Juntos por el Cambio tuvo su peor semana desde que arrancó la campaña, incluso sumando su trayecto previo a las PASO. Las internas que quedaron al desnudo entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta para las primarias son apenas la punta del iceberg de diferencias que crecen de manera desmedida con el correr de los días y se acentúan hasta dejar al borde del quiebre una relación política en la alianza opositora que tiene los condimentos de un final inevitable. La propuesta de "unidad nacional" que ya está dando algunos frutos en el discurso y en hechos consumados de Sergio Massa deja al descubierto aun más ese incendio y derrumbe en el que viven hoy el PRO, la UCR y la Coalición Cívica.
Este declive de JxC muestra sus consecuencias en los números: no hay una encuesta que ponga a Bullrich adentro del balotaje. Los grandes beneficiarios de esa caída son los que van haciendo su camino al mano a mano final del 19 de noviembre: Massa y Javier Milei.
Aunque no solo es consecuencia. También puede ser causa: si Bullrich sale tercera y queda afuera de todo, ¿qué se va a quedar haciendo el radicalismo adentro de Juntos por el Cambio? Y más con un Mauricio Macri con dos fichas en su mano jugando dos plenos.
La semana empezó con Massa en Salta el domingo y una foto que le trajo muchos problemas. A él no. A Juntos por el Cambio. Gerardo Morales y Gustavo Valdés. Los dos gobernadores radicales unidos a los mandatarios peronistas y a su candidato. "Dale, aplaudí", le gritó sonriendo el formoseño Gildo Insfrán en tono de broma a Morales, que escuchaba atento a Massa y no palmeaba sus manos. Finalmente, el titular de la UCR aplaudió.
Este acto logró pases de factura de Macri, y también de Bullrich, al radicalismo. El expresidente sigue su cruzada contra sus socios después de acusar al bloque de Martín Lousteau de facilitar el quórum al Frente de Todos en Diputados. La relación entre el radicalismo y el PRO pareciera no tener vuelta atrás.
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La UCR tuvo su venganza personal. Una senadora bullrichista, Lucila Crexell, estuvo ausente de la sesión del jueves y fue acusada de permitir el empate 35-35 en el debate por los pliegos de los jueces y juezas, entre los que se encontraba el de la magistrada Ana María Figueroa. Si estaba esa legisladora, se rechazaba. Pero viajó. Desempató Claudia Abdala Ledesma en su rol de presidenta provisional del Senado y votó positivo.
Desde la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro y Mariana Zuvic criticaron a la senadora neuquina. Dijeron que “esa ausencia es efectivamente una falta a los valores institucionales que nuestro espacio representa y defiende”. Teléfono para Patricia...
Mientras, no hay señales de acercamiento entre Jorge Macri y Martín Lousteau. Apenas tuvieron un frío encuentro sin foto a fin de agosto post PASO. No hay agendas compartidas ni gestos. Un signo de la rotura del macrismo puro con el radicalismo.
La situación entre Bullrich y Larreta se recompuso a duras penas recién en los últimos días y con frialdad. Más allá de una pálida foto con un Larreta incómodo subido a La Patoneta, desde su entorno dejaron saber que "no hay amor". El alcalde reapareció pero dejó trascender su poco entusiasmo para con la candidata.
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Si Bullrich no llega al balotaje, hay una idea que sobrevuela en Juntos por el Cambio de que el principal espacio opositor no continuará tal cual se lo conoce hoy, según publicó El Destape esta semana. Desde el entorno de Larreta piensan que Macri trabajará para romper el PRO y hasta ya lo dan en un gabinete de Milei si llegara a ganar el libertario.
¿El plan de Larreta? Salvar lo poco que quede de JxC y ser el primer opositor a un gobierno de Milei. El alcalde cree que el balotaje lo gana el libertario. Y deja abierta la posibilidad de ser candidato a diputado o senador en 2025. Lejos de Macri y más cerca del radicalismo.
Peleados los de adentro, llegó uno para devorarlos. Es Massa. El candidato de Unión por la Patria usó esta semana para recoger parte de la siembra y a la vez seguir tirando semillas al piso.
La UCR santafesina, los radicales universitarios de La Pampa, Alfonsín hijo, partidos provinciales, el Movimiento Popular Neuquino, el rionegrino independiente Weretilneck. Parte de la cosecha de Massa de la semana que pasó.
Las semillas de la "unidad nacional" las va a seguir esparciendo el candidato durante las próximas tres semanas. Pero no será esa la estación final. El tren seguirá hasta el 19 de noviembre. Y si construye el triunfo, Massa pretende armar un Estado multicolor. Los peronistas del PRO, larretistas, los radicales de Lousteau y otros partidos vecinales y provinciales, los próximos casilleros donde el tigrense pondrá las fichas.