Se cumplen 40 años de la recuperación de la Democracia después de la dictadura cívica militar más sangrienta de nuestro país, que degradó la condición humana hasta zonas desconocidas en nuestra historia política. Torturas, desapariciones, centros clandestinos de detención, asesinatos, vuelos de la muerte, robo de niños y vejaciones de todo tipo que fueron condenadas por la Justicia ordinaria y consideradas crímenes contra la humanidad. Argentina fue ejemplo en el mundo, ya que no hubo venganza, sino justicia.
Sin embargo, 40 años después la candidata a Vicepresidenta de La Libertad Avanza, realiza un supuesto homenaje a las víctimas de la guerrilla pero con el objetivo de reivindicar el Terrorismo de Estado y negar los hechos ya juzgados, condenados y repudiados. Hace el homenaje en la Legislatura porteña, con la complicidad de las autoridades legislativas, que contra la memoria histórica terminan reivindicando el genocidio.
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También, en pocos días se cumplen 50 años del sangriento golpe que derrocó a un demócrata como Salvador Allende y que significó el comienzo de la dictadura de Pinochet por más de 20 años, antesala del Plan Cóndor que extendió el terror en América Latina. Pero no es casualidad que en una entrevista hecha por la televisión chilena, Milei defendiera el “libre mercado” de la dictadura de ese país, sin mencionar la falta de libertad, ni las torturas, prisiones y asesinatos. La democracia está tan fuera de su agenda que cuando el periodista le señaló que la supuesta libertad económica se contraponía con la falta de libertad política, el candidato de LLA le preguntó (pensando sólo en términos económicos) cómo había terminado esa experiencia, y el periodista le contestó: con 3000 muertes.
¿Cómo es posible que después de tantos años, de tantas luchas, de la política de memoria verdad y justicia, hayamos llegado a este punto?
En menos de 60 días tenemos elecciones y está en juego la democracia, la diferencia entre el Estado de Derecho o el Estado Represor, entre la vida y la libertad contra la muerte y el autoritarismo. También está en juego el modelo económico y social entre los que pensamos que el gran ordenador es el trabajo y que la justicia social es una condición necesaria para el sostenimiento del sistema democrático. Del otro lado, piensan que se ordena reprimiendo y que la justicia social es un anacronismo ya que la mano invisible del mercado resuelve los problemas de la vida cotidiana. Sabemos que la mano no es invisible, sino que es la de los intereses concentrados de la economía, la de los grandes fondos buitres, la de los intereses del FMI y la que históricamente hambreó al pueblo argentino.
No puede haber ningún tipo de especulación. Sólo nuestro Frente encabezado por Sergio Massa propone un programa en el que el trabajo, la producción, la educación, la ciencia y la redistribución del ingreso con justicia social nos van a sacar adelante.
Tanto Patricia Bullrich como Javier Milei pelean y vociferan por quien va a hacer el ajuste más salvaje en contra de todo el pueblo argentino. En contra de los laburantes, de los estudiantes, de los desocupados, de los jóvenes y de los jubilados.
Hay que jugarse para entrar al ballotage y ganar en la segunda vuelta. Explicar, convencer, militar, cada uno de nosotros a cada uno de los otros. Repudiar a los que se cansaron de robar (y no por dos años) y en defensa de sus intereses corporativos piensan en acomodarse aunque el país se destruya.
No nos mueve el espanto, nos mueven las convicciones. Siempre estuvimos del mismo lado, defendiendo los mismos valores: Democracia, justicia e igualdad.
A pelear por una Democracia para siempre y por una Patria para todos.