Por lo bajo, Juntos por el Cambio prácticamente admitió que tendrá, al menos, dos rupturas provinciales para enfrentar las elecciones de este año. Lo que suceda con otro par de territorios clave, con posibilidad de acuerdo, será importantísimo para intentar evitar una oleada de quiebres que deriven en una anarquía total según la conveniencia distrital. Río Negro y Neuquén son los dos territorios en los que la alianza terminará por ver la grieta. Chubut será central para intentar acorralar a Mendoza y, entre ambas, funcionar como un dique de contención.
La reunión de los presidentes de los partidos no dejó las cosas demasiado claras. Sólo ratificó el acuerdo electoral sellado el año pasado y adviritó sanciones para quienes decidan ir por fuera, no dejándolos usar el sello de Juntos por el Cambio o similares. En Neuquén, la batalla ya se dio por perdida y la marca quedará para la fórmula integrada por el radical Pablo Cervi, de Evolución, y Jorge Taylor, un macrista que se incorporará como extrapartidario.
Del lado de enfrente, los rupturistas serán los del PRO que ya decidieron ir, con el sello del partido, como colectora de Rolando Figueroa, un ex Movimiento Popular Neuquino. Al ser este espacio el que decidió apartarse del reglamento, tendrá vedado el uso de las palabras Juntos y Cambio. Cervi, en tanto, mantendrá la marca por haber mantenido el plan original de la coalición que se sostuvo en acuerdo con el ARI.
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Desde el radicalismo neuquino se argumentó, ante la consulta de El Destape, que nunca abandonaron el barco de Juntos por el Cambio e incluso pidieron que se autorice el uso del sello. Algo en lo que una fuente PRO estuvo de acuerdo. El macrismo, junto a Nuevo Compromiso Neuquino y el radical Juan Peláez, optaron por un nuevo camino detrás de Figueroa. Peláez renunció a la conducción de la UCR local por lo tanto no llevará la marca boina blanca.
Esta decisión no fue muy comprendida por los que decidieron no romper dados los números de las encuestas. Figueroa mide cerca de 22% y Juntos por el Cambio, unido, unos 20 puntos. “Es rebajar a JxC en Neuquén”. La decisión de admitir la ruptura llegó por falta de margen para negociar otra alternativa y desde el macrismo coincidieron en que probablemente no hagan una buena elección siendo colectora y que, tal vez, logren meter sólo uno o dos legisladores.
El espacio de Cervi ya presentó la alianza electoral, con la salvedad de que se podrán incorporar otros partidos e incluso referentes extrapartidarios en caso de llegar a nuevos acuerdos. La fecha límite para hacerlo es el 3 de febrero, por lo que todavía queda algo de margen, y las listas deberían estar conformadas el 10 para encarar la elección el 16 de abril.
Río Negro es otra de las provincias en la que se admitió la partición, pero acá las responsabilidades no fueron vistas del mismo modo. El sábado está convocada una reunión de la Convención radical provincial a las 9:30, en Viedma, para definir, ante la presencia de un centenar de convencionales, la adhesión o no al armado de Juntos Somos Río Negro que llevará como candidato a gobernador a Alberto Weretilnek.
Por mayoría simple, al no tratarse de una alianza electoral sino de una adhesión en la que la UCR llevará su marca, sus candidatos y su programa en todos los cargos salvo el de gobernador, podría aprobarse tranquilamente el acuerdo. El órgano conducido por Marcelo Cascon terminaría de apartarse de Cambia Río Negro porque, se acusó, el armado cambiemita local no respetó las reglas acordadas a nivel nacional.
Mientras el macrismo señaló a la UCR rionegrina por romper la alianza, los radicales de la provincia apuntaron sus cañones al tandem PRO – ARI que conformó Cambia Río Negro sin permitir una interna abierta, eligiendo a dedo al candidato para la gobernación, el amarillo Aníbal Tortoriello. El 13 de octubre del año pasado, de hecho, hubo un Zoom con representantes nacionales de los tres socios principales de Cambiemos y de los partidos locales. En esa reunión, según pudo saber este medio, tanto los amarillos como los lilitos manifestaron su intención de romper las reglas.
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En la Convención no se peleará por el uso del sello de Juntos por el Cambio, el cual consideraron devaluado por culpa del macrismo en la provincia. Sin embargo, mostraron una sorpresa irónica frente a la actitud macrista de romper algo que ellos mismos aprobaron hace un par de meses. Pese a ello, esto no implicará un quiebre a nivel nacional, dado que se seguirá apoyando el proyecto para las presidenciales.
Con esas dos provincias perdidas, los cañones estarán puestos primero en Chubut y después en Mendoza. Se intentará que en esos distritos no ocurra lo mismo que en Neuquén y Río Negro para evitar una oleada de quiebres. Ignacio Torres, el candidato del PRO para la gobernación chubutense, participó de la reunión de este miércoles y pidió internas abiertas. Gerardo Morales se comprometió a conversar con Damián Biss, referente radical con las mismas pretensiones, pero los primeros gestos no fueron positivos.
“Parece que algunos referentes de jxc anduvieron haciendo pucherito en Bs As para que la mesa nacional saque un comunicado intrascendente e inaplicable”, tuiteó Manuel Pagliarioni, a quien describieron como el jefe de Biss. Ese mensaje fue interpretado como una rebeldía frente a lo resuelto a nivel nacional.
Según un sector del PRO, Torres quiere garantizar internas abiertas provinciales pero Damián Biss podría contentarse sólo con presentar un candidato propio en Trelew para no entregar ese territorio. La otra versión, también amarilla pero local, indica que Biss apuesta por internas cerradas en ese municipio y se tensionará hasta el final. Probablemente, si no se lograra un acuerdo para dirimir candidaturas entre afiliados a JxC e independientes, se podrían dar las elecciones partidarias cerradas. Pero en caso de no pactar nada, el macrismo no se haría responsable de la ruptura.
Así como en Neuquén rompió el PRO y en Río Negro (aunque más confuso) se apuntó contra la UCR, en el caso de Chubut también se adjudicaron las responsabilidades de un posible quiebre al partido centenario, por lo que la marca de JxC quedaría para Torres en caso de fallar las negociaciones. Si no se lograra un acuerdo, podría haber un efecto arrastre negativo que también perjudique a Mendoza, aunque los resultados no sean tan lineales.
En la provincia del vino y el sol, el radicalismo apuntó contra Omar de Marchi por amagar con romper Cambia Mendoza para armar un tercer frente electoral. Si eso llegar a ocurrir, el sello le quedaría a los radicales y quienes se queden en el armado ya conformado. En principio, la resolución nacional fue catalogada casi como intrascendente y como un apriete boina blanca producto de la “desesperación”. Pero un armador nacional confirmó que los que se vayan, sea cual sea el caso y la provincia, se quedarán sin la posibilidad de usar el nombre que, supuestamente, es el distintivo taquillero y el que tracciona votos.