Interna PRO en CABA: unidad o PASO, y ¿Vidal?

Patricia Bullrich salió a plantear la posibilidad de una interna para confrontar discursivamente con Horacio Rodríguez Larreta. No le quiso dejar la codiciada responsabilidad de elegir a un sucesor y se la pasó a la sociedad. Sin embargo, todos los candidatos quieren unidad.

20 de abril, 2023 | 00.05

Patricia Bullrich lanzó una bomba esta semana. Habló de la posibilidad de ir a unas PASO amarillas en la Ciudad de Buenos Aires con todos los aspirantes en la cancha, sin un dedo que señale cuál debería ser el nombre definitivo para buscar la continuidad. Eso, sin embargo, no quiso decir que haya abandonado su apoyo a Jorge Macri pese a los coqueteos con el sector de Ricardo López Murphy, sino que se trató de una nueva estrategia, simbólica y comunicacional, en el marco de la interna nacional con Horacio Rodríguez Larreta.

“Si (Fernán) Quirós quiere ser candidato, si Soledad (Acuña) quiere ser candidata, que sea. Si Jorge Macri, que ya lo ha planteado, quiere ser candidato... todo el mundo la cancha”, dijo en una entrevista con Jorge Lanata. Pero la clave de sus palabras no estuvo ahí, sino en la frase que le siguió al razonamiento: “Acá no hay un decisor de quién es el candidato de PRO. No es ni (Horacio) Rodríguez Larreta, ni yo, ni (Mauricio) Macri”.

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La intención de Bullrich fue quitarle a Larreta la codiciada responsabilidad de elegir quién buscará la sucesión, aunque en los hecho esos quedará en sus manos. Ella buscó poner la decisión en la sociedad y no en su adversario. El distrito es clave, la cuna del PRO, entregárselo a su enemigo electoral sería un error.

Además de ese objetivo, los dichos de la titular del PRO bajo licencia fueron interpretados como un nuevo intento por contradecir a Larreta. La guerra nacional llevó a los referentes a estar enfrentados en cualquier posición que pueda habilitar más de una mirada sobre un determinado tema. Sobre todo porque el jefe de Gobierno ya planteó la necesidad de llevar un solo nombre para la CABA.

Pero también se puede hacer otra lectura. Ante un escenario aún no resuelto, abrir el paraguas para no cerrarle la puerta a ninguno. ¿Qué pasa si Quirós es el elegido? ¿Qué pasa si María Eugenia Vidal deja sus pretensiones presidenciales para ir a la Ciudad y desplaza al primo de Macri? Hay un sector del vidalismo que la considera la mejor opción para retener la Capital Federal e incluso empujaron la instalación de su desembarco con intentos de convencimiento. También se la vio más permeable a la opción pero por el momento la misión pareciera ser un fracaso. A un importante dirigente de su entorno le dijo, hace pocos días, que no.

En la cancha ingresó otro factor, el de los papeles. ¿Jorge Macri está habilitado a ser candidato en la Ciudad? Él aseguró que sí, Larreta lo reafirmó, los otros espacios no buscarán la impugnación pero la Justicia lo determinará. En principio, no se creyó que pueda haber un problema con ese asunto. Pero ¿Qué pasaría si quedara fuera de la contienda? Bullrich necesitaría una segunda opción, aunque el bullrichismo lo planteó como un problema del PRO en general y no sólo de su líder.

Ahora bien, ¿cuáles son las posibilidades concretas de que efectivamente el PRO enfrente una PASO en su propia casa? La verdad, parecieran ser nulas. Todos los postulantes lanzados ya expresaron públicamente y en privado que el sello amarillo debería llevar un nombre de unidad para no dividir votos y entregarle la Ciudad a Martín Lousteau. Sin una dispersión de los sufragios, el sello del macrismo, sin importar el nombre que lleve, debería triunfar. El candidato es el proyecto.

Quirós ya lo planteó en público. Para él, los distintos aspirantes del PRO deberían hablarle a la sociedad, mostrarles su visión, qué es lo que quieren hacer y cómo para, luego, con alguna metodología –como pueden ser las encuestas-, se le consulte a los votantes quién tiene más apoyo. Con esa opinión, uno sólo tendría que ir a la interna. El ministro de Salud siguió con su misma línea de trabajo y con la concepción de que la unidad porteña es la mejor forma de encarar la elección.

Las declaraciones de Bullrich no cambiaron esa postura y el funcionario no estaría dispuesto a ir a una PASO con otra figura de su mismo partido. Quien esté mejor en las encuestas, debería ser el que enfrente a Lousteau. Esa decisión será un mensaje importante para la Coalición Cívica que lo quiere llevar, a como dé lugar, a la competencia en las urnas. El problema es que si el ministro no fuera el elegido, los lilitos se quedarían sin esa posibilidad. No importa el apoyo Cívico, el hombre de la Salud es macrista.

En el caso de Soledad Acuña, la situación se mostró bastante similar. La titular de Educación también consideró que el PRO no debería dividir votos y que la mejor estrategia es llevar a un sólo candidato. Ella sigue en carrera, al igual que Quirós o que Macri y la potencial Vidal, pero hará lo que Larreta le diga que es lo mejor. Trabajan hace 25 años juntos y lo que convenga para su proyecto presidencial será acatado por ella.

En las últimas semanas se especuló con que la funcionaria podría ser parte de una fórmula con Jorge Macri. Almorzaron hace quince días y hubo una charla entre ambos. Según trascendió, ella le planteó que no sería candidata y él le aseguró un lugar en su armado. Eso todavía no salió del terreno de lo teórico. Incluso, el primo del ex presidente también podría buscar un compañero o compañera radical para llevar la famosa boleta cruzada.

El diferencial de Acuña es su perfil halcón. Jorge, más allá de ser un candidato interpretado como parte del ala dura, también es catalogado como ministro de Larreta. Un acuerdo con una combativa podría terminar de correr ese escollo del centro de la escena, en caso de considerar que la mejor estrategia es la de los extremos y no la del centro.

Jorge Macri también fue en el mismo sentido y lo repitió en varias oportunidades. Él se consideró la persona más preparada para candidatearse por la Ciudad por su amplia experiencia en gestión. Un jugador de toda la cancha y no un ministro centrado en una sola área. De hecho, los que lo conocieron con su migración a CABA lo notaron con ese perfil y gustó mucho el armado que generó, sobre todo en sus vínculos territoriales. Supo llevarse bien con todo el PRO hasta que se sacó la foto con Bullrich y eso generó cortocircuitos en su relación con Larreta.

Sin embargo, entendió que él se transformó en el encargado de bajarle el tono a la disputa porteña. Después de la rebeldía de Horacio de convocar a elecciones concurrentes para generarle condiciones de igualdad al radicalismo, hubo una reunión tensa entre ambos pero el ministro comprendió que el ataque fue demasiado feroz para una jugada habilitada legalmente. Rara pero permitida. Todavía se deben un nuevo cara a cara.

Para la elección de candidatos todavía falta tiempo. Se irán bajando uno a uno hasta llegar a tener el nombre de unidad. Según las encuestas circulantes, Macri es el mejor posicionado y Quirós lo sigue de cerca. Un sanguchito para el jamón del medio, Lousteau. Pero ninguno mide más que el sello. Ninguno mostró una imagen superior a la marca PRO. Por lo tanto, se entendió que cualquiera sea el elegido por Larreta, va a ganar.