Los motivos detrás de la fórmula presidencial Bullrich-Petri

La precandidata presidencial buscó mostrar una opción que confronte totalmente con la de Horacio Rodríguez Larreta por lo que se inclinó por alguien con un carácter similar al suyo para no desperfilar. El impacto en Mendoza, la indefinición del jefe de Gobierno y el camino despejado en Buenos Aires.

21 de junio, 2023 | 18.38

Mendoza, la tierra del sol, el vino y los acuerdos políticos clave para el bullrichismo. Allí nació la alianza de Patricia con Alfredo Cornejo, la primera foto en un búnker de campaña con ella presente en lo que va del año, el nacimiento de un grupo radical paralelo al identificado con la conducción y la elección del compañero de fórmula de la ex ministra de Seguridad. El nombre de Luis Petri cobró especial relevancia después del resultado de las PASO mendocinas, en las que, con su buena performance, casi puso en jaque la supremacía de Cornejo, un viejo cacique de esas tierras que buscará volver a controlar en persona. El resultado fue inesperado e impulsó al ex diputado que mostró un perfil muy parecido al de Patricia Bullrich. Según lo planificado, se espera un anuncio grabado el jueves y una conferencia de prensa el viernes.

La decisión fue de ella, pero en la génesis de la idea apareció el nombre de Damián Arabia, su armador político en el interior del país, el encargado de muchas de las maniobras más arriesgadas del bullrichismo para cuidar los lugares propios. Dirigente joven, apareció hace varios años en el camino de la ex ministra de Seguridad y se transformó en su hombre de confianza.

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Arabia, que conoce las tierras mendocinas, viajó en varias oportunidades para sellar distintos acuerdos. Mantuvo el pacto entre Bullrich y Cornejo después de que esta posible fórmula presidencial quedara trunca tras el desembarco de Omar de Marchi a Mendoza con una nueva alianza electoral, garantizó la estructura para su jefa política y le encontró un vice.

La pincelada final llegó este miércoles a las tres de la tarde después de una reunión con su mesa chica. Bullrich se vio con su armador bonaerense, el monzoísta Sebastián García de Luca; el macrista Hernán Lombardi; el presidente del PRO Federico Angelini; el precandidato a gobernador Néstor Grindetti; su jefe de campaña nacional, Juan Pablo Arenaza; su referente en materia internacional Federico Pinedo y Alberto Forigh, coordinador de los equipos de Gobierno de la ex ministra.

El nombre de Petri fue impulsado, además de por Arabia, por Angelini -que tendrá su propia batalla en la PASO de Santa Fe en la fórmula integrada con Carolina Losada-, Arenaza, Pinedo y el consultor salteño Derek Hampton, un hombre que estudió con Jaime Durán Barba y que ya formó parte de los equipos electorales del macrismo.

La decisión, sin embargo, estaba tomada el viernes. Por lo menos en la cabeza de una figura clave de su equipo. Sólo faltaba convencer al resto. Y a ella. La tabla de nombres se había acotado a Maximiliano Abad y a Petri. El formoseño Luis Naidenoff, que también sonó fuerte, quedó atrás en el camino. En la elección influyeron muchos factores, pero el “más sencillo” fue actitudinal.

Petri mostró un perfil más cercano al de Bullrich que le servirá, no para complementar sino para confrontar directamente con el modelo que propondrá el larretismo que, salvo que Juan Schiaretti entre por la ventana a último momento, también elegiría a un radical. A Patricia no le sirve, o eso se entendió, proponer otra opción que se incline al centro, con un toque de “carácter” y otro toque de “moderación”, sino algo diferente a lo que pueda expresar el jefe de Gobierno con su elección, bastante guardada en secreto. Gerardo Morales apareció con "grandes chances" y, según trascendió, el anuncio sería entre viernes y sábado. 

El ex diputado, calificado como una buena persona, un combativo con buena imagen, fue visto como una decisión virtuosa por cómo complementará a Bullrich y por los sorprendentes números que obtuvo en Mendoza. Por lo tanto, con impulso. El destino de Naidenoff se ató bastante a la falta de toma de posición del correntino Gustavo Valdés, que no optó tajantemente por Bullrich o por Horacio Rodríguez Larreta. Aunque, se analizó, no debería ser un motivo suficiente para dejarlo a un lado.

Además del carácter, Petri podrá ofrecer otros atributos. Es radical y federal, por lo que mostrará dos factores de diversidad en la fórmula. Su pareja, famosa, será una buena llave para llegar a la sociedad. Se construyó, además, un perfil muy familiar e íntimo en las redes sociales para generar proximidad y, más allá de no ser ningún novato en la política, su cara pareció refrescar el ambiente.

De hecho, con 46 años, cumplió dos mandatos como diputado nacional, por lo que conoce el funcionamiento del Congreso. Ocupó el mismo cargo en la legislatura provincial, integró el Consejo de la Magistratura mendocino, en sus inicios fue vicepresidente de la Juventud Radical de su distrito y llegó a ser secretario legislativo del Senado local.

Pero, sobre todo, también ayudará a mejorar el clima electoral para los comicios generales mendocinos del 24 septiembre. Petri se llevó el 40% de los votos de la interna de Cambia Mendoza y complicó a Cornejo, que quedó a sólo seis puntos de De Marchi, una figura muy enemistada con el armado bullrichista después de su paso al larretismo.

De Marchi, que nunca perdió lazos ni apoyo de algunos dirigentes importantes para Horacio Rodríguez Larreta, se propuso quedar segundo a menos de diez puntos de diferencia de Cornejo y lo logró. Con eso, la apelación al voto peronista y la posibilidad de robar sufragios que fueron para Petri en las PASO, empezó a ingresar en el terreno de la especulación sobre una posible victoria.

Atraer a Petri hacia el bullrichismo podría fidelizar el voto conseguido por este dirigente y evitar las fugas de Cambia Mendoza hacia La Unión Mendocina, una especie de favor a un aliado clave para Patricia, como lo es Cornejo. Rodolfo Suárez, el actual mandatario provincial, reemplazará al senador en su banca si éste consigue su triunfo en el distrito. Eso le dará a Bullrich una foto muy contundente.

El otro dirigente que quedó en el camino fue Maximiliano Abad. La decisión final se había acotado a su nombre y al del mendocino pero el bonaerense, con un perfil más “socialdemócrata”, hubiera desperfilado la propuesta de Patricia de confrontar con Larreta. Ahora, el titular del Comité de la UCR en Buenos Aires quedó “libre” para otro tipo de acuerdos.

Se había convertido en un comodín. De pactar con el bullrichismo –algo a lo que se apostó por su lejanía respecto a la conducción nacional de Gerardo Morales-, podría ser compañero de fórmula presidencial o de la gobernación en la fórmula de Néstor Grindetti. Al cierre de esta nota, el alcalde de Lanús aún seguía con las negociaciones y no había definido un nombre.

Grindetti manifestó su intención de completar el tándem con un radical. Entre los nombres barajados estaban el de Abad, el de Miguel Fernández, cacique de Trenque Lauquen y conductor del Foro de Intendentes de la UCR y el peronista no kirchnerista Joaquín de la Torre.

Por su parte, Larreta todavía no definió al compañero de fórmula y en su entorno manejaron el silencio. El jefe de Gobierno buscará alguien que sepa manejar el Senado, que le proporcione votos y territorialidad, que busque la amplitud y que genere “diversidad” en la propuesta. Esa diversidad podría ser de género, de formación, geográfica o partidaria, por ejemplo. Todas ellas combinables.