La Costa se transformó, como obligatoriamente sucede en cada año electoral, en el escenario de largada de la campaña oficial. La foto más llamativa de este fin de semana llegó de la mano de una alianza entre el PRO y el radicalismo, puntualmente entre Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. Una dupla de la que se viene conversando hace tiempo como posible fórmula presidencial. Si bien aún no se confirmó que ambos nombres vayan a compartir la boleta que disputará la Casa Rosada, el gesto de abrir el año en unidad fue bastante fuerte.
El jefe de Gobierno mantiene una buena relación con el radicalismo en general pero, puntualmente, dos figuras picaron en punta para acompañarlo en una presidencial. El mencionado Morales, que no competirá en Jujuy, y el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, que aún tiene años de mandato por delante. La tercera, Carolina Losada, tal vez menos mencionada pero una de las posibles. La lógica para el armado fue simple y se tuvo bien en claro desde comienzos del año pasado: integrar al radicalismo con un lugar relevante y garantizar el federalismo.
Morales, que viajó a la Costa por un compromiso partidario agendado para el lunes, se sumó el sábado a la mini gira que organizaron desde el larretismo para apuntalar la candidatura presidencial de Horacio y, también, la de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires. De hecho, el jujeño compartió una caminata por Playa Grande junto a ambos y junto, también, al líder de los equipos técnicos del diputado, el alcalde de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Antes de viajar al Atlántico, Santilli y Valenzuela dieron una breve caminata por Pablo Podestá y Villa Bosch, ubicados en el municipio comandado por Valenzuela, donde se reunieron con vecinos, comerciantes y apuntalaron iniciativas locales para promover el empleo, el alivio fiscal y la regularización dominial de vivienda. La pasada reforzó no sólo la presencia en el conurbano sino la intención de mantener el distrito en manos propias. Valenzuela, habilitado por ley, todavía no definió si buscará reelegir o aspirar hacia otros desafíos.
Ya en la Costa, la agenda fue ajetreada. Desde tejo hasta saltitos en las olas, corridas matutinas, charlas con vecinos, cenas y saludos a vehículos. La foto del fin de semana, además, mostró al mandatario porteño junto a Martín Lousteau, un aliado en la Capital Federal, que buscará disputarle la conducción de la CABA al PRO. La imagen volvió a poner de relieve la relación entre ambos, algo que a Larreta le valió críticas dentro de su espacio por jugar “a dos puntas” pese a que ya se aclaró que apoyará a un candidato amarillo para la sucesión.
Lousteau también tiene su candidato para la provincia, tal vez no lanzado formalmente pero sí ubicado en la grilla de prelargada. Martín Tetaz, actual diputado, arrancó el viernes con una serie de videos relativos al conurbano bonaerense y a partir del 20 de enero empezará a recorrer la Costa con propuestas para la provincia, por eje temático, en cada localidad.
Otra de las apuestas fuertes de Evolución en la provincia pasará por Esteban Echeverría, un municipio gobernado por el peronismo, por lo tanto difícil para competir. El candidato en ese territorio, ya lanzado y que también desfiló por las aguas argentinas, es Pablo Domenicini, y la ventana de posibilidad se abrió por la interna con el PJ bonaerense, que podría jugarle a favor a la oposición.
Lousteau, Morales, Larreta y Santilli compartieron, el sábado, un café en Mar del Plata y luego caminaron por Playa Grande con la intención de dejar de lado, al menos momentáneamente, las candidaturas y el aún desconocido resultado de las PASO para poner por delante la unidad con “liderazgo, mística, planes concretos y convicción política”. El foco estuvo puesto en el diálogo político para generar “confianza a los inversores y esperanza a los trabajadores”.
Según se planteó, los dirigentes coincidieron en la Costa por compromisos particulares y aprovecharon la oportunidad para vincular a los equipos económicos con Hernán Lacunza por el PRO y Eduardo Levy Yeyati por la UCR. Un principio de acercamiento para termiar de pulir un plan de campaña y gestión aún no oficializado.
En la previa, el jefe de Gobierno también mantuvo una cena con intenciones de acercar posiciones. Se encontró, junto a su equipo bonaerense, con los radicales Mario Negri y Maximiliano Abad, uno titular del bloque de la UCR en Diputados, el otro presidente del Comité provincial y precandidato a gobernador. Entre los concurrentes también estuvo el macrista Hernán Lombardi, que coordinó la presentación del libro de Mauricio para el jueves de la semana que viene en Mar del Plata. Además, participaron dirigentes de todo el país.
El larretismo dirá presente en el lanzamiento veraniego de "Para qué". Valenzuela ya confirmó su participación, probablemente también lo haga Santilli. El jefe de Gobierno no podrá hacerlo porque la agenda veraniega lo tendrá en Córdoba para esa fecha. La relación entre ambos bandos no se mostró, hasta ahora, como la más fluida pero tampoco como inexistente. Este fin de semana, hubo vínculos entre los armados del vidalismo, del macrismo y del porteño bajo la premisa de que todos son parte de una misma propuesta que, por diversas razones, podría (o no) tener más de un candidato producto de matices y objetivos personales.
MÁS INFO
En principio, el objetivo general de la misión buscó dar otro paso más hacia el fortalecimiento de la unidad interna de la alianza. En este contexto, el raid por aguas argentinas se transformó en un gesto clave del radicalismo hacia Larreta frente al cimbronazo que recibió el alcalde porteño con la aparición de chats que derivaron en la salida de uno de sus ministros más taquilleros.
El lunes, habrá una reunión dirigencial de la Unión Cívica Radical en Mar del Plata, la primera gran cumbre para comenzar el año electoral. Se espera que pueda empezar a ensayarse una respuesta oficial frente al escándalo de la filtración de los supuestos chats, algo que reclamó un sector de dirigentes históricos del partido ante el silencio del espacio.
Por estos días, el radicalismo empezó a revivir cuestionamientos internos y externos sobre su relación con el PRO, una temática siempre presente pero que suele cobrar mayor dimensión en años electorales, momento en que la Convención se encamina a definir las alianzas para las urnas. Dentro de la UCR se levantaron voces como las de Federico Storani y Mario Cimadevilla, dos históricos que quieren dejar de ocupar el rol que ocupa el partido frente al macrismo.
Después de defender, en 2015, la unión para generar una herramienta electoral que permitiera ganarle al kirchnerismo, la UCR se encontró con la trampa del incumplimiento de la promesa y eso fue lo que varios dirigentes plantearon repensar para este año. Sin embargo, la elección de autoridades de la Convención, hecha hace menos de un año, dejó en claro que el partido centenario continuaría dentro de Juntos por el Cambio. Probablemente, un spoiler de lo que sucederá cuando ahora se ratifique (o no) la alianza y se definan candidatos.