Más de 26 millones de argentinos y argentinas se acercaron este domingo a las urnas y casi un 56% hizo presidente a Javier Milei. En una elección histórica, el ultraderechista se impuso y logró aglutinar más de 14 millones de votos que acompañaron su idea de hacer tabula rasa, barajar y dar de nuevo. El respaldo de Mauricio Macri, uno de los grandes ganadores de estas elecciones 2023, bajo la única propuesta de "terminar con el kirchnerismo" surtió efecto y abre una nueva etapa en el país.
El mapa político se reconfiguró. Tibiamente quedó expuesto después de las generales cuando la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y algunos referentes del PRO no acompañaron al exPresidente. Macri se acercó a Milei, lo rodeó de sus dirigentes de confianza y se puso como garantía para condicionar sus porpuestas más extremas como la dolarización y la eliminación del Banco Central.
Macri surfeó la interna con coqueteos hacia Patricia Bullrich ante el desafío que propuso Horacio Rodríguez Larreta de disputarle el liderazgo amarillo. Dejó en el camino al jefe de Gobierno e inmediatamente lanzó guiños hacia el libertario mientras la candidata de su espacio necesitaba retener los votos de Larreta para entrar al ballotage. En el medio, consiguió que su primo Jorge Macri sea elegido como nuevo Jefe de Gobierno en el pago chico del PRO. Juntos por el Cambio se derrumbó y al día siguiente se activó la alianza Macri-Milei.
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Sin consulta interna en el PRO, se movió rápido e impulsó el pacto de Acassuso. Sentó a Bullrich y a Milei y los invitó a pedirse disculpas mutuamente. Lo que vino después fue una serie de respaldos individuales de macristas, nexos entre equipos técnicos de ambos campamentos y lo más importante: el PRO aportó 70 mil fiscales para cuidar el voto a La Libertad Avanza.
Hubo satisfacción entre los amarillos, especialente en los equipos de Cristian Ritondo y Diego Santilli, por el trabajo de los fiscales. Definieron como “muy ordenado” el despliegue en un país que, salvo por tres provincias, se pintó de violeta y demostró que la ira le ganó al miedo.
Macri y Milei jugaron en equipo. El antikirchnerismo y el anticasta se unieron y el discurso del libertario tuvo sutiles cambios aunque sin modificar lo troncal de su propuesta, más vinculada a lo económico. Milei tenía que contener sus votos, Macri encargarse de traerle el resto. Recién en su último spot antes de la veda electoral, el ahora presidente electo se desdijo de frases y promesas propias o de su espacio.
A ese esfuerzo discursivo, Macri lo complementó con notas en las que intentó clamar dudas y miedos al avisar que Milei "no reviste ningún peligro" y que sus planes deberán ser negociados por lo que no podrá hacer todo lo que dice que va a hacer. "Hay cosas de lo que él plantea que suenan extremas, pero él tendrá que negociarlas en el Congreso porque no tiene los votos suficientes para hacerlas por sí mismo", marcó. Su votante lo escuchó.
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Dirigentes políticos y empresariales vinculados a Macri, como Cristiano Rattazzi y Sebastián Braun, se acercaron a Milei. A la mesa económica del libertario se sumaron exfuncionarios de Cambiemos como Luis “Toto” Caputo y Federico Sturzenegger. También apoyaron al libertario referentes del PRO como Néstor Grindetti, Luciano Laspina, Federico Pinedo, Federico Angelini, Javier Iguacel, Hernán Lombardi y Martín Yeza.
Macri lo hizo, Carrió avisó. La líder de la Coalición Cívica ya había advertido en junio pasado que “el lado oscuro” de Macri “está jugando para que pierda Juntos por el Cambio”. Después de las PASO, por razones de salud, se bajó de su candidatura para el Parlasur. Ahora, anunció que la alianza opositora "está rota" y que los lilitos "tienen autonomía".
Macri apuntalará la inexperiencia del outsider Milei y de toda su estructura nutrida de dirigentes con experiencia en el menemismo y la Alianza como también otros más curiosos como influencers que ocuparán cargos en el Congreso y la Casa Rosada. Macri y Milei definirán el loteo en una estructura del Estado que sufrirá un fuerte recorte, según prometió el minarquista.
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Macri le brindó credibilidad a un candidato que recibió el rechazo de instituciones como gremios, clubes de fútbol, bancos y hasta la Iglesia. Pidió financiamiento para su campaña y militó su voto como no lo hizo por JxC. Sin el contrapeso de sus ahora exsocios de la UCR y Coalición Cívica, Macri va a poder hacer a través de Milei lo que no pudo hacer en sus cuatro años de Presidencia.
Para celebrar el triunfo de su nuevo socio político, lo hizo con un mensaje en la red social X donde aseguró que el electorado se expresó "eligiendo el cambio y rechazando la continuidad" y rescató que Milei "supo escuchar la voz de los jóvenes y el hartazgo de millones de personas postergadas y empobrecidas". Festejó lo que llamó el comienzo de una nueva época y aclaró: "Lo que vaya a pasar dependerá de su gestión". En otro tramo del mensaje, cargó contra Sergio Massa y advirtió: "Las responsabilidades del desastre económico producido por el gobierno actual, especialmente por la gestión de Massa, no pueden ser exoneradas tan fácilmente".
Macri llegó al búnker libertario después de que Milei pronunciara un discurso en el que aseguró que “no hay lugar para la tibieza, ni para el gradualismo" y que con él habrá “un gobierno limitado”. "Terminó una forma de hacer política, comienza otra", avisó. Lo que no dijo es si parte de esos límites serán impuestos por el propio Macri, cuyo grado de involucramiento en el gobierno que arranca el 10 de diciembre es una incógnita a dilucidar.