Elecciones 2023: intento de unidad PRO, economía y el peligro Milei

La mesa del PRO nacional volverá a encontrarse para intentar calmar los rumores de crisis terminal producto de las internas por cargos. Harán un desayuno temprano para abordar la situación económica del país y la necesidad de generar reglas de juego claras que bajen las disputas y no favorezcan - de más - a Javier Milei.

28 de abril, 2023 | 00.05

La dirigencia nacional del PRO se volverá a encontrar en su cada vez menos habitual “habitual encuentro” de la conducción amarilla. Lo harán bien temprano por la mañana, a las 8, en San Isidro, con desayuno de por medio. En la mesa, habrá precandidatos presidenciables ya lanzados, alguna figura que todavía está en suspenso, parte de los pre-postulantes a la gobernación bonaerense, dirigentes institucionales del partido y la presencia del líder espiritual de este armado, Mauricio Macri.

Con la excusa de analizar el escenario económico que atraviesa el país, las figuras nacionales se reunirán para expresar su preocupación y mostrarse como una alternativa diferente al Frente de Todos pero, sobre todo, para intentar fingir algo de unidad en medio de las crecientes internas. En este encuentro se buscará plantear que, dada la situación actual, la confusión en materia de nombres de posibles candidatos del oficialismo y los resultados de algunas encuestas en mano, Cambiemos ya ganó la elección. Sin embargo, también se advertirá por un exceso de confianza, porque cualquier error podría hacer perder esa supuesta posición victoriosa.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Desde el partido amarillo se entendió que las internas y las peleas cada vez más públicas, cada vez más fuertes, cada vez más divisorias intra-macrismo podrían generar lo mismo que, a su entender, generaron las disputas en el Frente de Todos: el hartazgo de la sociedad con la clase política y, por lo tanto, un creciente problema sólo para el oficialismo sino también para la oposición, el exceso de crecimiento de Javier Milei, un riesgo en caso de no poder contenerlo en volúmenes aceptables.

Los encuentros de la mesa del PRO habían sido convocados originalmente por Macri el año pasado y se habían transformado en una especie de almuerzo quincenal que, con el correr del tiempo, pasaron a ser más espaciados. Hacia fines del 2022, esos cara a cara se convirtieron en una instancia para intentar mostrar lo que faltaba dentro del partido: una situación de armonía y de unidad en el rumbo pese a las diferencias internas. Eso es lo que se buscará este viernes.

Estarán presentes todas las figuras importantes del partido. Mauricio Macri, María Eugenia Vidal (que en las próximas horas definirá si irá o no por la candidatura presidencial), Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta (los dos confirmados para disputar la Casa Rosada); Cristian Ritondo y Diego Santilli, dos de las figuras más fuertes para disputar la gobernación en la provincia de Buenos Aires. La ex ministra de Seguridad de Cambiemos todavía no eligió a su nombre para el territorio y maneja tres alternativas, a ellas se podría sumar el jefe del bloque PRO en Diputados en caso de que la ex gobernadora desista del sillón de Rivadavia.

Vidal podría migrar y dar un volantazo importante para postularse en la Ciudad de Buenos Aires, pero bajo la condición de ser la candidata de todo el PRO y no solamente de un sector. Eso implicaría, entonces, la baja del resto de los postulantes porteños. Una apuesta que viene intentando el larretismo hace tiempo, que parte del vidalismo tomó como una misión propia y que, de ser imposible, pasó a ser una posibilidad.

También este viernes estarán Fernando de Andreis, mano derecha de Mauricio Macri y Federico Angelini, el presidente del PRO a nivel nacional después de que Patricia Bullrich decidiera tomarse una licencia por ser precandidata a presidenta de la nación.

En este desayuno, que será en San Isidro, en la zona norte del conurbano bonaerense, de forma presencial, buscar mostrar la unidad después de los cortocircuitos generados por la rebeldía de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. El último episodio de la guerra estalló cuando el mandatario convocó a elecciones concurrentes, lo que perjudicó al primo de Mauricio Macri y benefició al radical Martín Lousteau. Además, todavía no dio de baja a otras opciones propias para competir por la CABA, lo que podría generar una interna peligrosa.

Más allá de la imagen de amistad, también se buscará transmitir un mensaje claro. Para ellos, Juntos por el Cambio tiene muchas chances de triunfar en noviembre. De hecho, para la oposición, los comicios ya se ganaron pero, al mismo tiempo, se notó la dificultad de confiarse de esa situación y que la interna ponga en riesgo ese supuesto triunfo asegurado.

Otro de los ítem posibles, aunque no se lo marcó como un dato en agenda, será la incorporación o no de José Luis Espert para conformar un nuevo frente electoral que incluya, como par, al partido liberal. Hasta ahora, el único partido que no respondió la carta del diputado de Avanza Libertad fue el PRO. Tanto la Coalición Cívica como la UCR y el Peronismo Republicano le dieron la bienvenida. También lo hizo el larretista Diego Santilli, lo que reavivó los rumores y sospechas sobre una banca porteña para erosionar a los nombres halcones. 

Según supo El Destape, el bullrichismo no se opondrá a la ampliación de la alianza con la desconfianza propia que generó este acercamiento alimentado por el jefe de Gobierno porteño. No se aceptaría una competencia presidencial sino que se intentaría un pacto en Buenos Aires. Pero eso pasará por la muñeca de negociación que pueda desplegar cada sector.

En la previa, Patricia Bullrich fue la primera precandidata presidencial en inaugurar las reuniones con la dirigencia del PRO bonaerense. La ex ministra de seguridad se encontró con precandidatos a la gobernación, legisladores nacionales por la provincia de Buenos Aires, también legisladores locales, intendentes y ex alcaldes amarillos.

Este encuentro fue el primero de, por lo menos, dos. Esta ampliación del debate por fuera de las fronteras bonaerenses se inauguró con Mauricio Macri tras su regreso a la Argentina después de cuatro meses de ausencia. Ahora tiene el objetivo de hacer desfilar a los referentes nacionales que buscarán la presidencia. Por eso ya estuvo Bullrich y la próxima reunión será con Horacio Rodríguez Larreta, aunque aún sin fecha. Habrá que ver si María Eugenia Vidal también podría ser invitada, dependiendo de cuál es su futuro en la política.

La mea provincial abordó la problemática económica y los problemas de los municipios. Pero también destacó la intención de consolidar el crecimiento del PRO en el distrito para intentar ganarlo y crecer en número de alcaldías comandadas por el sello amarillo que, por ahora, son 22. La precandidata presidencial instó a los presentes a redoblar esfuerzos con "coraje" y, según supo El Destape, también tuvo algún enfrentamiento chicanero con mandatarios de línea larretista.

En Buenos Aires se empezó a debatir la mejor estrategia para encarar la elección, con intendentes que puedan colgarse de todas las boletas presidenciables o, en el peor de los casos, la división total y PASO en todos los estamentos. Para Bullrich, los larretistas que empezaron a bregar por la Y (la chance de ir con todos) deberían también pronunciarse en favor de su postulación y no sólo de la del jefe de Gobierno. Hubo un cruce tenso entre los bandos. Es que, en el fondo, el gran problema es la fiscalización. ¿Quién cuidará los votos de quién? En principio, las alcaldías ya ganadas no tendrían internas pero en el resto de las localidades, sí.

En ese encuentro estuvieron Diego Santilli, Cristian Ritondo; Néstor Grindetti; Javier Iguacel; Florencia Retamoso; Julio Garro; Pablo Petrecca; Javier Martínez; Ezequiel Galli; Diego Valenzuela; Guillermo Montenegro; Ramiro Tagliaferro; Martiniano Molina; Alex Campbell; Adrián Urreli; Christian Gribaudo; Soledad Martínez; y Silvia Lospennato.

Por su parte, en las próximas horas Vidal renunciaría a la posibilidad de presentarse como candidata a presidenta, liberaría a Ritondo para buscar un pacto con Bullrich y a la ex gobernadora se le abrirían dos caminos. El primero, el más sencillo, mantenerse como diputada nacional. El segundo es hacer lo que el larretismo le viene pidiendo hace tiempo, algo que se gestó cuando se la rescató en 2021 para que vuelva a la política después de la derrota estrepitosa del 2019. Este sector siempre la consideró como la mejor candidata para la Ciudad de Buenos Aires.

Durante todo este tiempo, al igual que en 2021, Vidal rechazó la posibilidad de serlo. Si bien fue electa diputada nacional por la Capital Federal, ella abandonó esas tierras para empezar a construir su propio volumen, pero a nivel nacional. Desde su entorno, sobre todo el año pasado, se vio como prácticamente imposible una vuelta al distrito que la vio nacer. Pero, con el paso del tiempo, este 2023 la encontró mucho más permeable a la posibilidad y, si bien continuó negándolo, un sector del vidalismo empezó a ver que su figura era necesaria para ordenar a los amarillos.

Ahora, de ser imposible, paso a ser una posibilidad, siempre y cuando sea la única candidata del PRO y no solamente de un sector. Esto implicaría un acercamiento entre todos los bandos amarillos que hoy están distanciados. Entre Horacio Rodríguez Larreta, entre Patricia Bullrich, entre Mauricio Macri. Las elecciones serán concurrentes, por lo tanto ella no irá con una u otra boleta, sino que tendrá que ir sola, mano a mano con Martín Lousteau. De serlo, el resto se debería bajar.