullaro y el excomisario Adrián Rodríguez, donde ambos conversan sobre un concurso para comisario donde Pullaro, entre risas jocosas, se jacta de ser quien presidirá el concurso al decir que “le iba a pasar las preguntas como en la escuela” a Rodríguez: “Así se manejaba y sumaba corrupción a la Policía de Santa Fe”, apuntó Lewandowski, y aclaró “Este comisario terminó preso. ¿Así quiere gobernar la provincia?".
Los candidatos tuvieron un tiempo para exponer, otro de réplica y uno más de contrarréplica en cada eje según un orden que se determinó por un sorteo previo, dejando las alocuciones en un total de tres minutos y medio entre etapa y etapa, lo que exigió que los reproches fueran hábiles y a la yugular. Tanto es así que Pullaro y Lewandowski, que se eligieron entre sí como rivales, prácticamente dejaron al margen y en otra conversación, a sus contrincantes de otras escuderías.
Carla Deiana, abanderada del dirigente del Partido Obrero Gabriel Solano en Santa Fe, repartió reproches para todos los candidatos en cada eje, haciendo especial apunte sobre los dichos del candidato libertario Bodoira, mientras que éste se dedicó a no confrontar a nadie en particular mientras hacía loas a la gestión en seguridad de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador a quien visitó meses atrás, y a la defensa de “la familia”, a la cual le dedicará un ministerio particular luego de reformar la cartera de Género y Diversidad.
En cuanto a lo respectivo a la Economía y el Desarrollo Productivo, Lewandowski defendió las políticas productivas del gobierno perottista, donde hubo un objetivo crecimiento del empleo privado, apuntando contra la tendencia decreciente que hubo durante el gobierno del finado Miguel Lifschits. A su vez, exhibió un ambicioso plan de viviendas como eje para su gestión: “Seré el gobernador que más casas construya del ‘83 hasta acá. Haremos 45.000 viviendas en los próximos 4 años”, aseguró. Además, prometió elevar los montos de reintegro de la billetera virtual oficial para potenciar el consumo interno.
Por su parte, Pullaro insistió sobre la presión impositiva sobre el campo: “los empresarios quieren que el Estado nacional les saque el pie de la cabeza”, sostuvo. Además se comprometió a llevar adelante obras de infraestructura en el interior de la provincia, sobre todo en refuerzo de hospitales y escuelas.
En un desliz desafortunado sobre el tópico Educación, el candidato de Unidos para Cambiar Santa Fe prometió que los padres santafesinos “van a poder saber qué es lo que están haciendo nuestros hijos en las escuelas”, en una frase que recordó a los eslóganes de la última dictadura militar sobre las actividades de los centros de estudiantes en las secundarias. El hughense fustigó a la política educativa de Perotti al decir que en su gobierno, se completarán los 180 días de clase, remarcando el constante roce que el gobernador peronista tuvo con el sector docente durante los últimos cuatro años.
Durante todo el encuentro, el candidato de Juntos por el Cambio nunca se refirió a Lewandowski por su nombre, sino como “el candidato del kirchnerismo” a lo que, llegada la oportunidad en el cierre del debate, el candidato peronista dijo: “Tengo convicciones y lo que pasa me duele como a vos. No tengo ninguna jefatura a quien responder y esto no se cambia con viejas recetas. No entreguemos el futuro a los que nos trajeron hasta acá”.
Estas declaraciones apuntaron a los dichos no sólo del hughense, sino del actual jefe de gobierno provincial, que coincidieron en que votarían a Javier Milei en un virtual ballotage (el primero antes que a Sergio Massa, y el segundo antes que votar a Patricia Bullrich). Lewandowski ya se había despegado de los dichos de Perotti el pasado jueves 31 de agosto, al decir en sus redes “ni Bullrich, ni Milei. El 10 de septiembre vamos a ganar en Santa Fe y el 22 de octubre es con Sergio Massa para la Nación”.
Sprint final: una semana de angustia
En el campamento de Juntos Avancemos, el nombre de fantasía del Frente de Todos en la provincia, aspiran a obtener una buena performance el próximo domingo: por un lado apuestan a que los acuerdos nacionales entre la UCR y Massa, y los votos que el anterior 16 de julio fueron a parar a la presidenta del PS, Mónica Fein, presumiéndolos poco fieles al armado antiperonista del Juntos por el Cambio santafesino, puedan levantar la perspectiva del senador nacional. Con un escenario de 37% de ausentismo y de 211.300 votos entre nulos y blancos (12% sobre el total de votos emitidos), el peronismo especula con morder de ese gris que no pudo seducir en un primer instante.
Por su lado, desde el campamento pullarista afirmaron a El Destape que el candidato radical encara la última fase de las elecciones a gobernador y a diputados con un optimismo basado en el casi millón de votos que obtuvo el espacio en las primarias, casi duplicando los votos peronistas. En los sondeos realizados por el equipo del exministro, sostienen que la diferencia entre el oficialismo y Pullaro se encuentra por encima de los dos dígitos. Y de las dos decenas.
El espacio Unidos para Cambiar Santa Fe (el sello de turno de Juntos por el Cambio, donde además acompaña el partido de la rosa) obtuvo 980.567 votos entre Pullaro y Carolina Losada, mientras que Juntos Avancemos consiguió 434.352 votos (entre los cuatro candidatos justicialistas). Sumados los votos peronistas, no llegan a la mitad de lo conseguido por el antiperonismo vernáculo. Esto no le quita voluntad, sin embargo, de mostrarse con músculo de cara a las elecciones.
La indiferencia con la que Pullaro y Lewandowski trataron a los restantes dos rivales, como si de una conversación aparte se tratara, tiene una lógica. Juntos se llevaron al 80,2% del electorado. Son los dos preferidos a ocupar el sillón de gobernador después del 10 de diciembre, mientras que tanto el libertarismo como el FIT superaron magramente el piso de las primarias: juntos no logran los 4 puntos porcentuales.
El pullarismo se muestra sólido, con encuestas propias que le dan muy buenos resultados a sus candidatos. La confianza del exministro tiene que ver con un elemento que a Lewandowski le falta: el nivel de conocimiento de su figura en el interior santafesino. La gestión ministerial y su carrera como legislador le dieron tiempo y visibilidad para recorrer localidades del centro y del norte de la provincia, lo cual lo hace más competitivo en el norte agrario. El oriente y el sur santafecino, siempre industrial, portuario y peronista, es su objetivo. Además de que concentra un tercio del electorado.
La campaña estuvo caracterizada por una virulenta salida a los medios y las redes con una cantidad inusitada de spots, cartelería y mensajes de Unidos. Tanto opositores como oficialistas saben que, con el sistema de boleta única, el que más veces muestra su cara, gana. Por el lado peronista, el candidato más votado para la legislatura, el gobernador Omar Perotti, parece haber desencadenado los recursos antes ahorrados en las PASO. Las diferentes tribus del peronismo todavía no le perdonan al gobernador no haber destrabado mayores recursos para la campaña, mientras éste se dedica a jugar solo y de frente a ser quien lidere la Cámara de Diputados provinciales, y con ella el espacio justicialista, en el próximo gobierno. Y sea para marcarle la cancha a su sucesor peronista o para disputarle poder desde la oposición a un gobierno de tinte radical.
El debate terminó con cada uno sintiéndose ganador del encuentro, sin haber levantado demasiado el amperímetro. La experiencia televisiva les sirvió más para mostrar las garras y las propuestas de cada uno, dedicando el resto de la carrera proselitista a mostrar sus imágenes. Durante la semana por venir, todos afilarán los lápices de cara a los cierres de campaña con un escenario con pocas definiciones a futuro, pero abierta a las sorpresas. A sabiendas que el próximo domingo será a matar o morir, la certeza común es una sola: los resultados no definirán el perfil provincial de los siguientes cuatro años, sino de la próxima década.