En el plazo inmediato, en la agenda de Javier Milei se vislumbra una misión para intentar un acercamiento con sectores económicos de los Estados Unidos. La semana pasada comenzó a circular la versión de una potencial reunión de una comitiva del equipo económico libertario al país del norte, después de las PASO, la primera parada de las elecciones 2023.
Desde el entorno de Milei afirmaron a El Destape que “por el momento” no se haría, pero que no se puede “descartar”. También se indicó que “puede ser Javier” el que vaya a Estados Unidos, aunque, una vez más, señalaron que “se está evaluando”. Días atrás, había circulado el rumor de que Diana Mondino (candidata a diputada que sería la canciller en un gobierno libertario) Juan Nápoli (candidato a senador, ligado al sector de los bancos) y Darío Epstein, integrante del equipo económico, viajarían a la cuna del poder económico.
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Además de buscar capitales para un posible Gobierno, el libertario intentará ganar credibilidad en su plan de dolarización. “Es recontra fácil dolarizar Argentina”, le dijo Javier Milei a El País unos días antes de las PASO. En Washington tomaron nota, pero no le dieron mayor importancia. Con los resultados que arrojaron las urnas, algunas alarmas se encendieron. Que Milei haya sido el candidato más votado no sorprendió solamente a los argentinos. Las comparaciones con Donald Trump empezaron a circular por los diarios más importantes, pero también por algunos despachos del Congreso de Estados Unidos y en los pasillos de la Casa Blanca.
En Washington entienden que la dolarización que tanto pregona Milei podría ser autodestructiva para la economía argentina. No están ni a favor ni en contra. Su preocupación, según pudo saber El Destape tras su paso por la capital estadounidense, pasa más bien por los pedidos de financiamiento que vendrían después, cuando las condiciones de paz social se vean afectadas y al país no le quede otra alternativa que volver a tocar la puerta de los organismos internacionales. Lo primero que se les viene a la cabeza es el rechazo total. En algunas cenas que mantienen con argentinos, funcionarios del gobierno de Joe Biden se preguntan directamente si el pueblo argentino “está dispuesto a suicidarse”.
Ya como candidato más votado en las PASO, Milei buscó vincularse con Estados Unidos a través de su disertación en el Council of Americas en Buenos Aires. Allí insistió en su plan de dolarización, al que considera de aplicación viable, y su programa económico de “motosierra” al estado.
En los medios de Estados Unidos, lo califican como un “candidato de extrema derecha populista”, que les recuerda a Trump y a Bolsonaro. En encuentros demócratas, se preguntan cómo puede ser que los argentinos opten por una alternativa de gobierno que comanda un candidato que los endiosa, con el recuerdo latente de las consecuencias de los gobiernos en Estados Unidos y Brasil.
En esa presentación del Council, Milei, el líder de LLA vio la oportunidad de garantizar al país del norte "un claro alineamiento de geopolítica, que incluye a Estados Unidos e Israel" . "Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas", había dicho Milei, que insistió en su postura de alejarse del comercio con China y Brasil. Al márgen de que se trata de dos de los principales socios comerciales de Argentina, es una promesa de fidelidad del candidato en tiempos en el que gigante asiático afianza la implementación de los yuanes en las operaciones comerciales y el auxilio a las alicaídas reservas nacionales en dólares.
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Desde algunos de los centros de pensamiento más alineados a la agenda de derecha conservadora libertaria no le creen del todo su fanatismo por Trump y Bolsonaro y creen que es una pose. Otros directamente lo definen como “el único político argentino con una propuesta creíble para mantener a la inflación bajo control”. Más libertario que el brasileño, menos creíble que el estadounidense, una amenaza o una oportunidad. En ese laberinto está la opinión de los cientistas políticos estadounidenses sobre el libertario.
La reciente visita del ministro de Economía, Sergio Massa, a Washington, dejó algunas pistas sobre los diálogos que se están empezando a activar entre los políticos norteamericanos y los equipos de los libertarios. Antes de reunirse con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y asegurarse los 7500 millones de dólares del quinto y sexto desembolso del organismo, Massa se reunió con Jay Shambaugh y Michael Kaplan, del Tesoro Americano.
En conferencia de prensa, el ministro luego afirmó que “en Estados Unidos están acostumbrados a ver la aparición de estos fenómenos antipolíticos o extrapolíticos”, en referencia a Milei. Sin embargo, dijo que “sí les preocupa que alguien les diga que va a construir la economía usando la moneda de ellos”.
“Les suena raro que alguien se comprometa a darle a los argentinos la moneda que no es la de los argentinos, sino la de Estados Unidos. Pero bueno, supongo que algún permiso o alguna charla habrán tenido quienes hoy la ofrecen a los argentinos la dolarización para usar los dólares en la Argentina. Entiendo que no será solo un cuentito electoral, sino que tendrá algún correlato de charla con la Reserva Federal o el Congreso de Estados Unidos”, remarcó y agregó: “Entiendo que la unilateralidad en el uso de lo que es facultativo del otro no existe.
Luego de que el FMI mantuviera diálogos con los equipos de Patricia Bullrich, candidata de Juntos por el Cambio, y Milei, fuentes cercanas al funcionario confirmaron a este medio que los directivos del Banco Mundial recibieron un inquietante llamado de una fuerza opositora relativamente nueva, aunque prefirieron no dar nombres por el momento.
Desde el entorno del candidato antiestado y antiderechos niegan que, más allá del ya público primer llamado con el Fondo, haya habido otros diálogos con organismos económicos de los Estados Unidos, tanto desde el país del norte hacia Milei y su espacio, como desde el libertario al poder económico estadounidense.
A su vez, el candidato libertario buscó aplacar rumores que circulan en Estados Unidos sobre el plan de dolarización. En una publicación del Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras (OMFIF, por sus siglas en inglés), el ex funcionario del Tesoro estadounidense y ex integrante del FMI, Mark Sobel, había afirmado que el plan que busca Milei “no es la respuesta”.
Sobel, uno de los miembros del directorio del FMI que validaron el acuerdo que pidió el macrismo en 2018 y que tantos problemas le trajo a la economía argentina, le envió una advertencia a Milei sobre la dolarización en una reciente entrevista con Bloomberg. “Es riesgoso”, admitió y puso en duda su efectividad en un país donde “la economía ya está significativamente dolarizada por la confianza en el peso”.
El economista y exfuncionario explicó la encerrona que implica una unificación del tipo de cambio como esta: por un lado, teóricamente “la inflación debería disminuir de forma marcada y sostenible con la credibilidad del país ligada a la política monetaria estadounidense”; pero advirtió: “La dolarización es una estrategia de “no salida” potencialmente peligrosa. Podría sembrar las semillas de una enorme contracción y colapso”.
Eso es lo que piensan también en Washington. Los funcionarios demócratas se preguntan constantemente si la posible llegada de Javier Milei a la presidencia se podría equiparar con las presidencias de Trump y Bolsonaro. Su caballito de batalla, la dolarización que promete, les genera aún más dudas. No tienen en claro si es una mera propuesta electoral o si realmente piensa implementarla en un potencial gobierno.
Lo que se dice de Milei en los centros de estudios estadounidenses
Los centros de pensamiento de Estados Unidos libertarios publicaron más de un análisis sobre los alcances de la plataforma de Milei. Se animaron a caracterizarlo como un defensor acérrimo del liberalismo económico, incluso por encima de Jair Bolsonaro, cuya política asociaron a la intervención estatal, paradójicamente.
En esa línea, Daniel Raisbeck, del CATO (uno de los centros más importantes que impulsa la agenda de la derecha conservadora y principalmente libertaria, enemistada con Trump) habló de “los instintos estatistas” de Bolsonaro, al cuestionar sobre todo el paquete de 7600 millones de dólares al que recurrió Bolsonaro a menos de 100 días de las elecciones para mejorar su imagen en medio de la crisis económica que se había desatado en Brasil durante su presidencia, caracterizada por un fuerte ajuste a las asistencias sociales. Fue Bolsonaro quien eliminó la Bolsa Familia, el mítico programa impulsado por Lula Da Silva que sacó a 14 millones de familias de la pobreza. Lo reemplazó por el magro “Auxilia Brasil”, que redujo la cantidad de nuevos beneficiarios de 220.000 familias a solo 10.000 por mes.
Ese paquete de medidas sobre el filo de los comicios, que luego ganaría Lula, fue a los ojos de Raisbeck “un derroche financiado por los contribuyentes”. “Milei es diferente”, asegura en un paper titulado “No confundan a Milei con Jair Bolsonaro”, publicado el 18 de agosto, después de las PASO. Para hablar de “los principios básicos de su filosofía rectora”, cita directamente a Benegas Lynch (h) en el discurso postpaso, ese en el que refirió que "El liberalismo [clásico] es el respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en la defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad”.
En el CATO no solamente hablan de Milei, también mantienen un diálogo directo y hasta algunos libertarios argentinos son profesores asociados. Entre estos se encuentran el economista liberal Benegas Lynch, mentor de Milei, y Martín Krause, potencial secretario de Educación del líder de LLA.
El think tank derechista presentó este año un informe sobre la posibilidad de una dolarización en la Argentina. Una de las fuentes citadas es Emilio Ocampo, que se sumó al staff económico de Milei, específicamente, para asesorar sobre el plan de instalar el dólar como moneda única.
En las antípodas del CATO está la New School for Social Research de Nueva York. Allí el triunfo de Milei en las PASO generó preocupación, al igual que en algunas oficinas del gobierno de Biden. Federico Finchelstein, jefe del Departamento de Historia, remarcó en una entrevista con The Washington Post que “Milei quiere usar el ejemplo de Trump para tratar de llegar al poder”. En su opinión, hay varios puntos en común entre ellos: la “mirada autoritaria e intolerante” su ignorancia sobre ciertos temas “en los que se la creen y sienten que saben”, pero también coinciden en la atracción que generan en ciertos “sectores intolerantes que los apoyan”.
El experto, que viene a representar un sector sumamente progresista dentro de los afines al Partido Demócrata, señala que “Milei y Trump forman parte del mismo fenómeno que es la variante más autoritaria del populismo. El populismo es anti-política y paradójicamente este tipo de personajes siempre presentan al otro como que no pertenece al pueblo o a una forma sana de hacer política. Siempre se presenta al otro de forma apocalíptica y demonizando”.
Además, las vinculaciones de Milei con los cientistas estadounidenses llegan a través de otro think tank, el Wilson Center, identificado con el lobby más de centro. De hecho, Mondino fue entrevistada para este espacio, al igual que otros dirigentes como Luciano Laspina.
Las vinculaciones de Milei con la derecha incluyen a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), un grupo que busca agrupar a varias fuerzas conservadoras en el mundo. En la reunión de este grupo en México en 2022, Milei se mostró con Matt Schlapp, presidente de la Unión Conservadora Estadounidense (ACU, por sus siglas en inglés), que se refirió al libertario como “el próximo presidente argentino".