En un acto público celebrado en Madrid, Victoria Villarruel denostó a la democracia, embistió contra Raúl Alfonsín y atacó a Madres y Abuelas al tiempo que relativizó el genocidio y ponderó el accionar de la dictadura. "Todo lo que han escuchado en los últimos 40 años de la República Argentina referido a su pasado es falso. Todo lo que han escuchado de la Argentina ha sido construido por la izquierda, por las Madres de Plaza de Mayo, por las Abuelas y por todos aquellos que integraron Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)", afirmó la candidata a vicepresidenta de Javier Milei, quien desplegó su repertorio procesista durante un acto en Madrid.
Rodeada por referentes de la extrema derecha española, Villarruel relativizó el plan sistemático de desaparición implementado por la dictadura militar en Argentina, un crimen reconocido y juzgado por los tribunales argentinos. También atacó directamente al movimiento de derechos humanos y a Raúl Alfonsín, quien simbolizó el fin del régimen del terror al triunfar en las elecciones presidenciales de las que se cumplen 40 años.
“A partir del advenimiento de la democracia quien asume, que era el presidente Alfonsín, era un abogado de organizaciones terroristas”, mintió la diputada. Lejos del “compromiso ideológico” que le adjudicó Villarruel, Alfonsín firmó decretos que ordenaban enjuiciar a las cúpulas de las organizaciones guerrilleras, al tiempo que dispuso el juzgamiento de los integrantes de las Juntas Militares responsables de los crímenes de la dictadura. La aplicación de la “Teoría de los dos demonios” distanció al líder radical de los organismos de Derechos Humanos, quienes se opusieron a poner en igualdad los actos de los grupos subversivos y al accionar genocida de la dictadura. Indultos mediante, el camino de Memoria, Verdad y Justicia recién pudo ser retomado en este siglo, cuando los tribunales avanzaron en juicios por delitos de lesa humanidad.
La reapertura de los juicios fue posible por la incansable tarea de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, blancos sobre los cuales disparó Villarruel: “Ni Argentina está en la vanguardia de los derechos humanos ni las Madres ni las Abuelas son blancas palomas”. Así arrancó Villarruel en octubre del año pasado su intervención en la Cumbre de la Iberosfera a la que fue invitada por el eurodiputado Hermann Tertsch, uno de los políticos de ultraderecha que se congregaron en Buenos Aires para apoyar a La Libertad Avanza (LLA).
En su proclama, la candidata evitó hablar de los campos de concentración y del sistema de desaparición de personas implementado por la dictadura. En cambio, calificó a la dictadura como un "gobierno de facto" y equiparó los crímenes cometidos por el Estado con las acciones de grupos guerrilleros. “¿Hubo abusos por parte del Estado? Sí, pero también hubo terribles violaciones a los derechos humanos cometidas por las organizaciones armadas”, dijo ante el auditorio. La teoría de los abusos resulta compatible con la de los excesos que Milei verbalizó en el primer debate presidencial, a imagen y semejanza de la figura que usó el dictador Jorge Rafael Videla para justificar los crímenes ejecutados bajo su gobierno.
Ante una audiencia entusiasta, Villarruel calificó de “curro” al proceso de verdad y justicia, a tono con la retórica de "curro de los derechos humanos" utilizada por Mauricio Macri durante su campaña presidencial. La coincidencia electoral de cara al balotaje, por cierto, no es casualidad.