Esta semana Juntos por el Cambio debería, o espera, tener resuelta la interna entre Luis Juez y Rodrigo De Loredo en Córdoba. Definir, sin unas PASO y en base a encuestas, quién irá de candidato a gobernador y luego, casi como un juego milimétrico en el que impactará fuertemente la fecha de la elección, ordenar las piezas para intentar sacar el mejor resultado posible tanto en la carrera para la conducción de la provincia como de la ciudad capital, plataforma deseada para una construcción mayor a futuro.
El spot del fernet difundido el fin de semana mostró hermanados a los dos contrincantes. Quienes los tratan, aseguraron que la relación entre ambos es buena y en el último tiempo se construyeron muchas fotos de unidad, tanto entre ellos dos como con dirigentes nacionales. El conflicto había surgido a fines del año pasado, cuando el radical quiso jugar una interna y el hombre del Frente Cívico de Córdoba no pareció estar de acuerdo.
Finalmente, se pactó elegir al candidato mediante encuestas y, construcción de por medio con los históricos dirigentes de la UCR cordobesa, Juez se encaminó a ser el nombre para la gobernación. Pero eso aún no se definió y se espera que estos días llegue la confirmación. Ese fue el plan inicial de los distintos bandos en Juntos por el Cambio, lanzar al actual senador a una competencia dura con Martín Llaryora, actual cacique de la capital impulsado por Juan Schiaretti, con chances de ganar pero también de perder. Mauricio Macri fue un actor de peso en todo el proceso. De mala relación con el actual senador, se sacó fotos con el diputado y también con el nombre del oficialismo distrital.
Donde Cambiemos ve una victoria segura es en la capital provincial. Ahí lo quiere a De Loredo, una figura joven que busca cambiar los protagonismos dirigenciales y renovar a los nombres que manejan la provincia hace años. De lograr ese acuerdo, Juez gobernador y Rodrigo intendente, la oposición espera ganar en la ciudad para empezar a construir un candidato potente que, casi sin dudas, pueda enfrentar al schiarettismo.
El gran temor es que este año triunfe el oficialismo y, desde la gobernación, pese a los buenos vínculos entre los espacios, Llaryora le haga la vida imposible a un De Loredo intendente para bloquear el crecimiento de un competidor en 2027. Por estas horas, también para perjudicar una propuesta que podría generar fuerza por parte de JxC, se analizan las fechas de las elecciones. La provincial y la municipal podrían desdoblarse, con un mes de diferencia, para que Luis y Rodrigo no estén en la misma lista larga local.
Esta posibilidad fue descartada por una fuente cordobesa que apostó a que ambos comicios irán de la mano, lo que abriría la puerta a un resultado incierto dado lo polarizado de la elección. A diferencia de otros años, esta vez no estarán ni José Manuel de la Sota ni Juan Schiaretti, más allá de que Llaryora sea el favorito en las encuestas. Pero el oficialismo podría correr un riesgo que antes no corrió.
En general, el acuerdo con Mauricio Macri era beneficioso para todos. El peronismo light armaba una propuesta para debilitar al kirchnerismo a nivel nacional y el ex presidente dividía a Juntos por el Cambio en Córdoba para asegurar el triunfo del schiarettismo. Ahora, JxC irá unificado. Y a diferencia de otros momentos en que la provincia quedó en manos de un signo político y la capital en manos de otro, desde 2019 ambos pasaron a estar gobernados por el mismo. No hubo repartija.
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Para este 2023, sin embargo, el peronismo light armó su oferta nacional y podría ver ajustadas sus chances en la ejecutiva provincial y capitalina si se conformara el tándem Juez gobernador, De Loredo intendente. Salvo que sepan algo que el resto no, números contundentes en las encuestas que espanten cualquier fantasma.
Las opciones para Juntos por el Cambio son varias. Al ordenamiento pacífico para el cargo máximo y la intendencia, también se le podría sumar un juego a dos puntas y que De Loredo sea compañero de fórmula de Juez en las provinciales para, un mes más tarde, ser candidato en la capital y potenciar la primera carrera. Siempre y cuando se desdoblen. También podría darse que entre ambos conformen una dupla y otra figura vaya por la ciudad principal. O, por qué no, la opción de que el radical opte por otros horizontes que lo lleven a ser el compañero de Patricia Bullrich en una presidencial.
Este ofrecimiento le fue hecho a él y a otros radicales como la senadora santafesina Carolina Losada o el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, con la intención de potenciar un ala de la UCR alejada de la conducción de Gerardo Morales que este miércoles se lanzará formalmente como postulante a la Casa Rosada en el teatro Gran Rex ubicado en la Capital Federal. Se esperan 3.500 personas y la presencia de algunos disconformes con la gestión. Evolución movilizará 1500 dirigentes nacionales y militancia porteña y bonaerense; figuras históricas como Federico Storani y Mario Cimadevilla serán de la partida; el gobernador mendocino Rodolfo Suárez estará en una butaca y entre los probables asistentes están Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, de Corrientes. El gran ausente será Facundo Manes.
Por el lado del peronismo, el panorama se mostró más complejo. A las propuestas de Cambiemos y Hacemos por Córdoba (schiarettismo), el Frente de Todos mostró varias líneas internas pero, al final del camino, llegará a un acuerdo. Tanto para jugar unas PASO como para lograr una lista de unidad. Sin embargo, por cómo se conformaron las boletas históricamente y el estigma de ser “ultra K”, las perspectivas no son las mejores. Un diez porciento de los votos podría convertirse en una gran noticia.
En principio, ya empezó a caminar la provincia el intendente de Embalse, Federico Aleseandri, del Frente Peronista Cordobés del ex senador Carlos Caserio. Otra figura importante, el cacique de Villa María, Martín Gill, comenzó a negociar con el schiarettismo y fue descartado por dos fuentes como un posible integrante de Todos. Por el lado kirchnerista puro, podrían sonar los nombres de Pablo Carro y Gabriela Estévez, dos legisladores nacionales. Sin embargo, nada fue definido e incluso se podría optar por una boleta que vaya por otras latitudes para formar parte de las elecciones pero sin inmolar a dirigentes de peso.
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Primera elección del año
Este domingo habrá un ensayo electoral, el primero del 2023 en Córdoba y una de las primeras a nivel país después de las internas en La Pampa y Trelew. La ciudad de La Falda elegirá cargos municipales en un mano a mano entre el FdT y JxC, unos comicios que se nacionalizarán sin lugar a dudas y que no encontrarán en el cuarto oscuro a la propuesta del schiarettismo que decidió no presentar un candidato para ese distrito de punilla.
En las últimas elecciones locales, Cambiemos ganó pero el FdT le hizo una elección muy decente, sobre todo al comparar el resultado provincial, y la diferencia fue de alrededor de diez puntos. Este año, el radical Javier Dieminger buscará la reelección y todo indica que la obtendrá sin problemas, incluso ampliando el margen de hace cuatro años.
Por el lado del peronismo irá Miguel Maldonado, de La Falda en Acción, parte del espacio encabezado por Caserio, miembro de Todos. Probablemente, los resultados no sean tan buenos como en el último experimento pero el FdT podría quedarse con tres concejales y mantener la estructura en un distrito radical. Además, la ausencia de Hacemos por Córdoba será llamativa y no pasará desapercibida, casi como si sólo se animara a competir con la certeza de la victoria.
El domingo siguiente, el 26 de marzo, habrá otro escenario electoral municipal en la provincia, en este caso en Hernando, una localidad ubicada en el departamento Tercero Arriba, en el centro del territorio. Allí se anotaron Ricardo Bianchini (UCR), médico y secretario de Salud Pública del municipio y José Luis “Lichi” Scarlatto, vicepresidente del Directorio del Ente Regulador de los Servicios Públicos (ERSeP) de la provincia por Somos Hernando. Se buscará suceder al radical deloredista Gustavo Botasso que no puede ir por otro mandato.