El PRO bonaerense tiene la intención de mantener las intendencias propias y ampliar su influencia hacia distritos hoy no gobernados por el macrismo. Dentro de ese desafío global, uno personal. En Quilmes Cristian Ritondo sumó a su equipo al boxeador Sergio "Maravilla" Martínez con la intención de que, de su mano, recorra el municipio hoy comandado por Mayra Mendoza.
Hace diez días, Maravilla y Ritondo se reunieron para conversar "sobre la importancia del deporte: los valores que transmite y la integración que genera y podría mejorar en PBA, sobre todo en su ciudad, Quilmes. Vamos por el título!". Desde el entorno del diputado confirmaron a este medio que el boxeador se sumó al equipo del dirigente del PRO para caminar el municipio.
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Sin embargo, cerca de diferentes referentes del PRO bonaerense se especuló con que "por ahora" no sé registraron señales concretas que indiquen una posible candidatura del boxeador, sobre todo porque Martiniano Molina, el ex intendente cambiemita en ese distrito, "sigue siendo muy competitivo", de hecho "es el que mejor mide" y "perdió Quilmes por menos de un punto el año pasado", analizaron tres fuentes.
Incluso, el intento de instalación de Maravilla llegó interpretarse como una "operación" mediática contra Molina. El ex jefe comunal "es el más conocido y no quedó un sabor amargo de su paso por la intendencia", se detalló en línea con las explicaciones mayoritarias. Fue una respuesta a una publicación que lo dió por caído en los sondeos. "Una cosa no tiene que ver con la otra", explicaron desde el campamento de Vidal para despegar a Ritondo de cualquier situación de ese estilo.
Como sea que se desencadene la historia en 2023, la "jugada de Cristian" sirvió para mostrarse activo en la Provincia, un distrito que tiene la intención de disputar en 2023. Parte de distintas mesas dirigenciales de la oposición y canciller de María Eugenia Vidal en tierras bonaerenses, no es una figura secundaria en el armado.
Para el 2023, el PRO se planteó el gran desafío de disputarle volumen al radicalismo en la provincia. Las elecciones del año pasado demostraron que el macrismo es fuerte en un importante sector del conurbano pero, en el mapa global, el distrito entero terminó pintado de rojo y la UCR venció en todo el interior. Para recuperar zonas perdidas y colocar mandatarios en las que aún no fueron comandadas por el partido amarillo, ya se plantearon estrategias.
Los caciques del PRO, bajo el comando de Néstor Grindetti, de Lanús, y Julio Garro, de La Plata, tienen la intención de reforzar las figuras de sus jefes comunales para disputar en igualdad de condiciones una candidatura. Su aspiración es la de tener un gobernador local, una suerte de freno a la avanzada de Horacio Rodríguez Larreta con el impulso de Diego Santilli.
Eso no quiere decir, sin embargo, que haya un alejamiento entre los intendentes y Larreta. Hoy todos están cerca del jefe de Gobierno y construyen para su candidatura nacional.
En un año sin elecciones y con muchas aspiraciones, ya hay varios anotados para disputar la provincia más populosa del país. Desde los intendentes pasando por Santilli y Ritondo. Alguno de ellos, llegado el momento, será el más conveniente para disputar en las urnas sin, idealmente, divisiones. Cualquier interna PRO podría debilitar la opción macrista frente a una UCR unida. El futuro de Juntos se encamina a escribir un nuevo capítulo PASO en 2023, la pregunta es si solo entre el radicalismo y el macrismo o si también habrá batalla dentro de los espacios.