Optimista, Patricia Bullrich ya practica un mano a mano con Massa

El entorno de Patricia Bullrich empezó a notar que la precandidata presidencial cobró especial relevancia en el último tiempo. Las encuestas que suelen mirar acompañan las expectativas de la ex ministra de Seguridad de convertirse en la postulante de Juntos por el Cambio que venza en las PASO para llegar a las generales. En los últimos días, entonces, su guerra pasó de una interna feroz con Horacio Rodríguez Larreta a un enfrentamiento constante con Sergio Massa, uno de los nombres de Unión por la Patria.

Al ministro de Economía pareció cerrarle la ecuación de competir con Patricia por tener dos perfiles muy diferentes. Uno proclive a incendiar todo versus otro tendiente a mantener lo bueno y ajustar las tuercas en los puntos débiles. La confrontación directa del funcionario nacional con la presidenta del PRO bajo uso de licencia pareció levantarla en esa batalla para ponerla como la contrincante ideal, relegando un poco en la escena a Horacio Rodríguez Larreta.

El jefe de Gobierno eligió la estrategia de viajar por el país, marcar que el kirchnerismo no es un interlocutor válido, presentar propuestas de campaña y, cada tanto, apuntar contra Massa -ya sea él mismo o, como en las últimas horas, mediante su equipo, en este caso Gerardo Morales- para no perder el papel principal que supo tener en la novela, en algún momento del año pasado.

Si bien en el bullrichismo no se conversaron puntualmente los distintos escenarios que podrían abrirse, dos hipótesis aparecieron con fuerza: el fortalecimiento de la dirigente y el intento, en una especie de conspiración, por bajarla en las encuestas. Sobre todo porque ella, en un balotaje, retendría los votos de JxC y sumaria los de Javier Milei. Sin embargo, si el que llegara al mano a mano fuera Larreta, no se quedaría con la totalidad de los sufragios de Patricia y mucho menos los del libertario. Siendo Massa el mejor representante para la ancha avenida del medio.

En los últimos días, Massa cuestionó a Patricia por haber estado en "13 partidos políticos distintos" y se preguntó por la verdadera cara o identidad de la ex ministra: "¿La de Montoneros? ¿La que estaba con Menem?". Luego, lanzó un video de campaña en charla con jubilados para contarles que el plan de "Milei y Bullrich" es "eliminar el PAMI".

La precandidata lo acusó de mentir y perder el tiempo criticándola cuando debería estar solucionando los problemas de la economía. Ahora, con la noticia de que el Ministerio de Justicia ordenó intervenir por 180 días su Asociación Civil vinculada a la Seguridad, con el objeto de brindar charlas y seminarios relativos a ese asunto, encontró una nueva ventana para la victimización.

No apuntó contra el ministro Martín Soria ni contra Guillermo Nissen, el titular de la Inspección General de Justicia que pidió la intervención después de un extenso y contundente informe fechado el 10 de abril. Enfocó todos los cañones contra Massa porque se entendió que estas acciones formaron parte de algo mucho más grande, una persecución política en su contra, un intento de bajarla producto de su buen posicionamiento electoral.

En resumidas cuentas, el Ministro de Justicia ordenó la intervención del Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad Asociación Civil (IEES) por 180 días hábiles después de una solicitud efectuada por Nissen. En la investigación de la IGJ se descubrió que el IEES financió actividades de proselitismo político en contradicción con su objetivo social y los propósitos de su creación como una entidad sin fines de lucro.

Además, se encontraron irregularidades contables y administrativas, como un crecimiento exponencial de los ingresos y egresos del IEES, recaudando más de 90 millones de pesos en pocos meses, así como pagos de facturas telefónicas asociadas al partido "Unión por la Libertad".

Por lo tanto, la IGJ determinó que la utilización del IEES para la campaña política nacional de su Presidenta, Patricia Bullrich, no solo viola las disposiciones del Código Civil y Comercial de la Nación en cuanto a asociaciones civiles, sino que también podría infringir la ley que regula la financiación de partidos políticos.

En su momento, cuando la IGJ sacó su informe el 10 de abril, Bullrich denunció a Nissen bajo el mismo argumento que esgrimió ahora, persecución política. Por ese entonces, no se consiguió la intervención y pasaron tres meses hasta que, por otra vía, fue ordenada. Probablemente, según se entendió en las primeras horas después de conocida la noticia, el asunto termine judicializado.

Dos fuentes manifestaron que "seguramente" habrá una denuncia o una "apelación" para recurrir la decisión por parte del equipo de la precandidata porque todo el montaje se trató de un acoso en plena época electoral y "vienen por Patricia". Incluso se llegó a pensar en una especie de acuerdo entre distintos sectores, incluyendo propios del partido, para bajarla.

Prueba de ello fue una nota, retuiteada por Miguel Ángel Pichetto, primer precandidato a diputado nacional por Buenos Aires en la lista larretista de Diego Santilli, en la que el ex senador afirmó que a Bullrich le queda “ADN originario” de su militancia en los 70. En sintonía con la pregunta que se había formulado Massa, más o menos para la misma fecha.

La explicación para este supuesto acoso está en las encuestas. Entre junio y julio, sondeos de diez consultoras diferentes arrojaron un promedio de intención de voto mayor para Bullrich que para Larreta en la interna, una distancia de casi 7 puntos. De la decena, sólo una la dio perdiendo la PASO mientras que el resto la mostró arriba.

Según el mismo listado, peleando mano a mano con Massa -siempre en el escenario de internas- de diez sondeos sólo en tres apareció por encima del candidato de UP, los dos mano a mano en soledad. El ministro de Economía se posicionó como el ganador de su PASO en cada uno de los ejemplos.

En promedio, los sufragios de cada una de las alianzas dejarían a Juntos por el Cambio arriba de Unión por la Patria por casi cuatro puntos. De forma individual, salvo algunas pocas excepciones, la pelea apareció pareja aunque con la oposición arriba. Esto explicaría, según se leyó, la ola de ataques contra Patricia.

De todos modos, la estrategia de la PASO no será la estrategia de la elección general. Los resultados de las internas no anticiparán, para nada, lo que pueda llegar a obtenerse en octubre. Cada uno de los comicios será diferente al anterior y configurará una nueva referencia para la democracia argentina.