Mauricio Macri romperá el silencio. Después de haber diseñado el plan ejecutado por Patricia Bullrich, el ex presidente dará una entrevista periodística para sentar posición sobre la crisis atravesada por la alianza a solo tres semanas del balotaje de las elecciones 2023. Los temblores no sólo pusieron en la cornisa a la coalición sino que también permitieron la aparición de nuevos grupos de poder para dirigir lo que sea que surja de este conflicto interno.
El ex presidente decidió mantener la postura que buscó transmitir en el alborotado miércoles, con intermediarios. Que el PRO dio libertad de acción, que el posicionamiento de Patricia Bullrich fue a título personal y que los que se mostraron enojados, en realidad, se sintieron incómodos por tener que publicitar el sentido de su voto ante la sociedad.
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A las 8 de la mañana, Macri se agendó una charla con Eduardo Feinmann en Radio Mitre después de que todos los socios apuntaran contra él por el acuerdo con Javier Milei. El temblor interno movilizó a todos los actores de Juntos por el Cambio. La gran mayoría se pronunció neutral de cara al balotaje, pero empezaron a aparecer núcleos de poder. El radicalismo mostró una clara intención de unificarse después de dos años de quiebre en el Congreso de la Nación.
La foto entre Martín Lousteau, de Evolución, y Gerardo Morales, presidente del Comité Nacional, apareció como una imagen fuerte hacia adentro. Desde ayer, como no sucedía hace tiempo, confió un dirigente boina blanca, la UCR logró reforzar la unidad hacia adentro y sentar una posición completamente unánime. Un acercamiento que pareció anticipar la posibilidad de una fusión de bloques en la Cámara de Diputados.
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Esta fortaleza institucional, complementada con cinco gobernaciones y varias decenas de intendencias, podría funcionar en una mesa de negociación para intentar la conducción de una nueva coalición, en el futuro cercano.
En principio, el mensaje que salió desde las entrañas del partido fue mantenerse como un espacio opositor sea cual sea el ganador del balotaje. Pero el escenario político, no sólo de la UCR, se terminará de definir con el resultado de la elección sobre la mesa.
Los gobernadores y los sectores de JxC
El otro gran polo de poder son los gobernadores. “No creo en las mesas”, dijo Ignacio Torres, senador PRO recientemente electo como mandatario provincial en Chubut, durante una entrevista con LN+. Para el dirigente – un pensamiento que no se manifestó en soledad -, al tener responsabilidad de gestión y haber ganado elecciones, los jefes distritales deberían tener un mayor peso – si no el más importante – dentro de la conducción.
Los gobernadores también decidieron mantener una posición neutral ante el balotaje por una cuestión de gobernabilidad a futuro. Pero, al mismo tiempo, buscaron quitarle dramatismo a la crisis. Torres negó que Macri esté fuera de Juntos por el Cambio y le reconoció el “peso específico importante” a Patricia Bullrich dentro de la alianza. “Es su posición y es respetable, eso no quiere decir que se rompa”, sentenció.
Los distintos sectores y partidos políticos mostraron, en bloque, un alineamiento detrás de la neutralidad. Incluso en la provincia de Córdoba, corazón de Juntos por el Cambio pese a la mala performance electoral de este año. Sólo algunos dirigentes sueltos decidieron optar por una de las dos opciones.
De la reunión del martes a medianoche en la casa de Macri, un invitado quedó sin pronunciarse públicamente. Cristian Ritondo decidió, como también lo comunicó Néstor Grindetti, acompañar el pacto con el libertario. El otro dirigente, Diego Santilli, se pronunciará en breve, aunque no se sintió cómodo con la manera en que se tomaron las decisiones ni la forma en la que se comunicaron. Su postura apareció más nebulosa.
A diferencia del Senado, donde armar una foto de unidad fue fácil y rápido, el Diputados se notaron las consecuencias de la crisis. Por el momento, se buscó esperar hasta el 10 de diciembre para pensar en una ruptura del bloque y, tal vez, del interbloque. Por lo tanto, cuando cada uno se manifieste, lo hará a título personal para sostener el armado en la Cámara Baja, sin modificar el número de legisladores hasta el cambio de composición. La fecha para el rompimiento formal podría llegar antes, un día después del balotaje, cuando surja el ganador de las elecciones.
El cimbronazo alcanzó a los libertarios
Los ruidos de semejantes movimientos también llegaron a La Libertad Avanza. Al corrimiento de Liliana Salinas, diputada provincial electa en Entre Ríos, luego del pacto entre Milei y Macri, Luis Barrionuevo también usó la puerta de salida de emergencia.
Para el sindicalista gastronómico, la alianza con el PRO fue suficiente y aseguró no sentirse cómodo con un apoyo a Bullrich, que había acordado una reunión con su mesa chica para este jueves y se postergó hasta la semana que viene. La decisión del gremialista no causó un problema en La Libertad Avanza.
Barrionuevo se había comprometido a ayudarlos con la fiscalización en la elección general, trabajo reconocido por los libertarios que, sin embargo, sintieron que se sacaron “un peso de encima”. Si bien colaboró durante el paso electoral, les había generado un problema a nivel comunicacional, obligándolos a explicar la relación. “Un error”.
El pacto con la casta PRO, por el contrario, no les generó ese inconveniente interno porque su explicación, desde lo ideológico, apareció más sencilla. Según los cálculos no se perderán los votos del electorado que ya acompañó a Milei para rechazar la estirpe política. Sin esa fuga y con la incorporación de algunos nuevos sufragantes gracias al acuerdo, se esperó un crecimiento y la garantía de la fiscalización sin Barrionuevo.