El Gobierno porteño publicó esta tarde un decreto a través del cual confirmó que las elecciones 2023 de octubre se harán en la Ciudad de Buenos Aires con boletas de papel tanto para los cargos nacionales como para las categorías locales. Fue luego de los inconvenientes registrados con el sistema de voto electrónico en los comicios del 13 de agosto.
La decisión de cambiar el sistema utilizado para las PASO fue a pocos días de la nota de la jueza federal electoral de esta capital María Servini a las autoridades porteñas del Instituto de Gestión Electoral en la que afirmó que implementar nuevamente los dispositivos de Boleta Única Electrónica en octubre sería "una burla a la ciudadanía" al "volverla a someter a condiciones denigrantes".
Críticas al voto electrónico
Los sistemas electrónicos para emitir y contabilizar los votos han sido utilizados en distintas partes del mundo pero tras verificar inconsistencias hoy se mantienen únicamente en 30 países, señalaron a la agencia Télam especialistas en la materia, y plantearon que la mayor dificultad atañe a la "transparencia" en la fiscalización. Los investigadores pusieron el foco en el riesgo que implica que la tarea de fiscalizar quede en manos de grupos de expertos, una advertencia que recobró actualidad tras las recientes elecciones en Argentina, en las que la Ciudad de Buenos Aires tuvo dificultades con estos mecanismos de votación.
En la elección local de la capital se detectaron irregularidades desde el inicio del proceso y la Cámara Nacional Electoral manifestó su preocupación por "el mal funcionamiento de las máquinas de votación". A nivel internacional, las urnas electrónicas son usadas total o parcialmente en 30 países, entre ellos Estados Unidos, Brasil y Paraguay, mientras que en el resto del planeta son varios los Estados que optaron por implementarlas y que luego se arrepintieron para regresar al sistema anterior.
El diagnóstico sobre los beneficios o perjuicios de las urnas electrónicas genera posturas bien diferenciadas y alimenta la polémica sobre los problemas que, aparentemente, vendría a solucionar este método de votación. En algunos casos, entre ellos Argentina, se esgrime como argumento a favor que el voto electrónico permitiría sortear presuntas prácticas clientelares. Esta premisa, sin embargo, no convence a algunos analistas, quienes destacan atributos de otros sistemas electorales como la "organización" del método tradicional aplicado en la Argentina (boleta en papel tipo sábana, con fiscalización partidaria) y su "coordinación" a lo largo de varias instancias.
En 2009, el Tribunal Constitucional de Alemania consideró que la técnica por la que se instrumenta el voto electrónico es difícil de controlar y además constató que tiene errores, por lo cual, estimó, "no garantiza una votación secreta y un control democrático del cómputo".
Con información de Télam