El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, inauguró el nuevo período de sesiones ordinarias de la Legislatura con un discurso donde repasó sus casi ocho años gestión y que tuvo referencias en clave electoral al referirse a la situación económica del país. Con el traje de precandidato a Presidente y tono anti grieta, dejó un mensaje que tuvo guiños y agradecimiento a su antecesor en el cargo, Mauricio Macri, y llamó a "retoamr el camino" que se inició en 2015 cuando Cambiemos llegó al Gobierno. También buscó contraponer con el estilo de Patricia Bullrich, su rival en la interna del PRO. Larreta convocó a "salir de la división" y de cara a las elecciones avisó: "El cambio no es gritar".
El discurso de Larreta tuvo seis ejes (Educación y Trabajo, Seguridad y Justicia, Integración, Transformación Urbana e Infraestructura, Bienestar Integral, y Visión Internacional) y un docimento especial: fue su octavo y último como jefe de Gobierno. "Este es un año distinto y tengo que admitir que, además del entusiasmo, hoy también me invade un poco de nostalgia. Es un momento muy emotivo para mí”, reconoció ante el vicepresidente de la Legislatura, Emmanuel Ferrario, legisladores de la Ciudad y autoridades del Gabinete.
El tramo que generó mayor tensión con el Frente de Todos fue el de la justicia y la seguridad. Mientras la oposición porteña reclamaba que el ministro en uso de licencia Marcelo D'Alessandro dé explicaciones sobre sus presuntos chats con jueces y empresarios, Larreta resaltó: "Todos los delitos bajaron en Buenos Aires. Hoy no es imposible que te pase algo en la Ciudad, pero sí es menos probable, porque tenemos la tasa de delitos más baja en 27 años y somos la capital más segura de América Latina".
Desde sus bancas, los legisladores del Frente de Todos lo escuchaban con carteles que decían "Larreta es mafia" y otros que tenían imágenes de los presuntos chats donde D'Alessandro, funcionarios judiciales y empresarios buscaban coordinar una cohartada para explicar el viaje que habían hecho a Lago Escondido invitados por el Grupo Clarín. "Sin dudar, Rodríguez Larreta dice que crearon un plan para enfrentar las mafias y el crimen organizado. ¿Y D'Alessandro y Mahiques? El crimen organizado está en el Ministerio de Justicia y Seguridad de CABA y su ministro sigue blindado", dijo el legislador del FdT Javier Andrade. Su par Matías Barroetaveña advirtió que "la ciudad está acéfala” al criticar que “el ministro de seguridad está de licencia por el escándalo de las escuchas y todos los ministros de campaña para ser candidatos" y marcó sobre el discurso: "Si evaluamos en serio la gestión de estos 16 años vemos que no hay ni un metro de nuevos subtes en construcción, siguen enterrando la basura sin reciclar, se privatizaron más de 500 hectáreas de tierra pública complicando los efectos del cambio climático y se duplicó la población en villas".
Al nacionalizar su discurso, se refirió a la política social. "Hoy los planes sociales no funcionan, no ayudan a terminar con la pobreza", sentenció y reclamó "terminar con el modelo de asistencialismo crónico que genera dependencia" para "pasar a una asistencia sin intermediarios".
En pose de candidato, advirtió que "Argentina lleva años sin crecer ni avanzar" y que "los cortos períodos de crecimiento no se sostienen porque se construyen desde la división y no desde la unidad". Tras criticar los movimientos pendulares de políticas de acuerdo a qué signo político gobierne y que ello termina en "una crisis peor que la anterior", repasó datos de pobreza a nivel nacional y lo puso como ejemplo del "resultado de décadas de división".
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En otro tramo de su discurso, le habló a su sucesor o sucesora. Cerca suyo lo escuchaban Emmanuel Ferarrio, estaba a su lado como presidente de la Legislatura, y más alejados los ministros Fernán Quirós, Soledad Acuña y Jorge Macri; todos ellos precandidatos a jefe de Gobierno. "Nuestro legado es una Ciudad donde la educación es una prioridad. Donde la seguridad no se negocia. Donde la política social es generar trabajo. Donde la salud no es un privilegio. Donde la ley es igual para todos. Y donde hay futuro", lanzó a modo de "hoja de ruta" que deberá mantener "venga quien venga". El otro anotado en la carrera es su socio político, el radical Martín Lousteau.
Como lo hizo en su spot de campaña la semana pasada, una vez más, destacó a su equipo de siempre como el músculo de la gestión. “Detrás de cada logro hay un equipo de gente con vocación de servicio que se animó a transformar. Un equipo que hace, que planifica, que trabaja siempre cerca de la gente”, destacó como forma de resaltar su rol de gestor por encima de cualidades carismáticas de un líder político.
Lanzado a la competencia electoral, proyectó: "En la Ciudad también al principio nos dijeron que no íbamos a poder, que era imposible, que íbamos a fracasar. Y lo logramos. Nos animamos a transformar la Ciudad y ahora nos vamos a animar a transformar el país". Con tono presidencialista, el jefe de Gobierno llamó a "salir de la división y pelear juntos por el futuro que nos merecemos", consideró que "cuando salimos del griterío, de la chicana, del ruido que genera la política, aparece el cambio", y destacó que "no hay teoría política ni ideología partidaria que sea más importante que ser argentino".